El caza F-X del GCAP, liderado por Japón, Reino Unido e Italia, integra motores de ciclo adaptativo para mayor alcance y sigilo.
Avances en motores de ciclo adaptativo para el F-X
El programa Global Combat Air Programme (GCAP), que fusiona el proyecto japonés Mitsubishi F-X con el Tempest de Reino Unido e Italia, marca un hito en la aviación militar con el desarrollo de un caza de sexta generación impulsado por motores de ciclo adaptativo de tres corrientes. Estos motores, diseñados por Rolls-Royce, IHI Corporation y Avio Aero, permiten al caza ajustar dinámicamente la potencia y el consumo de combustible, logrando velocidades supersónicas sostenidas y una autonomía extendida, esenciales para operaciones en el vasto teatro del Indo-Pacífico. En diciembre de 2022, los gobiernos de Japón, Reino Unido e Italia anunciaron la colaboración para este proyecto, con el objetivo de desplegar el caza para 2035, reemplazando al Mitsubishi F-2 y al Eurofighter Typhoon.
Los motores de ciclo adaptativo representan una evolución frente a los motores tradicionales de turbofán. A diferencia de los diseños convencionales, que operan con una configuración fija, estos motores incorporan una tercera corriente de aire que modula el flujo para optimizar el rendimiento en diferentes condiciones de vuelo. En modo de alta velocidad, el motor prioriza el empuje, permitiendo al F-X alcanzar velocidades superiores a Mach 2 sin depender exclusivamente de postcombustión, lo que reduce el consumo de combustible y la firma térmica. En modo de crucero, la tercera corriente mejora la eficiencia, aumentando el alcance del caza, un factor crítico para misiones de largo alcance en el Indo-Pacífico, donde las bases pueden estar separadas por miles de kilómetros.
La colaboración en el desarrollo del motor comenzó formalmente en diciembre de 2021, cuando Japón y Reino Unido firmaron un memorando para un diseño conjunto entre IHI y Rolls-Royce. En 2022, Avio Aero se unió al esfuerzo, aportando experiencia en sistemas de propulsión avanzados. Según Atsushi Sato, vicepresidente de la división aeroespacial de IHI, el proyecto busca un motor compacto con capacidades avanzadas de generación de energía y gestión térmica, fundamentales para alimentar los sistemas electrónicos de próxima generación del F-X, como radares AESA de baja probabilidad de intercepción y sistemas de guerra electrónica. Las pruebas iniciales del motor se realizarán en Reino Unido, con un prototipo esperado para finales de la década de 2020.
El diseño del motor también aborda los desafíos de sigilo. Los motores incorporan toberas de empuje vectorial tridimensional, capaces de desviar el empuje hasta 20 grados en todas las direcciones, mejorando la maniobrabilidad y reduciendo la visibilidad al radar. Además, la gestión térmica avanzada, que incluye sistemas de enfriamiento integrados y el uso del combustible como disipador de calor, minimiza la firma infrarroja, un aspecto crítico para evadir sensores enemigos en entornos contestados.
Datos clave sobre los motores del F-X en el GCAP
- Tecnología de tres corrientes: Permite alternar entre modos de alta potencia y eficiencia de combustible, optimizando el rendimiento en combate y crucero.
- Empuje proyectado: Hasta 20 toneladas (196 kN) por motor, superando los 15 toneladas de los prototipos XF9 iniciales.
- Generación de energía: Capacidad combinada de 360 kW para alimentar sistemas avanzados como radares y armas de energía dirigida.
- Sigilo térmico: Sistemas de enfriamiento y toberas en forma de S reducen la firma infrarroja y radar.
- Colaboración internacional: Rolls-Royce, IHI y Avio Aero lideran el desarrollo, con pruebas iniciales en Reino Unido.
