El Northrop Grumman B-21 Raider está programado para entrar en servicio activo a finales de esta década, subrayando la sofisticación en capacidades militares de Estados Unidos.
En contrapartida, sobre el enigmático bombardero Xi’an H-20 de China se conoce poco, persistiendo la opacidad en detalles y los continuos aplazamientos en su revelación oficial. Pese a los significativos progresos en tecnología militar de China, desde el Pentágono se reafirma que la supremacía aérea estadounidense se mantendrá por la superioridad en calidad de aeronaves y en experiencia operativa.
El B-21, diseñado para ser rentable y altamente funcional mediante tecnología de vanguardia, pretende sustituir a los bombarderos de generaciones anteriores, asegurando una ventaja estratégica frente al dinámico espectro de amenazas globales.
Escenarios globales y desafíos estratégicos: el papel del B-21 y H-20
Característica | B-21 Raider | H-20 Xian |
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Fabricante | Northrop Grumman | Xi’an Aircraft Industrial Corporation |
Tipo | Bombardero furtivo | Bombardero furtivo |
Generación | Avanzada / Quinta generación | Presumiblemente Quinta generación |
Estado | Pruebas de vuelo en curso | En desarrollo, detalles escasos |
Capacidad de armamento | Alta, con integración de tecnología moderna | Se presume alta, detalles no confirmados |
Características de furtividad | Diseñado para ser altamente furtivo | Presumiblemente diseñado para ser furtivo |
Fecha de servicio prevista | Finales de esta década | Desconocido, pronosticado en el corto a mediano plazo |
Objetivo principal | Reemplazo de bombarderos B-1 y B-2 | Reforzar capacidades de alcance global de China |
Lo que conocemos con certeza es que el Northrop Grumman B-21 Raider de la Fuerza Aérea de EE. UU. estará operativo hacia el final de la década, mientras que del Xi’an H-20 chino se sabe muy poco. Aunque desde Pekín se han hecho alusiones a sus presumibles capacidades, el análisis del Pentágono sugiere que la flota aérea estadounidense conservará su preeminencia.
El prototipo de bombardero furtivo H-20 de China se ha gestado desde al menos el año 2016 y, pese a las declaraciones de un oficial militar chino en marzo anticipando una “próxima” presentación, la información concreta sigue siendo escasa.
“La realidad del H-20 es que su diseño sistemático probablemente no se equipara al nivel de nuestras plataformas furtivas, especialmente las más avanzadas que estamos desarrollando”, expresó un funcionario de inteligencia del Departamento de Defensa de EE. UU. a los periodistas, citando problemas significativos en el diseño ingenieril y en la implementación de tecnologías comparables a las del B-2 o B-21, según informes de Defense One.
Permanente incertidumbre sobre la capacidad real del H-20
Aunque China ha insinuado durante años que el H-20 sería revelado “pronto”, no se han proporcionado detalles concretos sobre el avión, incluido el número de unidades que Pekín pretende fabricar.
“Incluso si el bombardero llegase a ser desplegado, no implica necesariamente que les proporcionará el tipo de capacidad requerida, ni en el volumen necesario”, agregó el funcionario de inteligencia.
Innovación y producción en serie del B-21: un avance significativo
El Northrop Grumman B-21 Raider efectuó su vuelo inaugural el pasado mes de noviembre, y desde entonces, las pruebas de vuelo han sido constantes. Actualmente, al menos seis prototipos destinados a futuras pruebas se encuentran en diversas fases de producción. Estos prototipos están siendo construidos en las mismas líneas de montaje, empleando idénticas herramientas y procesos que se usarán para la fabricación del modelo final de producción. Este método ha posibilitado que ingenieros y técnicos de producción obtengan valiosas lecciones que son inmediatamente aplicables a las aeronaves subsiguientes, reforzando la consistencia, la capacidad de producción y la calidad del producto final.
Además de dotar al B-21 Raider con tecnología de punta y capacidades superiores, los oficiales de la Fuerza Aérea han puesto especial énfasis en la contención de costos mientras se asegura una flexibilidad óptima en su diseño. El B-21 se distingue por una arquitectura de sistemas abiertos que facilita la integración acelerada de futuras capacidades, manteniéndose al paso con un entorno de amenazas que evoluciona rápidamente.
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos tiene previsto construir aproximadamente 100 de estos aviones, que no solo reemplazarán a los veteranos bombarderos B-1B Lancer y B-2 Spirit actualmente en servicio, sino que también operarán conjuntamente con el B-52 Stratofortress, datado de la época de la Guerra Fría, hasta su eventual retiro hacia finales de la década de 2040 o principios de la de 2050.
Desafíos y comparativas en la aviación militar: Estados Unidos frente a China
Pekín ha logrado progresos significativos en el desarrollo de equipamiento militar moderno, sin embargo, el Pentágono ha cuestionado su capacidad para igualar las avanzadas propuestas estadounidenses. Esto se manifiesta claramente con el Chengdu J-20 “Mighty Dragon” de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF), un caza furtivo bimotor de quinta generación para todo tipo de clima.
Además, aunque el J-20 se presente como competidor del Lockheed Martin F-22 Raptor, su eficacia comparativa sigue siendo tema de debate entre los expertos. Según estos, el verdadero factor diferencial podría radicar en las habilidades de los pilotos.
“El mayor desafío para China no es tanto la tecnología de sus sistemas, sino la habilidad de su personal para utilizar estos sistemas de manera efectiva y a gran escala. Los militares estadounidenses, con su extensa experiencia en conflictos, tienen una capacidad probada para manejar operaciones complejas”, explicó un funcionario del Departamento de Defensa. “A diferencia de nuestro personal, los miembros del EPL carecen de experiencia práctica en conflictos reales, lo que representa una desventaja considerable”.
Sin embargo, el funcionario también advirtió contra la complacencia, subrayando la importancia de no subestimar a los adversarios. “No podemos darnos el lujo de asumir que los chinos son inferiores sin evidencia concreta. Descubrir que son competentes en medio de un enfrentamiento sería lo menos deseable”, declaró.
Por lo tanto, es esencial que Estados Unidos continúe desarrollando y manteniendo ventajas tanto en tecnología como en capacitación de su personal, sin presuponer que el B-21 Raider por sí solo garantiza la superioridad. Debemos esforzarnos por asegurar que nuestras capacidades superen constantemente a las de cualquier competidor, incluido Pekín.