El F-35 está recibiendo un impulso con un nuevo misil aire-tierra que daría lugar a una opción de ataque global de “día uno” en un posible ataque contra objetivos que despejarían mejor las defensas del enemigo. Este activo está destinado a fomentar la superioridad aérea en las primeras 24 a 48 horas de un conflicto.
El misil se basará en la capacidad del F-35 para evadir el radar y maniobrar a través de los sistemas de misiles tierra-aire. El misil, conocido como arma de ataque en espera, se emparejará con armas de mayor alcance que podrán ser disparadas desde fuera del alcance de los SAM por los B-52 o el nuevo bombardero furtivo B-21 Raider.
Adjudicación de tres contratos iniciales
Tres empresas están recibiendo contratos y fondos para poner en marcha el arma de ataque en espera. Lockheed Martin, Northrop Grumman y L3Harris Technologies ganaron las licitaciones y recibirán 2 millones de dólares cada una para la primera fase de desarrollo, según anunció el 8 de junio una portavoz de adquisiciones de la Fuerza Aérea.
Alta velocidad y ojiva pesada
Este va a ser el primer programa de diseño completo en el que se embarca la Fuerza Aérea. Los contratistas trabajarán en el diseño inicial. El misil tendrá una ojiva nueva y más potente y alcanzará velocidades no vistas en otros misiles del arsenal de la Fuerza Aérea.
Diseñado para ser un programa ágil y totalmente financiado
El Ejército del Aire está preparado para invertir una cantidad considerable de fondos en el programa una vez que se haya completado el trabajo inicial en los próximos 90 días. Durante los próximos cinco años, la Fuerza Aérea ha presupuestado 1.900 millones de dólares para el arma de ataque de reserva.
La Fuerza Aérea “decidirá sobre los buscadores, los motores, las ojivas internas, las partes internas del arma, y a medida que la amenaza cambie, podremos cambiar esas partes de las armas”, según la revista Air Force Magazine.
La negación del área es el nombre del juego
El arma de ataque de reserva proporciona a la Fuerza Aérea una interesante capacidad para impedir primero que el enemigo opere en un espacio de batalla que prefiere. Una vez que el F-35 se acerca a sus objetivos, el misil puede eliminar emplazamientos de SAM, lanzadores de misiles enemigos, centros de mando y control, instalaciones de radar y sistemas que podrían matar a un satélite amigo.
La guerra de Ucrania demuestra que los misiles de precisión de ataque terrestre son fundamentales
El ejército estadounidense ha disfrutado del dominio aéreo en Oriente Medio y el sur de Asia desde el 11 de septiembre, pero los recientes combates aéreos en la guerra de Ucrania han demostrado que un bando u otro no puede asumir siempre la superioridad aérea. Por tanto, una estrategia ofensiva debe prepararse ahora para un espacio aéreo disputado con los medios terrestres del enemigo, que establecen un difícil despliegue de defensas. Los misiles también están adquiriendo mayor importancia a partir de la acción en la guerra ruso-ucraniana.
Todo forma parte de un plan
Ahí es donde entra este nuevo misil. Las municiones guiadas de precisión deben eliminar los sistemas de defensa aérea el primer día del conflicto para degradar rápidamente las capacidades del enemigo. Esto prepara el camino para que los bombarderos de gran potencia que pueden permanecer fuera de alcance disparen misiles de reserva o, en el caso del B-21, vuelen tras los F-35 para realizar bombardeos de ataque terrestre de menor alcance el segundo, tercer y cuarto día. Así pues, la Fuerza Aérea está elaborando planes para disponer de parámetros de ataque listos para usar antes de que comience el conflicto. El objetivo es ofrecer al presidente, al secretario de Defensa y a los Jefes de Estado Mayor opciones en caso de que se produzca una crisis en Europa o en el Indo-Pacífico.
¿Podría la Armada conseguirlo también?
No está claro si el arma de ataque de reserva podría ir a por objetivos navales, pero eso entra dentro de lo posible y podría equipar a los F-35C con base en portaaviones para emplear el misil.
Este es el tipo de desarrollo de armas que parece estar impulsado por la estrategia militar general y es una forma refrescante de llevar a cabo un programa de adquisición. El arma de ataque, en caso de que tenga éxito en los próximos años, cubrirá una importante carencia de capacidades para el combate aéreo.