El destructor furtivo USS Michael Monsoor (DDG 1001), segundo buque de la clase Zumwalt, arribó el 7 de julio de 2025 a las instalaciones navales de Yokosuka mientras se encuentra desplegado bajo el Escuadrón de Destructores 15 (DESRON 15). Este escuadrón, el mayor de su tipo en la Armada de EE. UU., agrupa cerca de diez destructores clase Arleigh Burke, con base en Japón, pero activos en todo el Pacífico Occidental. Las autoridades no han precisado si el Monsoor se sumó a las unidades existentes o si reemplazó a un destructor anterior.
Durante su entrada al puerto japonés, el USS Michael Monsoor fue fotografiado mientras se dirigía a su escala programada en la base. A pesar de contar con un desplazamiento superior a los destructores Arleigh Burke —casi 15.000 toneladas—, su capacidad actual sigue siendo limitada. Sus dos torretas de 155 mm, parte del Sistema de Cañón Avanzado (AGS), permanecen fuera de servicio y sin munición, producto de recortes presupuestarios. Al fabricarse solo tres buques de esta clase, y con apenas seis cañones entre ellos, el precio de cada proyectil alcanzó entre \$800.000 y \$1 millón, lo que volvió inviable su adquisición.
El armamento principal del buque está compuesto por 80 celdas del sistema de lanzamiento vertical Mark 57, diseñado para ofrecer mejoras respecto al modelo Mark 41 utilizado en los Arleigh Burke. Sin embargo, hasta ahora no se ha aprovechado su potencial, ya que ningún misil ha sido diseñado específicamente para este sistema. Cualquier desarrollo de ese tipo carecería de compatibilidad con el ampliamente desplegado Mark 41.
Al haber sido concebida para brindar apoyo de fuego naval, una función que no puede cumplir sin sus cañones, la clase Zumwalt ha operado sin una misión clara. En agosto de 2023, el USS Zumwalt (DDG 1000) fue trasladado a los astilleros de Huntington Ingalls Industries en Mississippi para una modificación sustancial. Se retiraron sus dos torretas AGS y se instalaron cuatro tubos de lanzamiento de 87 pulgadas de diámetro, cada uno capaz de contener tres misiles hipersónicos. La Armada eligió una versión del Arma Hipersónica de Largo Alcance (LRHW), desarrollada por el Ejército, bajo el proyecto IRCPS (Ataque Rápido Convencional de Alcance Intermedio).
Al cierre de 2024, el USS Zumwalt regresó al agua con sus nuevas configuraciones, aunque las labores de integración seguían sin completarse. Según USNI News, gran parte del equipo bajo cubierta permanecía intacto, y en la superficie aún se podía ver parte de la base estructural de una de las torretas retiradas. El USS Michael Monsoor está programado para recibir una modificación similar. Por otro lado, el USS Lyndon B. Johnson, el tercer y último destructor de esta clase, se encuentra todavía en su extensa fase de construcción, durante la cual se está llevando a cabo su conversión.
Aunque el USS Michael Monsoor aún no cuenta con misiles hipersónicos, su despliegue en el teatro del Pacífico representa una oportunidad clave para la dotación. A medida que el buque se prepare para su conversión, los tripulantes podrían ser asignados al USS Zumwalt o al USS Lyndon B. Johnson una vez que éste entre en servicio. Esta experiencia directa en operaciones avanzadas les permitirá familiarizarse con las exigencias de este tipo de plataforma.
En el marco de la estrategia geopolítica de la actual administración, el presidente Donald Trump mantiene el enfoque en el Indo-Pacífico, con el objetivo de contrarrestar la influencia de China. Si bien los primeros meses del nuevo mandato estuvieron marcados por una intensa actividad en Oriente Medio, la prioridad sigue siendo Asia. Aunque el puerto base de estos destructores se encuentra en San Diego, no fue sino hasta tres años después del primer despliegue operativo del Zumwalt que el buque alcanzó territorios como Guam y Japón.
El diseño particular de la clase Zumwalt, que ha sido comparado en ocasiones con los destructores imperiales de la franquicia Star Wars, convierte cualquier misión en un evento de alta visibilidad. A diferencia de los destructores Arleigh Burke, cuya presencia puede pasar desapercibida, los Zumwalt destacan con facilidad, lo que permite a la Armada proyectar fuerza incluso sin emplear sus nuevas capacidades hipersónicas.
Con dos turbinas de gas Rolls Royce MT30, similares a las que impulsan los portaaviones británicos clase Queen Elizabeth, el USS Michael Monsoor puede generar hasta 78 megavatios de electricidad, con 58 megavatios disponibles en velocidad de crucero. Esta capacidad supera ampliamente la de los Arleigh Burke y ofrece margen suficiente para integrar tecnologías emergentes.
Una de las principales candidatas a incorporarse es el armamento de energía dirigida (DEW), en especial los sistemas láser. Aunque ya se han instalado versiones de menor potencia en destructores Arleigh Burke, estos se limitan a funciones defensivas contra drones o sensores enemigos. Los Zumwalt, con su mayor generación eléctrica, podrían albergar versiones más potentes.
Target Acquired!#USSZumwalt (DDG 1000) successfully executed the first live-fire test of the MK 57 Vertical Launching System with a Standard Missile (SM-2) on the Naval Air Weapons Center Weapons Division Sea Test Range. #NavyLethality
— U.S. Navy (@USNavy) October 19, 2020
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También se ha considerado instalar cañones de riel como alternativa al AGS. Durante la construcción del USS Lyndon B. Johnson, se evaluó sustituir una de las torretas tradicionales por un prototipo de cañón de riel, pero el proyecto fue descartado en favor de los sistemas de misiles hipersónicos. A nivel federal, la inversión en esta tecnología ha disminuido en favor de soluciones con mayor alcance y versatilidad como los misiles.
Pese al recorte presupuestario estadounidense, algunos países han continuado desarrollando cañones de riel. Japón afirmó haber realizado con éxito la primera prueba de esta arma desde una embarcación, y difundió imágenes del ensayo en 2023. Este mes, se avistó un prototipo funcional instalado en el JS Asuka (ASE-6102), un buque de pruebas de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón.
En contraste, China ha declarado haber ejecutado pruebas similares antes que Japón, pero hasta ahora no ha presentado evidencia que sustente dicha afirmación. Japón, en cambio, acompañó su anuncio con documentación visual verificable.
Una desventaja significativa de los cañones de riel es su poca viabilidad fuera del ámbito naval. Mientras los misiles hipersónicos pueden lanzarse desde tierra o mar, los requerimientos energéticos de los cañones de riel impiden su uso en escenarios terrestres móviles. Los barcos disponen de plantas generadoras comparables a las de una ciudad pequeña, algo inalcanzable para unidades de combate terrestre que operan con generadores mucho más limitados.