El F-35 amplió su capacidad de guerra electrónica con el misil AGM-88G HARM, reforzando su rol clave en escenarios de amenaza avanzada.
Lockheed Martin integró el AGM-88G en las tres variantes del F-35
En 2023, el Pentágono firmó un contrato por 97.3 millones de dólares con Lockheed Martin para incorporar el misil AGM-88G HARM en las tres versiones del F-35 Lightning II: F-35A (convencional), F-35B (despegue corto y aterrizaje vertical) y F-35C (portaaviones). El Departamento de Defensa confirmó que este acuerdo incluye modificaciones en laboratorios, vuelos de prueba y ajustes en aeronaves de producción reciente.
Además de beneficiar a las fuerzas estadounidenses, el contrato extiende sus ventajas a socios internacionales del programa Joint Strike Fighter, como Reino Unido, Japón y Australia. Las actualizaciones, que forman parte del paquete Block 4, también incluyen compatibilidad con el misil AGM-158C LRASM y el sistema Sidekick para portar seis misiles AMRAAM.
Según un reporte publicado por Naval News el 7 de marzo de 2025, la implementación del AGM-88G permite al F-35 operar con mayor eficacia en escenarios de alta amenaza electrónica, ampliando su interoperabilidad con otras plataformas como el EA-18G Growler y el F/A-18 Super Hornet.
El programa Block 4, iniciado en fases de producción de 2025, busca actualizar integralmente las capacidades del F-35 para misiones multidominio, fortaleciendo su rol estratégico en conflictos contemporáneos.

Capacidades del F-35 tras las actualizaciones del programa Block 4
- Radar AESA AN/APG-81 mejorado para detección de amenazas electrónicas a mayor distancia.
- Sistema AN/ASQ-239 Barracuda permite identificar y bloquear señales enemigas.
- Compatibilidad con el misil AGM-158C LRASM para operaciones antibuque.
- Sistema Sidekick permite cargar hasta seis misiles AMRAAM internamente.
- Los F-35B y F-35C completaron pruebas de vuelo con el LRASM en enero y septiembre de 2024.
El AGM-88G amplía la capacidad antirradiación del F-35
El AGM-88G representa una evolución del misil HARM, diseñado por Northrop Grumman, con mejoras en precisión, alcance y capacidad de rastreo. Esta versión avanzada permite al F-35 detectar, seguir y eliminar radares enemigos con mayor efectividad.
Este misil de 360 kg y 4 metros de largo alcanza distancias superiores a los 48 km, extendidas en modelos recientes hasta más de 100 km, según The Defense Post. Porta una ojiva altamente explosiva específica para misiones de supresión de defensas aéreas (SEAD).
Con su integración al F-35, el AGM-88G permite que esta aeronave asuma roles que antes desempeñaban principalmente el F-16 y el Growler, mejorando la capacidad de interoperabilidad táctica en distintos teatros de operaciones.
Estas capacidades refuerzan el carácter multifuncional del F-35, convirtiéndolo en una plataforma clave frente a sistemas antiaéreos avanzados, incluso en entornos saturados por interferencias electrónicas.
El misil HARM demostró eficacia operativa en Ucrania desde 2022

Desde 2022, Ucrania ha usado el misil AGM-88 HARM para atacar sistemas de defensa aérea rusos, tras recibir unidades entregadas por Estados Unidos. La Fuerza Aérea ucraniana adaptó Su-25, Su-27 y MiG-29 para lanzar estos misiles contra objetivos como S-300 y Buk.
Análisis de The War Zone y publicaciones en X de marzo de 2025 indican que estas operaciones destruyeron o inutilizaron múltiples baterías antiaéreas rusas, abriendo espacio para ataques aéreos posteriores y confirmando la eficacia del HARM en misiones SEAD.
Por parte de Rusia, las tácticas de guerra electrónica incluyeron interferencias a las comunicaciones tácticas ucranianas y ataques contra drones como el Orlan-10 y el Shahed-136. Ucrania respondió con contramedidas electrónicas dirigidas.
Este entorno operacional evidencia la necesidad de plataformas avanzadas como el F-35, cuya capacidad para integrar el AGM-88G refuerza su eficacia en escenarios de alta complejidad tecnológica.
La guerra electrónica redefine los requisitos para el dominio aéreo

La llegada del F-16 a Ucrania en 2024, también compatible con el HARM, representó un avance, pero el F-35 ofrece una ventaja tecnológica superior gracias a sus capacidades stealth y sensores avanzados.
El diseño furtivo del F-35, combinado con sus sistemas de guerra electrónica y sensores integrados, lo posiciona como una plataforma ideal para operar en espacios aéreos disputados y densamente protegidos.
Las actualizaciones del programa Block 4 marcan una transformación en su capacidad para enfrentar amenazas electrónicas, adaptarse a nuevos armamentos y mantenerse como un elemento central en estrategias de disuasión y ataque preventivo.
Con estas mejoras, el F-35 se consolida como el caza más versátil de su generación, combinando capacidades cinéticas, electrónicas y de sigilo en una sola plataforma que redefine el combate aéreo moderno.