El sistema de guerra electrónica del Super Hornet interfiere señales enemigas y protege la aeronave en misiones críticas de supresión de defensas aéreas.
Guerra electrónica avanzada del F/A-18 Super Hornet
El Boeing F/A-18E/F Super Hornet, un caza polivalente de la Marina de EE. UU., integra un avanzado sistema de guerra electrónica que permite interferir señales enemigas y proteger la aeronave durante operaciones tácticas. Este sistema, diseñado para contrarrestar amenazas modernas, combina pods de interferencia, sensores y contramedidas electrónicas para dominar el espectro electromagnético. En misiones de supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD), el Super Hornet despliega estas capacidades para neutralizar radares y sistemas de comunicación hostiles, asegurando la superioridad aérea y la seguridad de las fuerzas aliadas. La variante EA-18G Growler, derivada del F/A-18F, especializa estas funciones, reemplazando al EA-6B Prowler en 2009 como la principal plataforma de guerra electrónica de la Marina.
El núcleo del sistema de guerra electrónica del Super Hornet reside en su capacidad para detectar, analizar y perturbar señales enemigas. Equipado con el receptor de alerta radar AN/ALR-67(V)3, el avión identifica emisiones de radar hostiles, proporcionando datos en tiempo real al piloto. Este receptor, combinado con el dispensador de contramedidas AN/ALE-47, permite la liberación de bengalas y chaff para desviar misiles guiados por radar o infrarrojos. Además, el AN/ALQ-165 Airborne Self-Protect Jammer (ASPJ), presente en los modelos Block I, genera señales de interferencia para confundir los sistemas de seguimiento enemigos. Estas herramientas aseguran que el Super Hornet pueda operar en entornos de alta amenaza, protegiendo tanto la aeronave como las formaciones aliadas.
En la variante EA-18G Growler, las capacidades de guerra electrónica se amplifican mediante el uso de pods de interferencia especializados, como el AN/ALQ-99, que cubren bandas de alta y baja frecuencia. Estos pods, montados en hasta cinco puntos de anclaje, emiten señales de alta potencia para suprimir radares de defensa aérea y sistemas de comunicación enemigos. El AN/ALQ-218, un receptor de banda ancha ubicado en las puntas de las alas, permite al Growler detectar emisiones electrónicas mientras ejecuta interferencias, una capacidad conocida como “Listen While Jamming”. Esta combinación de sensores y pods otorga al Growler una ventaja única en misiones SEAD, donde la neutralización de defensas terrestres es crítica para el éxito de las operaciones aéreas.
El Super Hornet también incorpora el sistema de contramedidas electrónicas integradas AN/ALQ-214 IDECM, desarrollado por L3Harris. Este sistema coordina la detección de amenazas, la gestión de contramedidas y el control de emisiones, optimizando la protección de la aeronave contra amenazas de radiofrecuencia avanzadas. El AN/ALQ-214 utiliza técnicas de engaño para alterar los sistemas de guía de misiles enemigos, aumentando la capacidad de supervivencia del avión en escenarios de combate. Este sistema, junto con el señuelo remolcado AN/ALE-50, forma un escudo electrónico que desvía ataques dirigidos contra el Super Hornet, permitiéndole mantener la iniciativa en el campo de batalla.
Datos clave sobre el sistema de guerra electrónica del F/A-18 Super Hornet
- El AN/ALQ-99 puede interferir múltiples frecuencias simultáneamente, neutralizando radares de largo alcance.
- El AN/ALQ-218 detecta emisiones enemigas con un rango de frecuencia de 0.5 a 18 GHz.
- El AN/ALQ-214 IDECM reduce la probabilidad de impacto de misiles guiados por radar en un 30%.
- El Growler lleva hasta 17,750 libras de carga externa, incluyendo pods y misiles AGM-88 HARM.
- La Marina de EE. UU. opera 160 EA-18G Growler, con entregas completadas en 2020.
Supresión de defensas y protección en operaciones tácticas
El sistema de guerra electrónica del Super Hornet desempeña un rol crítico en misiones de supresión de defensas aéreas enemigas. Durante estas operaciones, el EA-18G Growler utiliza sus pods AN/ALQ-99 para emitir señales de interferencia que desactivan o confunden los radares de los sistemas de defensa aérea, como los SA-20 o S-400. Esta capacidad permite a las fuerzas aliadas penetrar en espacios aéreos hostiles con menor riesgo de detección. Además, el Growler puede emplear misiles AGM-88 HARM y su variante avanzada AARGM, diseñados para localizar y destruir emisores de radar, proporcionando una solución de “eliminación dura” contra amenazas terrestres.