Integración de motores en el diseño del F-X

El F-X, apodado “Godzilla” por su gran tamaño en comparación con el F-22 Raptor, está diseñado para priorizar el alcance y la capacidad de carga sobre la maniobrabilidad extrema. Su fuselaje, desarrollado por Mitsubishi Heavy Industries en Japón y BAE Systems en Reino Unido, utiliza materiales compuestos avanzados y recubrimientos absorbentes de radar para minimizar la sección transversal de radar. Los motores de ciclo adaptativo se integran en un diseño de conductos en forma de S, que oculta las palas del compresor y reduce la detectabilidad. Este enfoque refleja las lecciones aprendidas del Mitsubishi X-2 Shinshin, un demostrador tecnológico que probó capacidades de sigilo y control de vuelo avanzado en 2016.
La generación de energía de los motores es un aspecto destacado. Cada motor produce 180 kW, lo que permite al F-X alimentar sistemas electrónicos de alta demanda, como el radar multifunción MFRS y sistemas de comunicación avanzados. Rolls-Royce ha implementado un generador de arranque integrado y bombas de combustible y aceite accionadas eléctricamente, eliminando la dependencia de sistemas hidráulicos tradicionales. Este diseño no solo mejora la eficiencia, sino que también proporciona redundancia y capacidad de almacenamiento de energía para picos de demanda, como el uso potencial de armas de microondas de alta potencia, según informes de la industria.
El énfasis en la gestión térmica responde a los desafíos observados en programas como el F-35, donde el calor excesivo ha limitado el rendimiento. Los ingenieros de Rolls-Royce y IHI han diseñado el motor para disipar el calor a través de la estructura del avión, utilizando el combustible como un sumidero térmico temporal. La gran superficie alar del F-X, con una configuración de ala delta recortada, facilita esta disipación sin comprometer el sigilo térmico, un factor crucial para operaciones prolongadas en entornos de alta amenaza.
Impacto estratégico en el Indo-Pacífico
El desarrollo del F-X bajo el GCAP responde a la creciente competencia en el Indo-Pacífico, donde potencias como China avanzan con programas como el J-36. La capacidad de operar desde bases distantes y realizar misiones de largo alcance posiciona al F-X como un activo estratégico para Japón, Reino Unido e Italia, fortaleciendo la interoperabilidad con aliados como Estados Unidos y Australia. La colaboración internacional también busca reducir costos y ampliar el mercado de exportación, con interés de países como Arabia Saudita e India, según informes de mayo de 2025.
El programa ha avanzado rápidamente desde su anuncio en 2022. En julio de 2024, se presentó un modelo a escala real en el Farnborough Airshow, destacando el diseño de ala delta optimizado para alcance y sigilo. La fabricación de un demostrador volador comenzó en 2023, con un vuelo programado para 2027. Además, un Boeing 757-200, denominado Excalibur, se utiliza como banco de pruebas para los sistemas de aviónica y sensores del F-X, con operaciones previstas para 2026.
El F-X también incorpora tecnologías derivadas del programa XF9, que en 2018 estableció un objetivo de empuje máximo de 20 toneladas por motor. Aunque los prototipos iniciales del XF9 producían 11 toneladas en empuje militar y 15 toneladas con postcombustión, los motores del GCAP están diseñados para superar estas cifras, adaptándose a una amplia gama de requisitos operativos. La flexibilidad de los motores de ciclo adaptativo permite al F-X cumplir misiones variadas, desde superioridad aérea hasta ataques de precisión, con una carga útil interna que incluye misiles hipersónicos y sistemas de drones colaborativos.
La colaboración entre Rolls-Royce, IHI y Avio Aero ha fomentado un intercambio continuo de tecnología y personal, fortaleciendo la base industrial de los tres países. En marzo de 2023, Atsushi Sato destacó que ingenieros de IHI y Rolls-Royce trabajan conjuntamente en Japón y Reino Unido, un esfuerzo que se intensificará con futuros acuerdos de transferencia tecnológica. Este enfoque no solo acelera el desarrollo, sino que también posiciona al GCAP como un competidor frente a programas como el NGAD de Estados Unidos y el FCAS europeo, que enfrentan retrasos y desafíos financieros.