El F-22 Raptor y el Su-57 Felon, cazas de quinta generación, compiten en maniobrabilidad, furtividad, radar y misiles, revelando fortalezas y debilidades.
Análisis de capacidades en combate aéreo
El F-22 Raptor, desarrollado por Lockheed Martin, lidera en furtividad con un radar cross-section (RCS) estimado en 0.0001 m², comparable a una canica de acero. Su diseño angular, materiales absorbentes de radar y recubrimientos especializados minimizan su detección. Equipado con motores Pratt & Whitney F119, cada uno con 35,000 libras de empuje, permite supercrucero a Mach 1.5 sin postquemadores, alcanzando velocidades de Mach 2.25. Su maniobrabilidad se potencia con empuje vectorial bidimensional, que facilita giros rápidos y ángulos de ataque elevados, ideales para combates aéreos cercanos. El radar AN/APG-77 AESA detecta objetivos a más de 200 km con baja probabilidad de intercepción, integrando datos mediante fusión de sensores para una conciencia situacional superior.
Por su parte, el Su-57 Felon, diseñado por Sukhoi, presenta un RCS mayor, entre 0.1 y 1 m², lo que lo hace más detectable frente a radares de alta frecuencia. Aunque incorpora materiales absorbentes y un diseño que reduce reflexiones, su furtividad es inferior al F-22. Sus motores AL-41F1, con 35,000 libras de empuje cada uno, permiten supercrucero a Mach 1.3 y una velocidad máxima de Mach 2. Los motores cuentan con empuje vectorial tridimensional, otorgando agilidad en maniobras como la Cobra de Pugachev. El radar N036 Byelka AESA rastrea hasta 60 objetivos simultáneamente, con sensores distribuidos en el fuselaje para una visión de 360 grados, aunque su integración es menos avanzada que la del F-22.
En capacidad de armamento, el F-22 lleva hasta seis misiles aire-aire AIM-120 AMRAAM y dos AIM-9 Sidewinder en bahías internas, preservando su furtividad. También puede portar bombas guiadas GBU-32 JDAM para misiones aire-tierra. El Su-57, con bahías internas más amplias, transporta hasta ocho misiles K-77M, con un alcance de 200 km y guiado AESA, superando en número al F-22. Además, es compatible con el misil hipersónico R-37M, que alcanza 400 km a Mach 6, ideal para enfrentamientos a larga distancia. Ambos cazas pueden montar armamento externo, pero esto compromete su furtividad.
El alcance operativo del Su-57, de 3,107 millas, supera al del F-22, limitado a 2,000 millas, lo que permite al caza ruso mayor autonomía en misiones de largo alcance. Sin embargo, el F-22 compensa con una altitud operativa de 50,000 pies, frente a los 65,617 pies del Su-57, una ventaja táctica en ciertos escenarios. La experiencia operacional del F-22, en servicio desde 2005 con 187 unidades, contrasta con las 32 unidades del Su-57, que entró en servicio en 2020 y enfrenta retrasos en producción.
Especificaciones clave de F-22 y Su-57
- F-22 Raptor: RCS de 0.0001 m², velocidad máxima Mach 2.25, alcance 2,000 millas, radar AN/APG-77 AESA, 6 misiles internos.
- Su-57 Felon: RCS de 0.1-1 m², velocidad máxima Mach 2, alcance 3,107 millas, radar N036 Byelka, 8 misiles internos.
- Maniobrabilidad: F-22 usa empuje vectorial 2D; Su-57 emplea empuje vectorial 3D para giros más complejos.
- Producción: 187 F-22 construidos hasta 2012; 32 Su-57 hasta 2024, con limitaciones industriales.