En operaciones tácticas, el Super Hornet y el Growler trabajan en conjunto con otras plataformas, como el F-35 Lightning II, para maximizar la efectividad. Mientras el F-35 utiliza su sigilo para evadir detección, el Growler interfiere activamente las defensas enemigas, creando un entorno operativo favorable. La integración de la tecnología de red Tactical Targeting Network Technology (TTNT) permite al Growler compartir datos en tiempo real con otras unidades, mejorando la coordinación y la precisión en el ataque. Esta capacidad de guerra centrada en red asegura que el Super Hornet no solo proteja a su propia formación, sino que también facilite el éxito de misiones conjuntas.
La protección electrónica del Super Hornet se ve reforzada por su radar AN/APG-79 AESA, que ofrece capacidades de detección pasiva y supresión de radar activa. Este radar, combinado con el sistema de búsqueda y seguimiento por infrarrojos IRST21, permite al avión identificar amenazas sin emitir señales detectables, reduciendo su firma electromagnética. En combate, esta capacidad es esencial para evitar la detección por parte de sistemas de defensa aérea avanzados, como los empleados por adversarios potenciales en el Indo-Pacífico o el Medio Oriente.
El Super Hornet ha demostrado su eficacia en conflictos recientes, incluyendo la Operación Odyssey Dawn en Libia en 2011, donde los EA-18G Growler neutralizaron defensas aéreas para establecer una zona de exclusión aérea. Más recientemente, en la Operación Prosperity Guardian en el mar Rojo, un Growler destruyó un helicóptero Mil Mi-24 y un dron Hutí, utilizando un misil AGM-88E AARGM y armamento aire-aire. Estas acciones destacan la versatilidad del sistema de guerra electrónica, que no solo interfiere señales, sino que también permite al avión ejecutar ataques precisos contra amenazas terrestres y aéreas.
Avances y modernización del sistema de guerra electrónica
La Marina de EE. UU. continúa modernizando el sistema de guerra electrónica del Super Hornet para contrarrestar amenazas emergentes. Un componente clave de esta modernización es el Next Generation Jammer-Mid Band (NGJ-MB), desarrollado por Raytheon. Este pod, que reemplaza al AN/ALQ-99, ofrece mayor alcance, capacidad para interferir múltiples frecuencias simultáneamente y menor resistencia aerodinámica. El NGJ-MB, desplegado en 2024, mejora la capacidad del EA-18G Growler para “degradar, interrumpir o negar” las defensas aéreas y comunicaciones enemigas, según datos de la Marina. Sin embargo, su mayor peso y arrastre han generado preocupaciones sobre el alcance del Growler, lo que ha llevado a la Marina a explorar soluciones como tanques de combustible adicionales.
El programa Block III Super Hornet, iniciado en 2020, introduce mejoras significativas en la guerra electrónica. Estas incluyen un sistema de cabina avanzado con pantallas táctiles de gran formato, un procesador de red de objetivos distribuidos (DTP-N) y una infraestructura de red mejorada. Estas actualizaciones permiten al Super Hornet y al Growler procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real, mejorando la toma de decisiones en misiones complejas. Además, la integración de tanques de combustible conformales y un pod de armas cerrado reduce la firma de radar del avión, aumentando su capacidad de supervivencia en entornos hostiles.
El sistema de guerra electrónica del Super Hornet también se beneficia de la cooperación internacional. La Fuerza Aérea Real Australiana (RAAF) opera 13 EA-18G Growler, equipados con pods AN/ASQ-228 ATFLIR y misiles AIM-9X Sidewinder, lo que amplía sus capacidades aire-aire y de identificación de objetivos. Australia invirtió 1,500 millones de dólares australianos en 2012 para adaptar 12 F/A-18F al estándar Growler, demostrando la flexibilidad del diseño del Super Hornet. Kuwait, otro operador, ha ordenado 28 F/A-18E/F, algunos con capacidades de guerra electrónica mejoradas, reforzando la presencia global de esta plataforma.
La evolución del sistema de guerra electrónica del Super Hornet refleja su importancia como pilar de la aviación naval. A medida que las amenazas electrónicas se vuelven más sofisticadas, la Marina de EE. UU. y sus aliados continúan invirtiendo en tecnologías como el NGJ-Low Band (NGJ-LB), desarrollado por L3Harris y Northrop Grumman, para mantener la superioridad en el espectro electromagnético. Estas mejoras aseguran que el Super Hornet y el Growler permanezcan relevantes en el campo de batalla hasta al menos la década de 2040, proporcionando capacidades críticas para la supresión de defensas y la protección electrónica en operaciones tácticas de alta intensidad.