Los F-22 Raptor atacaron objetivos de ISIS en 2014, con el uso de sigilo y precisión en la Operación Inherent Resolve.
Debut del F-22 Raptor en combate contra ISIS
El F-22 Raptor, un caza de quinta generación diseñado para el dominio aéreo, mostró su versatilidad en sus primeras operaciones de combate contra la organización terrorista ISIS en 2014. El 22 de septiembre, los F-22 del 27º Escuadrón de Caza, con base en Langley-Eustis, Virginia, llevaron a cabo misiones iniciales en la Operación Inherent Resolve en Siria. Equipados con bombas guiadas por GPS de 1.000 libras, los Raptor destruyeron un centro de comando y control de ISIS, lo que representó su bautismo de fuego. Estas misiones demostraron la capacidad del F-22 para ejecutar ataques aire-tierra de precisión, además de su función principal en combates aire-aire.
Durante los primeros diez meses de la operación, hasta julio de 2015, los F-22 realizaron 204 salidas, con el impacto de 60 objetivos y el lanzamiento de 270 bombas. Los blancos incluyeron instalaciones clave de ISIS, como centros de mando y depósitos de suministros. Además de los bombardeos, los Raptor ofrecieron vigilancia avanzada y apoyo aéreo cercano. Su aviónica integrada transmitió datos en tiempo real a otras aeronaves y plataformas de mando, lo que elevó significativamente la conciencia situacional de las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos.
El sigilo del F-22, resultado de su diseño aerodinámico y del radar AN/APG-77 AESA, facilitó su operación en espacios aéreos disputados sin detección. Los Raptor también utilizaron el sistema AN/ALR-94 para rastrear amenazas de forma pasiva y coordinar ataques sin delatar su posición. En un procedimiento típico, un F-22 identificaba un objetivo de forma encubierta y transfería su ubicación a otro Raptor más cercano, que ejecutaba el ataque y reducía la exposición al enemigo.
La Operación Inherent Resolve, impulsada por el Comando Central de EE. UU. (CENTCOM), buscó derrotar a ISIS en Siria e Irak, con operaciones adicionales en Libia. Los F-22 impactaron objetivos terrestres, escoltaron aeronaves aliadas y neutralizaron posibles intervenciones de fuerzas aéreas regionales hostiles. Aunque ISIS carecía de aviación significativa, la presencia del Raptor fortaleció la seguridad de las fuerzas aliadas, como los combatientes kurdos, frente a amenazas externas.
Origen y capacidades del F-22 Raptor
El desarrollo del F-22 se inició en 1981 con el programa Caza Táctico Avanzado (ATF) de la Fuerza Aérea de EE. UU., con el objetivo de reemplazar al F-15 Eagle. En 1985, la USAF lanzó una solicitud de propuestas, y en 1986 eligió a Lockheed y Northrop para la fabricación de prototipos. Lockheed, junto con Boeing y General Dynamics, desarrolló el YF-22, que superó al YF-23 de Northrop y McDonnell Douglas. El modelo de producción, designado F-22A Raptor, entró en servicio en 2005.
Impulsado por dos motores Pratt & Whitney F119-PW-100, el F-22 alcanza velocidades de Mach 1,8 en supercrucero y Mach 2,25 como velocidad máxima. La vectorización de empuje y la aerodinámica avanzada le confieren maniobrabilidad superior. Con un techo de servicio de 65.000 pies y un peso máximo al despegue de 83.500 libras, el Raptor integra agilidad, sigilo y potencia de fuego. Su armamento incluye un cañón M61A2 Vulcan de 20 mm, misiles AIM-120 AMRAAM y AIM-9 Sidewinder, además de bombas JDAM de 1.000 libras o GBU-39 de pequeño diámetro para misiones aire-tierra.
Los compartimentos internos de armas conservan el perfil furtivo, mientras que los soportes externos permiten montar tanques de combustible o armamento adicional para extender su alcance. La aviónica fusionada del F-22, al integrar datos de múltiples sensores, ofrece una visión integral del campo de batalla y optimiza la coordinación con otras plataformas.
Datos clave del F-22 en la Operación Inherent Resolve
- Primer ataque: 22 de septiembre de 2014, contra un centro de comando de ISIS en Siria.
- Salidas: 204 misiones entre septiembre de 2014 y julio de 2015.
- Objetivos impactados: 60 sitios alcanzados con 270 bombas.
- Armamento utilizado: Bombas guiadas por GPS JDAM de 1.000 libras.
- Rol adicional: Vigilancia y transmisión de datos a plataformas aliadas.
El enemigo: Arsenal y estructura de ISIS
En 2014, ISIS se autoproclamó califato, tomó el control de extensas zonas de Siria e Irak y gobernó a unos 12 millones de personas. Con hasta 30.000 combatientes y un presupuesto anual que superó los $1.000 millones, la organización ejecutó ataques masivos, incluidos genocidios y decapitaciones, y destruyó patrimonio cultural. Su arsenal, obtenido de arsenales iraquíes sin vigilancia adecuada y otras fuentes, incluyó rifles AK-47, fusiles M-16, ametralladoras, misiles antiaéreos portátiles, morteros, artillería y vehículos blindados. También utilizó explosivos improvisados y agentes químicos como cloro gaseoso.
Aunque no contaba con fuerza aérea significativa, ISIS constituyó una amenaza terrestre de gran escala. Los F-22, al operar sin detección, eliminaron objetivos de alto valor sin exposición a defensas antiaéreas, lo que otorgó una ventaja táctica decisiva para la coalición.
Impacto táctico y despliegues recientes
El debut del F-22 en la Operación Inherent Resolve confirmó su utilidad más allá del combate aire-aire. Su sigilo y aviónica avanzada permitieron recolectar inteligencia en tiempo real y ejecutar ataques con alta precisión, lo que redujo riesgos para las fuerzas aliadas. La presencia del Raptor también ejerció un efecto disuasorio, que limitó la intervención de potencias regionales.
En conflictos más recientes, como las operaciones estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes en 2025, los F-22 se reubicaron nuevamente en Oriente Medio. Dichos despliegues fortalecieron la capacidad operativa de la USAF en escenarios de alta amenaza, con las mismas tácticas de sigilo y precisión ya demostradas contra ISIS.
El F-22, pese a enfrentar sobrecostos y recortes presupuestarios durante su desarrollo, consolidó su función como activo fundamental en operaciones contemporáneas. Su combinación de velocidad, maniobrabilidad y tecnología avanzada asegura su vigencia como plataforma esencial para la superioridad aérea y el ataque de precisión.