El Lockheed Martin F-35 Lightning II se asemeja a un vehículo de alta competición en términos de su rapidez, polivalencia y liderazgo tecnológico.
Sin embargo, ha mostrado limitaciones operativas bajo condiciones meteorológicas adversas, específicamente durante tormentas eléctricas. Contrariamente a su clasificación como un avión apto para cualquier condición climática, el caza furtivo de quinta generación enfrentó restricciones operativas en presencia de actividad eléctrica en el cielo.
Resulta paradójico que una aeronave bautizada como Lightning II haya tenido prohibido operar bajo la amenaza de rayos. No obstante, esta limitación es ya parte del pasado, puesto que el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha eliminado tales restricciones para el modelo F-35A.
Levantamiento de Restricciones del F-35A ante la Presencia de Rayos
De acuerdo con lo reportado inicialmente por Breaking Defense, la versión de despegue y aterrizaje convencional del Joint Strike Fighter estuvo restringida de volar a menos de 40 kilómetros de distancia de tormentas eléctricas desde junio de 2020.
Esta medida se tomó tras el descubrimiento de tuberías defectuosas en el sistema de Generación de Gas Inerte a Bordo (OBIGGS). Este sistema cumple una función crítica al prevenir la ignición del combustible por rayos, mediante la inyección de aire enriquecido con nitrógeno en los tanques de combustible para inertizar su contenido.
Los daños identificados en las tuberías del OBIGGS plantearon dudas sobre la efectividad del sistema bajo condiciones extremas.
La Oficina del Programa Joint Strike Fighter (JPO) confirmó que el levantamiento de las restricciones se produjo el 19 de marzo, tras implementarse reparaciones tanto en el hardware como en el software del sistema de protección contra rayos. Sin embargo, la JPO no proporcionó detalles específicos sobre la cantidad de F-35A que recibieron estas modificaciones o la autorización para operar bajo condiciones de tormentas eléctricas, argumentando motivos de seguridad operativa.
“La intervención incluyó la implementación de un diseño más resistente para el OBIGGS, acompañado de mejoras en el software. Los procesos de validación para estas modificaciones combinaron pruebas de laboratorio con evaluaciones de vuelo”, indicó el portavoz de la JPO, Russ Goemaere, en declaraciones a Breaking Defense.
Refuerzo de la Capacidad Operativa del F-35A frente a Tormentas Eléctricas
“Se otorga reconocimiento al gobierno y a los ingenieros del sector por su dedicación y precisión técnica, su capacidad para conducir análisis exhaustivos, y fomentar la toma de decisiones basadas en datos con el objetivo de superar los retos identificados en 2022”, complementó Goemaere.
“Este avance no solo recupera la plena capacidad operativa del avión, sino que también incrementa la seguridad para los pilotos y sus naves”. Este incidente marca la segunda vez que el F-35A enfrenta problemas relacionados con la protección contra rayos.
Historial de Vulnerabilidades al Rayo en el F-35A
Este inconveniente no es nuevo en la historia del F-35 Lightning II. Hace más de diez años, se detectó que los tanques de combustible del avión no se inertizaban adecuadamente con gas enriquecido en nitrógeno, comprometiendo la seguridad de la aeronave bajo la amenaza de impactos directos por rayos.
Tras un rediseño del sistema OBIGGS y la posterior autorización en 2014 para operar en proximidades de tormentas eléctricas, se descubrió una nueva falla en el modelo F-35A. Es importante señalar que este problema específico no afectó a las variantes F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) ni al F-35C, destinado a operaciones desde portaaviones de la Armada de EE. UU.
No obstante, en julio de 2021, dos F-35B basados en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines en Iwakuni, Japón, sufrieron daños significativos tras ser golpeados por rayos en pleno vuelo. Afortunadamente, ambas aeronaves lograron aterrizar sin incidentes y sin causar heridas a los marines involucrados, de acuerdo a lo informado por el Cuerpo de Marines y reseñado por Military Times.
Daños por Rayo Clasificados como Incidente de Clase A
El impacto del rayo en cada uno de los cazas fue de tal magnitud que los daños fueron catalogados como “percances de Clase A”, definidos por incidentes que resultan en muerte, discapacidad permanente, o daños superiores a $2,5 millones.
Por ello, a pesar de las mejoras implementadas, el Comando de Combate Aéreo ha establecido directrices claras para los pilotos del F-35, instándolos a evitar volar directamente en condiciones de tormentas eléctricas a menos que sea absolutamente necesario para cumplir con los objetivos de una misión.