Diferencias en diseño y tecnología
El radar del F-22, con su antena de escaneo electrónico activo, ofrece una resolución superior y capacidad de ataque electrónico, sobrecargando sensores enemigos. Su sistema de guerra electrónica AN/ALR-94 detecta emisiones a larga distancia, complementado por un sistema de búsqueda y seguimiento infrarrojo (IRST) en prueba. El Su-57 integra un IRST más desarrollado, con capacidad para detectar firmas térmicas a menor alcance, y su suite de guerra electrónica es robusta, aunque menos integrada. La aviónica del F-22, con fusión de datos en tiempo real, proporciona una ventaja en la toma de decisiones rápidas durante el combate.
En cuanto a maniobrabilidad, el Su-57 destaca en combates cercanos gracias a su empuje vectorial tridimensional, que permite giros extremos y maniobras acrobáticas. Sin embargo, el F-22 mantiene una ventaja en enfrentamientos más allá del alcance visual debido a su furtividad y misiles de mayor precisión. La producción limitada del Su-57, afectada por sanciones y desafíos tecnológicos, contrasta con la madurez del programa F-22, que ha acumulado años de experiencia en conflictos como Irak y Siria.
La filosofía de diseño del F-22 prioriza la furtividad y la superioridad aérea, con un enfoque en detectar y atacar primero. Su diseño elimina protuberancias y alinea bordes para reducir reflexiones de radar, mientras que el Su-57, aunque stealth, tiene sensores expuestos y un fuselaje menos optimizado. El Su-57 apuesta por la versatilidad, con capacidad para operar junto a drones como el S-70 Okhotnik y misiles de largo alcance, alineándose con la doctrina rusa de operar bajo defensas aéreas integradas.
En el ámbito operacional, el F-22 ha demostrado su eficacia en misiones reales, mientras que el Su-57 ha tenido una presencia limitada en Ucrania, lo que genera dudas sobre su rendimiento en combate. Los pilotos estadounidenses, con entrenamiento intensivo, potencian las capacidades del F-22, mientras que la preparación de los pilotos rusos es menos conocida. Ambos cazas representan lo mejor de sus respectivas industrias, pero sus enfoques reflejan prioridades distintas: furtividad y precisión para el F-22, alcance y versatilidad para el Su-57.
Contexto histórico y desarrollo
El F-22 Raptor surgió del programa Advanced Tactical Fighter de la Fuerza Aérea de EE. UU., con su primer vuelo en 1997 y entrada en servicio en 2005. Diseñado para reemplazar al F-15 Eagle, se planeó construir 750 unidades, pero los costos elevados y la aparición del F-35 Lightning II redujeron la cifra a 187. El Su-57 Felon, parte del programa PAK FA iniciado en 1999, voló por primera vez en 2010 y enfrentó retrasos significativos, con solo 32 unidades construidas hasta 2024 debido a problemas industriales y sanciones internacionales.
La tecnología del F-22 incluye recubrimientos stealth que requieren mantenimiento intensivo, pero su diseño permite reparaciones en hangares estándar. El Su-57, con un enfoque más económico, utiliza materiales absorbentes menos avanzados, lo que reduce costos pero compromete la furtividad. Ambos cazas emplean supercrucero, pero el F-22 lo logra con mayor eficiencia energética, mientras que el Su-57 depende de un mayor consumo de combustible para alcanzar velocidades similares.
En misiles, el F-22 confía en el AIM-120D, con un alcance de 180 km, mientras que el Su-57 utiliza el K-77M y el R-37M, este último con un alcance superior pero menos precisión en objetivos maniobrables. La capacidad del Su-57 para operar con drones y su radar distribuido ofrecen ventajas en escenarios específicos, pero la falta de experiencia operativa limita su evaluación frente al F-22, probado en múltiples teatros de operaciones.
Ambos cazas reflejan las prioridades estratégicas de sus naciones. El F-22 se diseñó para dominar el aire en conflictos de alta intensidad, mientras que el Su-57 busca flexibilidad en misiones diversas, apoyado por sistemas terrestres. La comparación entre ambos destaca avances tecnológicos, pero también las limitaciones impuestas por costos, producción y experiencia en combate.