Los F-16 donados a Ucrania mostraron alta eficacia contra los Shahed-136, con integración rápida en la defensa antiaérea y resultados visibles desde agosto de 2024.
Despliegue de F-16 y su integración plena en la defensa antiaérea ucraniana
Los cazas F-16 llegaron a Ucrania en el verano de 2024 desde Países Bajos, Dinamarca y otros socios, en versiones modernizadas con mejoras de radar y armamento. Tras su incorporación, las unidades ingresaron con rapidez en la arquitectura antiaérea nacional. Desde agosto de 2024, los F-16 realizaron patrullas y misiones de combate para contrarrestar oleadas de drones y misiles rusos que en numerosas noches superaron el centenar de vectores simultáneos.
El Shahed-136 presentó ala delta, motor de pistón de cuatro cilindros y velocidad de crucero cercana a 180 kilómetros por hora, con alcance superior a 2.000 kilómetros. Portó una cabeza de guerra de 40 a 50 kilogramos y utilizó guiado inercial con apoyo de GLONASS y GPS. Rusia lo lanzó en salvas desde plataformas móviles terrestres, lo que dificultó la detección previa. La producción en Alabuga alcanzó ritmos de varios miles por año.
La baja velocidad y la cota habitual de vuelo del Shahed-136, entre 1.000 y 5.000 metros para eludir radares de baja cota, situaron el dron dentro de parámetros favorables para la interceptación aérea. En ese marco, pilotos ucranianos emplearon misiles aire-aire de corto alcance y el cañón rotativo M61A1 Vulcan de 20 milímetros. Con hasta 6.000 disparos por minuto, el cañón ofreció una relación coste-eficacia adecuada frente a aparatos de 20.000 a 50.000 dólares.

Uno de los primeros derribos confirmados con cañón se registró en septiembre de 2024. Un video difundido por fuentes rusas mostró a un F-16 ucraniano que se aproximó por detrás a un Shahed-136 en vuelo nocturno y lo destruyó con una ráfaga precisa que iluminó el fuselaje del caza. El piloto mantuvo distancia suficiente para evitar daños derivados de la detonación. En junio de 2025, otro F-16 usó un misil AIM-9 Sidewinder.
Datos clave sobre el Shahed-136 y métodos de interceptación
- Alcance operativo superior a 2.000 kilómetros, velocidad de crucero cercana a 180 kilómetros por hora.
- Cabeza de guerra de 40 a 50 kilogramos, guiado inercial con apoyo GLONASS y GPS.
- Altitud típica de 1.000 a 5.000 metros, lanzamiento en salvas desde plataformas móviles terrestres.
- Intercepción con cañón M61A1 Vulcan y misiles aire-aire AIM-9; empleo de AIM-120 para amenazas lejanas.
- Coste estimado por dron de 20.000 a 50.000 dólares, con producción anual de varios miles de unidades.
Cronología de derribos y coordinación con sistemas terrestres ucranianos
En septiembre de 2024, un F-16 derribó un Shahed-136 con cañón durante una aproximación por la cola en vuelo nocturno. En junio de 2025, otro F-16 interceptó un dron con un misil AIM-9 Sidewinder guiado por infrarrojos; las imágenes mostraron impacto directo y explosión en el aire. En septiembre de 2025 aparecieron nuevos casos, con un derribo diurno el día 22 que destacó por la identificación visual del objetivo.

El 19 de septiembre de 2025, las Fuerzas Aéreas ucranianas difundieron material que mostró la coordinación entre F-16 y unidades móviles de defensa antiaérea para destruir drones kamikaze rusos. Esta táctica dejó disponibles baterías Patriot o NASAMS para enfrentar amenazas de mayor velocidad. Los cazas patrullaron áreas de aproximación previsibles y reforzaron la respuesta integrada, con asignación de blancos y secuencias de compromiso que priorizaron eficiencia de recursos frente a oleadas mixtas.
Hasta noviembre de 2025, los F-16 ucranianos interceptaron más de 1.300 misiles y drones desde su entrada en servicio, según fuentes militares ucranianas. Una fracción significativa correspondió a Shahed-136 y variantes, con ritmos rusos que en algunos meses superaron los 5.000 aparatos. En ataques masivos a finales de 2025, las oleadas incluyeron con frecuencia más de cien drones por noche junto con misiles de crucero Kh-101 o Kalibr, lo que tensionó la defensa.
La experiencia de pilotos ucranianos con miles de horas en MiG-29 y Su-27 antes de la transición al F-16 permitió optimizar tácticas. En varias salidas, una tripulación derribó varios Shahed en una sola misión. La mayor autonomía del F-16, respecto a cazas de origen soviético, facilitó mayor persistencia en estación. Las Fuerzas Aéreas añadieron contenedores de designación láser y contramedidas electrónicas para mejorar supervivencia frente a defensas rusas de largo alcance.
Evolución del Shahed y adaptación de tácticas y equipamiento del F-16
La evolución del sistema Shahed elevó el desafío. Rusia introdujo versiones con motor a reacción, denominadas Shahed-238 o Geran-3, con velocidades superiores a 500 kilómetros por hora y guiado con antenas resistentes a interferencias electrónicas. Estas variantes redujeron el tiempo disponible para la reacción de los cazas y aumentaron la dificultad de los derribos con cañón. Algunos drones incorporaron cámaras y módems para correcciones de trayectoria en tiempo real.

Los F-16 operaron de manera habitual en parejas o cuartetos y despegaron equipados con misiles AIM-120 AMRAAM para amenazas a mayor distancia y AIM-9 para combates cercanos, con el cañón como opción de menor coste por objetivo. Las aeronaves recibidas incluyeron mejoras de enlace de datos que facilitaron la recepción de información desde radares terrestres y aviones de alerta temprana, con ventajas decisivas durante noches de ataques masivos.
Ese flujo de datos permitió intercepciones más allá del alcance visual y resultó crítico cuando los ataques combinaron direcciones y altitudes diversas. La táctica asignó prioridades y mantuvo sectores cubiertos mientras las defensas terrestres reservaron misiles para blancos más complejos. En conjunto, la coordinación elevó la probabilidad de derribo frente a saturación con drones y misiles, con respuesta escalonada y empleo medido de armamento en función del coste por objetivo.
A lo largo de 2025, los derribos de Shahed-136 por F-16 aparecieron de manera recurrente en partes diarios de la defensa antiaérea ucraniana. El 20 de septiembre de 2025, un F-16 empleó un misil AIM-9M contra un objetivo aéreo ruso identificado como probable Shahed o misil de crucero. Estas acciones sostuvieron tasas de interceptación superiores al 80% en numerosas noches, pese al incremento del volumen de drones desde territorio ruso y la península de Crimea ocupada.
