Sandia National Laboratories informó que entre el 19 y el 21 de agosto de 2025 llevó a cabo, junto con la Administración Nacional de Seguridad Nuclear del Departamento de Energía de Estados Unidos, una campaña de pruebas de vuelo con ensamblajes conjuntos de prueba de la bomba B61-12 integrados en un F-35A en el polígono de Tonopah, Nevada.
El avión y el personal de apoyo procedieron de la Base Aérea de Hill, Utah. La organización comunicó resultados positivos tras lanzamientos reales con unidades inertes y definió el objetivo como una verificación del rendimiento y la fiabilidad del arma y de su integración en el avión.
La secuencia incluyó la carga y el traslado en la línea de vuelo de Hill, el despegue con las municiones alojadas en las bodegas internas del F-35A y su liberación sobre Tonopah en perfiles representativos. Las imágenes difundidas por el medio especializado Defense News muestran el proceso de carga de dos B61-12 sin carga nuclear antes de los vuelos de prueba del 19 de agosto, con personal de la Fuerza Aérea y del Departamento de Energía en tareas coordinadas.

Sandia precisó que esta fue la única campaña de 2025 con ensamblajes conjuntos de prueba de la B61-12 en un F-35A e indicó que el equipo ejecutó dos jornadas de lanzamientos para evaluar tres activos de prueba. Además señaló que, por primera vez en este avión, aplicó un preacondicionamiento térmico a un ensamblaje antes de su porte y liberación, con el fin de validar los requisitos ambientales del arma en un escenario combinado real.
Los ensamblajes conjuntos de prueba reproducen dimensiones, masa, interfaces y electrónica de telemetría de la bomba, sin incorporar material nuclear. Su empleo permite verificar la comunicación arma-avión y el comportamiento cinemático del conjunto sin riesgo nuclear y bajo condiciones de operación con tripulaciones y procedimientos reales. En esta campaña, Sandia indicó que los ensayos de vuelo del arsenal respaldan su evaluación anual del stockpile y ejercitan las capacidades de las unidades que participarían en una misión.
Los ensayos de agosto de 2025 se integran en el proceso de certificación y verificación con el F-35A que registra hitos previos. En 2020, Sandia y la Fuerza Aérea efectuaron la primera liberación totalmente instrumentada de una B61-12 desde la bodega interna de un caza y la primera a velocidad supersónica en esta configuración, lo que acreditó la interoperabilidad básica entre el arma y el F-35A.

El 21 de septiembre de 2021, dos F-35A realizaron la demostración completa del sistema de armas con ensamblajes de prueba en Tonopah; la Fuerza Aérea consideró ese ejercicio como la fase final de la certificación de diseño nuclear del avión. Posteriormente, en mayo de 2024, la Oficina del Inspector general del Departamento de Defensa evaluó la certificación de diseño del F-15E, el B-2 y el F-35A y concluyó que la Fuerza Aérea cumplió los requisitos normativos aplicables.
La B61-12 resulta de un programa de extensión de vida que moderniza la familia B61 y sustituye a las versiones 3, 4 y 7 en el arsenal de Estados Unidos. El plan extiende la vida útil al menos veinte años mediante la renovación, la reutilización o el reemplazo de componentes nucleares y no nucleares, mejora las condiciones de seguridad y de control de uso, e incorpora un conjunto de cola suministrado por la Fuerza Aérea que proporciona guiado y mayor precisión. La bomba admite empleo en caída balística o en modo guiado y se certifica para aeronaves estratégicas y de doble capacidad actualmente en servicio, así como para plataformas futuras como el F-35 y el bombardero B-21.
El 2 de noviembre de 2021, la empresa nuclear estadounidense completó la primera unidad de producción de la B61-12 tras más de nueve años de diseño, desarrollo, calificación y fabricación de componentes, y en enero de 2025 comunicó la conclusión del programa de extensión de vida. Documentos presupuestarios del Departamento de Energía para el ejercicio 2026 indican que, tras el cierre del programa, la gestión pasa a las actividades ordinarias de sostenimiento del arsenal.

Según la distribución industrial y funcional descrita por la NNSA, Sandia y Los Álamos asumen el diseño y la ingeniería; el Complejo Nacional de Seguridad de Kansas City produce grandes subconjuntos no nucleares; el Complejo de Seguridad Nacional Y-12 remanufactura piezas de uranio u otros materiales; el sitio de Savannah River realiza el ensayo y la reposición del sistema de tritio; y la planta de Pantex fabrica los explosivos de alto poder, revalida el pozo del B61 y efectúa el ensamblaje final para su entrega a la Fuerza Aérea.
Antes de la integración con el F-35A, la B61-12 superó en 2020 una serie de ensayos que demostraron su compatibilidad con el F-15E Strike Eagle, entre ellos una demostración completa del sistema de armas con dos lanzamientos en Tonopah. En ese momento, Sandia informó que los resultados cumplían los requisitos de rendimiento y de seguridad y que la compatibilidad con el F-15E quedaba acreditada con alta confianza.
La Fuerza Aérea explica que la certificación nuclear consta de dos fases, de diseño y operativa. Tras la demostración completa del sistema en 2021, la institución señaló que la certificación de diseño del F-35A cubrió una fase necesaria del proceso y que solo las unidades con misión nuclear recibirán la configuración destinada a mantener aviones con capacidad nuclear.

En el marco de la Alianza Atlántica, la ficha técnica de la NNSA identifica la B61-12 como munición destinada a aeronaves estratégicas y de doble capacidad de Estados Unidos y de la OTAN. En junio de 2025, el Reino Unido comunicó la compra de doce F-35A con capacidad para portar B61-12 y su incorporación a la misión aliada de aeronaves de doble capacidad, según la información difundida entonces por agencias y autoridades.
Defense News informó que, durante la campaña de agosto de 2025, el equipo evaluó tres activos de prueba y publicó fotografías del impacto de un ensamblaje conjunto en el polígono de Tonopah, así como del traslado, la carga y el despegue del F-35A desde Hill. El medio añadió, con base en información de Sandia, que los lanzamientos con unidades inertes constituyen una verificación operativa parcial de que avión, tripulaciones y arma funcionan de forma fiable en una misión de este tipo.
La documentación técnica y presupuestaria del Departamento de Energía para el ejercicio 2026 señala, en paralelo, que tras la finalización del programa de extensión de vida de la B61-12, el esfuerzo se traslada a las tareas de sostenimiento. Ese trabajo comprende la continuidad de evaluaciones, la gestión de repuestos y las actividades destinadas a mantener los parámetros de seguridad, control de uso y eficacia durante toda la vida en servicio.
