El F-35, caza de quinta generación, reemplaza al F-16 y F/A-18, con furtividad, fusión de sensores y despegue vertical.
Evolución del F-35: Un Salto desde el F-16 y F/A-18
El Lockheed Martin F-35 Lightning II marca un hito en la aviación militar al suceder al F-16 Fighting Falcon y al McDonnell Douglas F/A-18 Hornet, dos cazas icónicos de cuarta generación. Diseñado para la Fuerza Aérea, la Armada y el Cuerpo de Marines de Estados Unidos, el F-35 introduce capacidades avanzadas que superan las limitaciones de sus predecesores. Su desarrollo, liderado por Lockheed Martin, responde a la necesidad de un caza polivalente que combine furtividad, interoperabilidad y tecnología de guerra en red, adaptándose a los desafíos de los conflictos modernos.
El F-16, operativo desde 1978, destacó por su maniobrabilidad y versatilidad en misiones de superioridad aérea y ataque a tierra. Por su parte, el F/A-18, introducido en 1983, se consolidó como el pilar de la aviación naval, capaz de operar desde portaaviones y realizar misiones multimisión. Sin embargo, ambos carecen de las características de quinta generación, como la furtividad avanzada y la integración de datos en tiempo real, que el F-35 incorpora para enfrentar amenazas más sofisticadas, como sistemas antiaéreos modernos y cazas enemigos de última generación.
El programa Joint Strike Fighter (JSF), iniciado en 1996, seleccionó al F-35 como el reemplazo unificado para múltiples plataformas, incluyendo el F-16 en la Fuerza Aérea y el F/A-18 en la Armada. Con un costo estimado de 428 mil millones de dólares para desarrollo y producción, el F-35 está diseñado en tres variantes: F-35A (despegue convencional, para la Fuerza Aérea), F-35B (despegue corto y aterrizaje vertical, para los Marines) y F-35C (optimizado para portaaviones, para la Armada). Esta flexibilidad permite al F-35 cumplir roles que sus antecesores no podían abarcar completamente.

La furtividad del F-35, lograda mediante un diseño de baja observabilidad y materiales absorbentes de radar, lo distingue del F-16 y F/A-18, que dependen de contramedidas electrónicas para evadir detección. Además, su sistema de fusión de sensores integra datos de múltiples fuentes, como el radar AN/APG-81, sensores infrarrojos y sistemas externos, proporcionando al piloto una visión completa del campo de batalla. Esta capacidad, conocida como “conciencia situacional mejorada”, permite al F-35 coordinarse con otras unidades en tiempo real, un avance significativo frente a las capacidades más limitadas de sus predecesores.
Datos clave del F-35 Lightning II frente a sus antecesores
- Variantes del F-35: F-35A (Fuerza Aérea), F-35B (Marines, despegue vertical), F-35C (Armada, portaaviones).
- Furtividad: Diseño de baja observabilidad, ausente en el F-16 y F/A-18.
- Fusión de sensores: Integra datos de radar, infrarrojos y sistemas externos en tiempo real.
- Producción: Más de 1,000 unidades entregadas hasta 2025, con un objetivo de 3,500.
- Operadores: Usado por EE. UU., Reino Unido, Israel, Japón, entre otros aliados.
- Costo unitario: Aproximadamente 78 millones de dólares (F-35A, 2023).
Tecnología de Quinta Generación: Más Allá del F-16 y F/A-18
El F-35 no solo reemplaza al F-16 y F/A-18, sino que redefine el combate aéreo. Mientras que el F-16 dependía de su agilidad y el F/A-18 de su robustez en entornos navales, el F-35 combina estas fortalezas con innovaciones tecnológicas. Su sistema de guerra en red permite compartir datos con otras plataformas, como drones, barcos y centros de mando, creando una red de combate integrada. Esta interoperabilidad es crucial en escenarios donde la coordinación entre fuerzas es determinante.

La variante F-35B, con capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical, ofrece una flexibilidad operativa que ni el F-16 ni el F/A-18 podían igualar. Esta característica permite a los Marines operar desde buques anfibios o pistas improvisadas, ampliando el alcance de las misiones. Por otro lado, la F-35C, con alas plegables y un tren de aterrizaje reforzado, está optimizada para las exigencias de los portaaviones, superando las capacidades del F/A-18 en términos de sigilo y alcance.
El armamento del F-35, que incluye misiles aire-aire AIM-120 AMRAAM, bombas guiadas JDAM y misiles antibuque, se almacena en bahías internas para preservar su furtividad, a diferencia de los soportes externos del F-16 y F/A-18. Además, su sistema de casco HMDS (Helmet-Mounted Display System) proyecta información crítica directamente en la visera del piloto, permitiendo una interacción más intuitiva con los sistemas del avión.
A pesar de su superioridad tecnológica, el F-35 enfrentó críticas por retrasos y sobrecostos durante su desarrollo. Sin embargo, desde su entrada en servicio en 2015, ha demostrado su valor en operaciones reales. Por ejemplo, la Fuerza Aérea de Israel empleó el F-35 en misiones de combate en 2018, destacando su capacidad para penetrar defensas aéreas avanzadas. Hasta mayo de 2025, más de 1,000 unidades han sido entregadas a nivel global, con países como Reino Unido, Japón y Australia integrándolos en sus fuerzas aéreas.
Contexto Global y Rol Estratégico del F-35
El F-35 Lightning II no solo es un reemplazo de los F-16 y F/A-18, sino una herramienta estratégica para mantener la superioridad aérea en un entorno geopolítico cambiante. Su capacidad para operar en entornos de alta amenaza, donde los sistemas antiaéreos como el S-400 ruso son comunes, lo convierte en un activo clave para Estados Unidos y sus aliados. A diferencia de sus antecesores, diseñados en una era de conflictos más convencionales, el F-35 está preparado para enfrentar adversarios con tecnología avanzada, como los cazas chinos J-20.
La producción del F-35, que continúa en la planta de Lockheed Martin en Fort Worth, Texas, ha generado más de 254,000 empleos en Estados Unidos y otros países, según datos de la compañía. Además, el programa ha fortalecido alianzas internacionales, con socios como Noruega, Italia y Corea del Sur participando en su desarrollo y adquisición. Este enfoque colaborativo contrasta con los programas del F-16 y F/A-18, que tuvieron un alcance internacional más limitado.

El F-16 y el F/A-18 seguirán en servicio en varias fuerzas aéreas durante años, pero su rol disminuirá gradualmente a medida que el F-35 asuma misiones críticas. La transición refleja un cambio en la doctrina militar, donde la conectividad, la furtividad y la versatilidad son prioritarias. Con un objetivo de producción de 3,500 unidades para 2044, el F-35 está destinado a ser la columna vertebral de la aviación militar occidental durante décadas.
En operaciones recientes, como ejercicios conjuntos en el Indo-Pacífico, el F-35 ha demostrado su capacidad para integrarse con otros sistemas, como los destructores equipados con Aegis y los cazas F-22 Raptor. Esta sinergia refuerza su papel como un “multiplicador de fuerza”, capaz de amplificar la efectividad de las unidades aliadas. A medida que más países adopten el F-35, su impacto en la seguridad global seguirá creciendo, consolidándolo como el sucesor definitivo de los legendarios F-16 y F/A-18.