El programa F/A-XX busca sustituir a los F/A-18E/F y reaccionar a los progresos chinos en aviación militar avanzada.
Progresos en el programa F/A-XX de la Marina estadounidense y rivalidad con China
La Marina de los Estados Unidos progresa en el programa F/A-XX, un caza de sexta generación destinado a las operaciones desde portaaviones, con el fin de sustituir a los F/A-18E/F Super Hornet y E/A-18 Growler, y reacciona a los progresos chinos en prototipos como el J-36 de Chengdu y el J-50 de Shenyang, según informes del Departamento de Defensa y fuentes especializadas en aviación militar.
El secretario de Defensa Pete Hegseth aprobó el avance del contrato el 4 de octubre de 2025 en Washington, lo que permite la selección de un constructor principal entre Boeing y Northrop Grumman, con una decisión prevista para los días inmediatos posteriores. Esta medida se produce en un contexto donde el Congreso asignó $750 millones en un paquete fiscal de verano y añadió 1400 millones más en la lista de prioridades no financiadas de la Marina para el año fiscal 2026.
El objetivo consiste en acelerar el desarrollo ante la producción limitada del caza naval chino J-35 y los vuelos iniciales de sus equivalentes de sexta generación. El programa F/A-XX forma parte del conjunto de sistemas de Dominio Aéreo de Nueva Generación, que incluye tanto aeronaves tripuladas como no tripuladas para operaciones en entornos disputados.
Boeing, responsable del F-47 de la Fuerza Aérea, presentó representaciones conceptuales que muestran un diseño adaptado a portaaviones, y Northrop Grumman, después de abandonar la competencia aérea en 2023, concentró sus esfuerzos en este proyecto naval y reveló un modelo en el verano de 2025. Lockheed Martin quedó fuera en marzo de 2025 al no cumplir con los criterios establecidos por la Marina.
Aspectos principales del financiamiento y desacuerdos en el programa F/A-XX
- Departamento de Defensa solicitó inicialmente solo $74 millones para un desarrollo mínimo.
- Propuso una pausa de tres años por preocupaciones en la cadena de suministro y la ingeniería.
- Cámara de Representantes rechazó la redirección de 500 millones hacia el F-47 y priorizó el F/A-XX.
- Comité de Servicios Armados del Senado incluyó 750 millones adicionales en su proyecto de ley de defensa del 3 de junio de 2025.
- Marina destacó en julio que el programa resulta esencial para sostener la ventaja aérea frente a amenazas emergentes.
Capacidades técnicas e integración del F/A-XX en operaciones navales futuras
Las capacidades técnicas del F/A-XX incluyen un alcance operativo un 25 por ciento superior al del F-35C, lo que supera los 2700 kilómetros sin reabastecimiento, junto con sigilo avanzado que permite evadir sistemas de denegación de área. El caza incorpora sensores de nueva generación y enlaces de datos para una conciencia situacional en tiempo real.
Esto facilita la coordinación con aeronaves de alerta temprana, buques de superficie y portaaviones. Además, actúa como coordinador para enjambres de aeronaves de combate colaborativas no tripuladas, que representan hasta dos tercios del ala aérea futura en portaaviones, y realiza misiones de reconocimiento, guerra electrónica o ataque.
Estas características reaccionan directamente a los desafíos planteados por los sistemas chinos de denegación de acceso, que exigen operaciones desde distancias mayores en teatros extensos como el Pacífico. La Marina planea integrar el F/A-XX con más de 270 unidades del F-35C en sus alas aéreas, lo que asegura una transición gradual mientras los Super Hornet permanecen en servicio hasta la década de 2040.
El valor del programa a lo largo de su ciclo de vida se estima en decenas de miles de millones de dólares, comparable al del F-35, y prioriza la modularidad para actualizaciones rápidas en software y hardware. En el lado chino, el J-36 de Chengdu, observado en vuelo por primera vez en diciembre de 2024 con escolta de un J-20S, presenta un diseño de sigilo pesado para misiones múltiples.
Desarrollos chinos en cazas de sexta generación y necesidad estratégica para EE. UU.
Lo cual incluye superioridad aérea y ataque, como parte del programa de sexta generación del Ejército Popular de Liberación. Este prototipo incorpora integración con sistemas no tripulados, similar al enfoque estadounidense, y se concentra en confrontaciones de alta intensidad con alcances prolongados. Por su parte, el J-50 de Shenyang, un bimotor sin cola con alas en lambda, realiza pruebas de vuelo en Shenyang.
Y muestra puntas de alas pivotantes, toberas de vectorización de empuje y sensores electroópticos, lo que indica progresos rápidos en maniobrabilidad y detección. Ambas aeronaves podrían adaptarse a versiones navales para portaaviones, lo que complementa el J-35, basado en el FC-31, que entró en producción limitada y realiza pruebas en el portaaviones Fujian junto al J-15T y el KJ-600 de alerta temprana.
El Ejército Popular de Liberación retira gradualmente cazas de segunda y tercera generación en favor de modelos de 4,5 y quinta generación, con énfasis en la combinación de tripulados y no tripulados, como el Feihong FH-9 revelado en diciembre de 2024 para roles de ala leal en escenarios de larga duración. La necesidad del F/A-XX se intensifica por estos desarrollos chinos.
Los cuales podrían alcanzar operatividad en la mitad de la década de 2030, según análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y la Corporación RAND. Sin un caza naval moderno, las alas aéreas estadounidenses dependerían de plataformas legacy con limitaciones en rango y sigilo, lo que afectaría la ventaja en cielos disputados.
Debates presupuestarios y diferencias entre programas aéreos y navales en defensa
El almirante Daryl Caudle, jefe de operaciones navales, subrayó en julio de 2025 la necesidad de desplegar esta capacidad con rapidez, y el representante Ken Calvert advirtió que la indecisión dejaría a la Marina en desventaja ante un posible conflicto. El programa naval difiere del aéreo al priorizar la resistencia y la integración con defensas basadas en portaaviones.
Aunque comparte elementos como las aeronaves de combate colaborativas. El Pentágono evalúa continuamente la madurez tecnológica para la fase de ingeniería y fabricación, con demostradores de vuelo ya probados en entornos reales que superan registros previos en rendimiento. Los debates presupuestarios reflejan tensiones entre priorizar el F-47 de la Fuerza Aérea.
Operativo antes de 2029, y el F/A-XX, pero el Congreso optó por financiar ambos para evitar riesgos en la disuasión. China, mientras tanto, invierte en modernización aérea con incrementos en gasto de defensa, y desarrolla no solo cazas sino también bombarderos y drones que amplían sus capacidades ofensivas.
El J-36 y J-50 representan un avance significativo, con énfasis en aviónica sofisticada y sigilo comparable al de quinta generación, aunque detalles permanecen clasificados. La Marina de los Estados Unidos, por su parte, mantiene el F/A-XX en fase conceptual con metas para entrada en servicio en los 2030, lo que asegura que los grupos de ataque de portaaviones conserven su función principal en la proyección de poder.