El paquete Bloque 4 del F-35, habilitado por TR-3, amplía ataque electrónico con AN/APG-81 y ASQ-239, pero acumula retrasos y recortes hasta 2031.
Bloque 4 y TR-3 sitúan la guerra electrónica en el salto de misión
El Departamento de Defensa de Estados Unidos vincula el Bloque 4 del F-35 a nuevos equipos y a nuevas versiones del programa de misión sobre la base TR-3. Con esa combinación, la modernización coloca la guerra electrónica como eje del salto de capacidades y busca ampliar funciones no cinéticas, entre ellas el ataque electrónico. Al mismo tiempo, el programa ajusta plazos y contenidos por problemas de desarrollo y de verificación descritos por organismos de control.
La flota multinacional que ya opera el aparato integra esas mejoras con la meta de aumentar el conjunto de capacidades de sistemas de misión. El Bloque 4 se presenta en la comunicación pública como más de 75 mejoras mayores para las tres variantes del F-35. Dentro de ese paquete, la guerra electrónica de naturaleza no cinética aparece como una prioridad que depende de la base de aviónica TR-3 y de nuevos equipos.
Según el director de Pruebas Operativas y Evaluación (DOT&E), TR-3 incorpora procesadores centrales integrados modernizados, un sistema de memoria de la aeronave actualizado y pantallas panorámicas en cabina. El programa definió esta actualización como habilitador clave para capacidades nuevas de sistemas de misión asociadas al Bloque 4. Esa base de cómputo y arquitectura permite alojar versiones del programa de misión y equipos con mayores exigencias para funciones no cinéticas de guerra electrónica.

El DOT&E también recoge que una decisión de producción a plena cadencia en marzo de 2024 ordenó crear dos subprogramas mayores: modernización del motor y desarrollo del Bloque 4. Este último sustituyó el esquema previo de incorporación continua de capacidades. En esa estructura, la guerra electrónica forma parte de los sistemas de misión que deben pasar por ensayos de desarrollo y operativos con configuraciones TR-2 y TR-3, con familias de versiones distintas.
Componentes y habilitadores citados para la guerra electrónica del F-35
- Paquete Bloque 4: más de 75 mejoras mayores para las tres variantes, con énfasis en capacidades no cinéticas de guerra electrónica.
- Base TR-3: procesadores centrales integrados modernizados, memoria actualizada y pantallas panorámicas en cabina, según DOT&E.
- Radar AN/APG-81: modos activos y pasivos aire-aire y aire-superficie, y uso como “apertura” de guerra electrónica.
- Sistema AN/ASQ-239: aviso de amenazas, autoprotección y apoyo a la puntería con cobertura de 360 grados; gestión de interferencia y engaño.
- Datos de misión: la U.S. Reprogramming Laboratory aporta datos para reconocer, clasificar y responder a emisores de radiofrecuencia.
El AN/APG-81 y el AN/ASQ-239 integran ataque y autoprotección electrónica
En el diseño del F-35, la guerra electrónica no depende de un pod externo ni de un equipo aislado. El concepto reparte funciones entre sensores y sistemas del avión, con integración en la arquitectura de misión. En ese conjunto destaca el radar de barrido electrónico activo AN/APG-81 y el sistema de guerra electrónica y contramedidas AN/ASQ-239. La modernización del Bloque 4 prevé ampliar su margen de actuación dentro de esa capa electrónica.

El fabricante describe el AN/APG-81 como un radar multifunción con modos activos y pasivos para misiones aire-aire y aire-superficie. Además, el sistema puede actuar como “apertura” de guerra electrónica. Northrop Grumman atribuye al radar funciones de protección electrónica, ataque electrónico y medidas de apoyo electrónico, y sitúa ese empleo dentro de misiones orientadas a suprimir defensas antiaéreas y apoyar acciones contra radares de vigilancia y de guiado en el marco del Bloque 4.
El AN/ASQ-239 aporta aviso de amenazas, autoprotección y apoyo a la puntería dentro de la arquitectura del F-35, con cobertura de 360 grados según formulaciones del suministrador. En la práctica, el sistema detecta emisiones, avisa al piloto y gestiona contramedidas. También ejecuta interferencia y engaño contra amenazas de radiofrecuencia, incluidas las asociadas a radares de vigilancia y a radares de guiado. Ese empleo sostiene la supervivencia del avión en entornos disputados.
La modernización del Bloque 4 pretende ampliar la actuación de esa capa electrónica frente a amenazas que cambian en frecuencia, potencia, modos de trabajo y técnicas de baja probabilidad de interceptación. El resultado depende de equipos nuevos y de versiones del programa embarcado, pero también de los datos de misión que permiten reconocer y clasificar emisores. Ese conjunto de elementos condiciona la eficacia de la detección pasiva, la alerta temprana y la selección de respuestas electrónicas.
Contratos y retrasos marcan la entrega de TR-3 y Bloque 4 para el F-35
Los contratos y modificaciones publicados por el Departamento de Defensa muestran el esfuerzo industrial para integrar mejoras de guerra electrónica. En mayo de 2021, el Departamento anunció una modificación destinada a ingeniería no recurrente, integración y ensayos de un módulo de interfaz de la aeronave en apoyo de mejoras del ASQ-239 previstas para el Lote 17. El trabajo se repartió entre Nashua, New Hampshire, y Fort Worth, Texas, y se sumó a otros paquetes de ingeniería.

El calendario de TR-3 condicionó el ritmo del Bloque 4. El DOT&E indicó que el programa quiso introducir TR-3 en producción para entregar aeronaves del Lote 15 en 2023, pero problemas de equipo y de programa en ensayos de desarrollo forzaron retrasos y llevaron a estacionar aviones tras su fabricación. Para estabilizar el rendimiento, el programa usó un programa recortado y en julio de 2024 aceptó aeronaves TR-3 para entrenamiento; Reuters informó de retenciones de pago.
El componente de guerra electrónica del Bloque 4 también depende de la reprogramación y de los datos de misión para reconocer, clasificar y responder a emisores. En materia de ciberseguridad, el DOT&E informó de evaluaciones y actividades sobre la U.S. Reprogramming Laboratory, que aporta esos datos para el F-35. Ese flujo, separado de la producción del avión, influye en técnicas como detección pasiva, alerta temprana y selección de respuestas electrónicas ante defensas antiaéreas.
El 3 de septiembre de 2025, la GAO describió que el Departamento de Defensa pasaba a gestionar el Bloque 4 como subprograma mayor y recortaba su alcance frente al plan original, con otras funciones para esfuerzos posteriores. La GAO situó la finalización del Bloque 4 recortado en 2031, cinco años tarde de lo comunicado, y añadió que el programa esperaba entregar F-35 con TR-3 aptos para el combate en 2026.
