La Armada de Estados Unidos impulsa el desarrollo del caza F/A-XX para operar en entornos donde el F/A-18 Super Hornet carece de capacidad de supervivencia.
Desarrollo del programa F/A-XX y su integración en la defensa antiaérea
La Armada de Estados Unidos desarrolla el programa F/A-XX, un caza de sexta generación con destino a operaciones en entornos con alta densidad de amenazas que el F/A-18 Super Hornet no podría superar con nivel de supervivencia suficiente, según documentos del Gobierno de Estados Unidos. El Departamento de Defensa, a través de su Oficina de Guerra Aérea, progresa en este proyecto para sustituir al F/A-18E/F Super Hornet en la década de 2030.
El propósito reside en sostener la utilidad operativa de los portaaviones en escenarios con amenazas avanzadas, como las redes de defensa antiaérea y misiles de adversarios potenciales. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, aprobó los planes para proceder con la competencia el pasado viernes, y la selección del contratista podría anunciarse esta misma semana. El F/A-XX constituye un elemento del sistema familiar Next Generation Air Dominance.
Este sistema combina aeronaves pilotadas y no tripuladas para ofrecer control del espacio aéreo en conflictos futuros. Northrop Grumman y Boeing compiten por el contrato de diseño y construcción, después de que Lockheed Martin quedara excluido en marzo porque no cumplió con los criterios establecidos por la Armada. El programa, en fase de desarrollo, incorpora tecnologías en propulsión, sensores, redes y automatización.
El énfasis reside en plataformas no tripuladas que funcionan como componentes adicionales del caza principal. De este modo, el F/A-XX operará junto a aeronaves de combate colaborativas, que representan al menos el 60 por ciento de la composición del ala aérea de los portaaviones hacia la década de 2040, según proyecciones del Departamento de Defensa.

Capacidades técnicas destacadas del caza F/A-XX
- Radio de combate de aproximadamente 837,5 millas náuticas sin reabastecimiento, con incremento del 25 por ciento respecto al radio de 670 millas náuticas del F-35C.
- Mayor que el de 500 a 650 millas náuticas del F/A-18 Super Hornet bajo carga de armas realista, y alcance indefinido con reabastecimiento del MQ-25 Stingray.
- Reducción de sección transversal de radar más pronunciada que la del F-35, supresión de infrarrojos y contramedidas electrónicas de amplio espectro.
- Mayor velocidad, sensores pasivos y activos, capacidad para emplear armas de largo alcance programadas para amenazas futuras, con integración de inteligencia artificial.
Limitaciones del F/A-18 Super Hornet en escenarios de alta amenaza
El F/A-XX incorpora reducción de sección transversal de radar más pronunciada que la del F-35, supresión de infrarrojos y contramedidas electrónicas de amplio espectro, lo que le permite ingresar en entornos con vigilancia omnipresente y sistemas integrados de defensa antiaérea. La Armada establece que debe contar con mayor velocidad, sensores pasivos y activos, y la capacidad para emplear armas de largo alcance programadas para amenazas futuras.
La integración de inteligencia artificial reside en la gestión del espacio de batalla. El F/A-18 Super Hornet, un caza de cuarta generación que entró en servicio en 1999, funciona actualmente como plataforma transicional en las alas aéreas de los portaaviones, con un enfoque en misiones de ataque y control del espacio aéreo. La Armada mantiene una flota de estos aviones mediante inversiones en modernización.

La versión Block III presenta firma reducida y búsqueda infrarroja, que operan en conjunto con el F-35C y el E-2D para incrementar la efectividad del grupo de ataque. Sin embargo, el Super Hornet enfrenta limitaciones en escenarios de competencia global, donde su radio de combate y vulnerabilidad a defensas antiaéreas avanzadas lo exponen a riesgos mayores.
El Departamento de Defensa proyecta su retiro gradual hacia la década de 2040, con un 50 por ciento de su vida útil restante, debido a su incapacidad para contrarrestar amenazas pronosticadas en la Estrategia de Defensa Nacional de 2018, que incluyen redes de misiles y defensas antiaéreas de potencias pares.
Presupuesto y proyecciones futuras para el F/A-XX en la Armada
El F/A-XX, por el contrario, se diseña para entornos donde el Super Hornet no sobreviviría, como áreas con defensas antiaéreas integradas y misiles de largo alcance, particularmente en regiones como el Indo-Pacífico. Allí, el caza extenderá el área de operación del grupo de ataque a más de 11 millones de millas cuadradas, frente a las 8 millones actuales con el Super Hornet y el EA-18G Growler.
Esta expansión se logra mediante la integración de plataformas no tripuladas y autonomía con supervisión humana, que permiten operaciones cinéticas y no cinéticas a distancias tácticas relevantes. El programa destaca la mezcla de aeronaves pilotadas y no tripuladas para optimizar la efectividad, con el F/A-XX que funciona como coordinador principal en formaciones que incluyen activos desechables.

En el plano presupuestario, el Departamento de Defensa solicitó $25.700 millones para investigación, desarrollo, pruebas y evaluación en la Armada para el año fiscal 2025, que incluyen el F/A-XX junto a otros programas como el F-35B/C y el MQ-4 Triton. La Armada reestructuró el financiamiento para priorizar capacidades a corto plazo, al reducir inversiones en entregas posteriores a la década de 2030.
Mientras destina $1.800 millones a sostener el Super Hornet durante la transición. El presupuesto total para poder aéreo asciende a $61.200 millones, que abarcan 53 aeronaves de ala fija, entre ellas 13 F-35B y 13 F-35C. La Armada propone desinvertir en 34 aeronaves de ataque, incluidos modelos del Super Hornet, para redirigir fondos al F/A-XX y mantener la preparación operativa contra amenazas emergentes de la República Popular China.
Estudios y resolución de deficiencias con el F/A-XX
Los estudios realizados por la Armada entre 2020 y 2022 identificaron deficiencias en capacidad y cantidad de aeronaves tácticas, con un déficit de 34 cazas en 2022 que se resolverá hacia 2031 mediante ajustes en adquisiciones del F-35 y extensiones de vida útil del Super Hornet. El F/A-XX resuelve estas deficiencias al incorporar avances en resiliencia de guerra electrónica y coordinación autónoma.

Estos avances reducen la dependencia de reabastecimiento vulnerable y mejoran la toma de decisiones tácticas. De esta forma, el programa permite que el ala aérea futura combine el F-35C con el F/A-XX para proporcionar capacidad y cantidad en las alas de los portaaviones. El Departamento de Defensa destaca que el F/A-XX, con su enfoque en integración de sistemas familiares, permitirá atacar objetivos diversos dentro de redes adversarias de aire y misiles.
La competencia entre Northrop Grumman y Boeing, aprobada recientemente, constituye un paso importante en la adquisición, con el objetivo de desplegar la primera aeronave de producción en la década de 2030.
