En Red Flag-Alaska 12-2, en junio de 2012, pilotos alemanes reportaron victorias simuladas del Eurofighter Typhoon sobre F-22 en combates cercanos en Alaska.
Resultados del ejercicio Red Flag-Alaska 12-2 y desempeño comparado
En junio de 2012, durante Red Flag-Alaska 12-2 en la base de Eielson, pilotos alemanes informaron victorias simuladas del Eurofighter Typhoon sobre F-22 en combates dentro del alcance visual. El entrenamiento multinacional, organizado por las fuerzas aéreas del Pacífico, buscó mejorar la interoperabilidad entre aliados. Relatos de participantes y reportes del evento destacaron la maniobrabilidad del modelo europeo en ese entorno específico, mientras el F-22 conservó ventajas claras en escenarios de largo alcance por su baja detectabilidad.
La fuerza aérea alemana desplegó ocho Typhoon del Escuadrón de Caza 74 con base en Neuburg. Las aeronaves llegaron a Eielson a inicios de junio tras un cruce transatlántico con escalas en Islandia y Canadá e ingresaron en fuerzas “azules” junto con unidades estadounidenses, polacas y japonesas. El ejercicio, el segundo más grande en la historia local, reunió a más de 1.500 participantes y 90 aeronaves en misiones diarias que reprodujeron entornos hostiles con combate disimilar para contrastar fortalezas y límites de cada plataforma.
Antes del inicio formal de Red Flag, los pilotos alemanes realizaron ocho salidas de combate básico uno contra uno frente a F-22 durante Distant Frontier, con el fin de conocer capacidades mutuas y reforzar la cooperación. En esas sesiones, los aviones volaron sin tanques externos ni misiles, lo cual elevó el rendimiento a altos ángulos de ataque. Los Typhoon alemanes carecían de búsqueda y rastreo infrarrojo y de visor en casco, equipos presentes en versiones británicas, aunque sostuvieron posiciones ventajosas.
Los organizadores separaron los enfrentamientos en escenarios de largo y corto alcance. En distancias largas, el F-22 mostró ventaja por su baja observabilidad y vuelo supersónico sostenido sin postquemadores, de modo que detectó y neutralizó objetivos a más de 32 kilómetros sin exponerse. Un oficial alemán señaló que, en condiciones óptimas, el Typhoon no redujo esa separación antes de quedar designado como blanco. En combate cercano, reglas de convergencia permitieron varios derribos simulados de Typhoon contra F-22.

Datos claves del combate cercano y del entrenamiento conjunto
- Ocho salidas uno contra uno previas a Red Flag durante Distant Frontier.
 - Distancias de más de 32 kilómetros en el combate más allá del alcance visual.
 - Un Typhoon específico acumuló tres derribos simulados contra F-22.
 - Más de 1.500 participantes y 90 aeronaves en Red Flag-Alaska 12-2.
 
Evaluaciones de pilotos y lectura táctica de ambos contendientes aéreos
El coronel Andreas Pfeiffer afirmó que, en combate cercano, el Eurofighter resultó al menos tan capaz como el F-22 y mostró ventajas en recuperación de energía a bajas velocidades. El mayor Marco Gumbrecht destacó la superioridad del F-22 a larga distancia, aunque precisó que en el enfrentamiento directo el Typhoon no quedó por debajo en todos los parámetros. El coronel Marc Grüne añadió que el equipo esperaba menos del Typhoon y terminó en igualdad de condiciones.
Un piloto alemán relató que, en una misión concreta, su unidad registró múltiples victorias en combate cercano, hecho que generó comentarios internos. Otro aviador afirmó que el Typhoon superó al F-22 en aceleración y ascenso, atributos que compensaron la ausencia de vectorización de empuje en el modelo europeo. Pilotos participantes indicaron que el F-22 perdió energía al usar la vectorización de empuje, razón por la cual el Typhoon ganó altura y aceleración durante maniobras sostenidas.

La fuerza aérea estadounidense completó 80 misiones con F-22 en escenarios integrados que representaron operaciones ofensivas contra defensas enemigas. Un portavoz explicó que los duelos uno contra uno no constituyen la referencia principal del F-22, diseñado para operar en formaciones que reducen la probabilidad de encuentros cercanos gracias a su baja detectabilidad. El general retirado John Jumper precisó que el F-22 prioriza la penetración de espacios aéreos disputados sin detección.
Un Typhoon específico acumuló tres derribos simulados contra F-22 y las aeronaves exhibieron marcas al finalizar el ejercicio. El equipo alemán saldó apuestas con bebidas alcohólicas después de ciertas salidas, señal de resultados favorables en algunos enfrentamientos, aunque ambas partes evitaron divulgar ratios exactos de victorias y pérdidas para preservar información operativa. Estas valoraciones surgieron de misiones con separación por alcance y con reglas que obligaron a converger para establecer contacto visual.
Implicancias operativas, logística del ejercicio y cooperación futura
El Typhoon permaneció más tiempo en el área de operaciones que el F-22, circunstancia que elevó su efectividad en misiones prolongadas. Los participantes alemanes sumaron más de 100 horas de vuelo e integraron sus aeronaves con escuadrones de F-15, F-16 y otros aliados. Aviones agresores representaron perfiles de modelos soviéticos. Red Flag concluyó el 22 de junio y los Typhoon regresaron a Alemania tras demostrar interoperabilidad en un entorno que combinó tácticas de la OTAN con situaciones realistas.

El Eurofighter Typhoon, producido por un consorcio europeo con participación de Alemania, Reino Unido, Italia y España, tiene un costo aproximado de $200 millones por unidad frente a 420 millones del F-22. En la configuración alemana desplegada, los aviones emplearon misiles AIM-120 AMRAAM de alcance medio, similares a los del F-22. Versiones posteriores del Typhoon incorporaron el Meteor de mayor alcance, hecho que amplió opciones de intercepción a distancias superiores.
Los testimonios alemanes subrayaron que el combate cercano solo representa una fracción del combate aéreo moderno. La ventaja del F-22 en detección temprana modifica el cuadro general al permitir neutralizaciones antes del contacto visual. Aun así, los resultados validaron el diseño del Typhoon para maniobras de alta energía, con radio de giro contenido y capacidad de mantener velocidades supersónicas sin postquemadores en condiciones concretas, rasgos útiles cuando reglas de ejercicio obligaron a converger hacia un punto común.
El ejercicio abrió una vía de colaboración futura. Los alemanes destacaron la integración de sistemas del F-22 y los estadounidenses reconocieron la solidez del modelo europeo en enfrentamientos dentro del alcance visual. El entrenamiento multinacional reafirmó la utilidad del combate disimilar para exponer fortalezas y límites de cada plataforma y para perfeccionar procedimientos conjuntos. Con ese marco, ambas fuerzas aéreas reforzaron prácticas de interoperabilidad y extrajeron lecciones aplicables a operaciones reales en entornos disputados.
			