Cuando parece una copia, quizá sea una copia. Los chinos están orgullosos de su caza J-20 Mighty Dragon, probablemente porque recibieron parte de la tecnología de forma gratuita. Hay quien cree que los chinos robaron partes del diseño en al menos una brecha cibernética. El J-20 y el F-35 muestran un parecido que salta a la vista, especialmente cuando se examina la parte delantera del avión que se parece.
¿El J-20 utiliza tecnología del F-35? Una mirada a las pruebas
El conocido personaje Edward Snowden reveló en documentos filtrados en 2007 que Lockheed Martin estaba al tanto de una filtración de datos relativa al F-35 en la que estaban implicados hackers chinos. Diez años después, los chinos habrían actuado de nuevo apuntando a un contratista de defensa australiano que trabaja con el programa F-35. Esta nefasta actividad implicaba el robo de secretos sobre el caza furtivo estadounidense mediante un código de piratería atribuido a los chinos.
Australia es una víctima
Los medios de comunicación australianos dijeron en su momento: “Un funcionario de la Dirección de Señales de Australia… dijo en una conferencia que los piratas informáticos entraron en las computadoras del contratista y robaron información delicada sobre los aviones de guerra y los buques de la marina de Australia, incluido el programa Joint Strike Fighter de Australia de 14 000 millones de dólares”, según Patricia Karvelas de la Australian Broadcasting Corporation en 2017.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos tiene sus sospechas
El Pentágono también reveló en un informe sobre el poder militar de China en 2019 que los chinos realizan regularmente ciberespionaje contra los estadounidenses para robar tecnología de defensa.
La tecnología de sensores avanzados podría haber sido robada
Uno de los aspectos más notables del parecido del J-20 con el F-35 es el conjunto de sensores de Lockheed Martin llamado Sistema de Apuntado Electro-Optico montado en la “parte delantera del cuerpo del ala mezclada”. Esta es la esencia del sistema de puntería del F-35, que mejora el conocimiento de la situación del piloto y permite que las municiones guiadas por láser sean eficaces. Disponer de esta tecnología bajo el morro del caza permitiría al J-20 Mighty Dragon contar con una mejora sustancial respecto a su propio sistema autóctono. Ayudaría al J-20 a aumentar sus capacidades polivalentes para atacar objetivos terrestres e interceptar otros cazas.
El Mighty Dragon es una plataforma versátil
El J-20 se presentó en 2017 y voló en los cielos de los mares de China Oriental y Meridional en 2018. Se cree que cuenta con capacidades de Alerta Temprana Aerotransportada y de Mando y Control, lo que le permite compartir valiosos datos de puntería con otros cazas y bombarderos.
Mejores motores de creación propia
El J-20 también dispone de un sistema de lanzamiento de misiles “stand-off”, es decir, la capacidad de mantenerse fuera del alcance de las defensas aéreas enemigas y de disparar misiles más allá del alcance visual. El caza cuenta con un motor de creación propia llamado WS-15 afterburning turbofan que supone una mejora respecto al sistema de propulsión original fabricado por los rusos. Esto permite al J-20 alcanzar una velocidad máxima cercana a Mach 2 (1.535 millas por hora) con un techo de 60.000 pies y un alcance de casi 700 millas. China puede tener hasta 50 J-20.
Solo hace falta un trabajador de una empresa de defensa para dejar caer la pelota
Si las acusaciones de robo de tecnología son ciertas, es necesario que los subcontratistas del F-35 extremen la higiene cibernética. Los hackers chinos son expertos en encontrar puntos débiles. Normalmente, esto se debe a los malos hábitos cibernéticos de los usuarios individuales que trabajan en docenas de empresas que suministran componentes al programa F-35. Esto incluye a las empresas internacionales de defensa.
Con el desarrollo del nuevo motor del J-20, los chinos están adquiriendo más confianza en su base industrial de defensa y es probable que se hayan adelantado con el ciberespionaje. A veces la guerra se reduce a qué bando lo quiere más y los chinos están seguros de buscar cualquier medio posible para avanzar en las capacidades con sus nuevos aviones de guerra.