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Portada » Zona de guerra » El J-36 de China: un caza furtivo que preocupa al Pentágono

El J-36 de China: un caza furtivo que preocupa al Pentágono

25 de agosto de 2025
El J-36 impresiona en diseño: pero no logra eclipsar al F-22

Chengdu J-36

El Pentágono expresó preocupación por el desarrollo del J-36 de China. Un avión furtivo de sexta generación que podría alterar el equilibrio de poder militar en el Indo-Pacífico.

China desarrolla un caza furtivo de sexta generación para dominar el aire

El J-36 es un nuevo avión furtivo de sexta generación chino. Este aparato, fabricado por la Corporación de Aviación Chengdu, representa un avance significativo en la capacidad militar del Ejército Popular de Liberación. Su diseño sin cola, con tres motores y una planforma de diamante, busca reducir las firmas radar y térmicas. El avión fue observado por primera vez en diciembre de 2024. Su aparición obligó a Estados Unidos a reevaluar sus programas de defensa antiaérea, especialmente en el contexto de un posible conflicto en Taiwán o el mar del Sur de China. El J-36 podría alterar el equilibrio estratégico. Expertos militares confirmaron que este avión posee un rango extendido, superior a los 1.000 kilómetros. También posee capacidad para integrar drones en operaciones combinadas. Este diseño se enfoca en el sigilo frontal y lateral. Los motores, posiblemente derivados del WS-15 del J-20, otorgan un empuje supercrucero sin postquemadores, lo que conserva combustible y reduce la huella infrarroja.

El J-36 mide unos 20 metros de longitud, con un ancho similar. Esta estructura lo clasifica como un caza pesado táctico. El avión puede soportar cargas internas de armas, incluidos misiles hipersónicos y bombas guiadas por láser. Su diseño de configuración sin superficies verticales minimiza la detección por radar. Analistas del Pentágono identificaron al J-36 como una amenaza directa a los aviones estadounidenses F-22 y F-35. China invirtió miles de millones en su industria aeronáutica para reducir la brecha tecnológica con Estados Unidos. Funcionarios estadounidenses advirtieron que este avión podría neutralizar radares de alerta temprana y tanqueros aéreos. El avión integra inteligencia artificial para la toma de decisiones autónoma, una capacidad que le permite operaciones en entornos electrónicos hostiles. China aceleró el programa del J-36 en respuesta a los avances de Washington en aviones de sexta generación, como el programa Next Generation Air Dominance (NGAD).

La inteligencia occidental se sorprendió con la aparición del J-36 en 2024. China mantuvo el programa en secreto hasta ese momento. El Pentágono consideró que el avión fortalece la doctrina antiacceso/denegación de área (A2/AD) de China. Esta doctrina restringe movimientos estadounidenses en el Pacífico occidental. En un hipotético conflicto por Taiwán, el J-36 podría interceptar aviones de reabastecimiento y bombarderos B-21. Esto limitaría la capacidad de proyección de fuerza de Estados Unidos. El J-36 tiene un potencial para operaciones nucleares, pero Pekín niega intenciones ofensivas. Se estima que el avión entrará en servicio operativo hacia 2030, con una producción inicial de 50 unidades. Esta proyección se basa en el ritmo acelerado de la industria aeronáutica china, que duplicó su capacidad productiva en los últimos cinco años. El Pentágono respondió con un incremento del presupuesto para el programa NGAD.

El avión táctico furtivo J-36 de China fotografiado de frente por primera vez
J-36

El J-36 se complementa con los cazas J-20 y J-35 de la flota de portaaviones china. Juntos, estos aviones forman una tríada furtiva que desafía la dominancia estadounidense en el aire. El Pentágono urgió alianzas con Japón y Australia para desarrollar contramedidas, como redes de radares avanzados y misiles de largo alcance. Pekín invirtió en materiales compuestos y recubrimientos absorbentes de radar que reducen la sección transversal del avión. El J-36 puede transportar hasta 10 toneladas de armamento interno. Esta capacidad lo hace apto para roles de ataque a tierra y supresión de defensas antiaéreas enemigas. Los funcionarios estadounidenses advirtieron que los retrasos en los programas de defensa de Estados Unidos podrían dar una ventaja a China. China siguió las pruebas del J-36 en 2025, con vuelos que demostraron estabilidad en regímenes supersónicos. Observadores internacionales monitorearon estas actividades. El avión posee un sistema de escape de empuje vectorial que mejora la maniobrabilidad. También integra contramedidas electrónicas para jammeo de radares enemigos.

Aspectos técnicos y operacionales del nuevo caza chino

  • El J-36 posee una cabina para dos tripulantes, con un piloto y un operador de sistemas.
  • Integra sensores electro-ópticos que ofrecen visibilidad de 360 grados sin comprometer el sigilo.
  • La configuración de la cabina sugiere que el avión está optimizado para misiones de largo alcance.

Implicaciones estratégicas y financieras del J-36 para Occidente

La velocidad de China en el desarrollo de prototipos inquieta al Pentágono. Mientras Estados Unidos enfrenta costos elevados en su programa NGAD, China produce aviones a un menor precio. Esta ventaja se debe a las economías de escala. Expertos proyectaron que para 2035, China operará cientos de J-36, lo que alterará las dinámicas regionales. El Departamento de Defensa respondió con revisiones en su estrategia aérea. En 2025, el Congreso estadounidense aprobó fondos adicionales para acelerar el NGAD. El programa NGAD incluye aviones modulares y drones leales. Analistas de la Corporación RAND resaltaron que China considera la competencia aérea como un sistema integral. En esta visión, el J-36 se integra con misiles balísticos y ciberataques. Este enfoque contrasta con la estrategia de Estados Unidos. La visión china se centra en plataformas individuales.

Aliados de Estados Unidos, como Israel, observan estos desarrollos. Las repercusiones afectan la estabilidad global y la cooperación con Washington. El J-36 evidencia la necesidad de vigilancia continua y respuestas coordinadas. Estos esfuerzos son clave para mantener el equilibrio de poder. El avión incorpora enlaces de datos seguros. Esto le permite la coordinación con satélites y buques. Esta capacidad mejora la conciencia situacional en tiempo real. La aparición del J-36 en la escena militar global subraya la intensificación de la carrera armamentista entre potencias. China continúa sus esfuerzos por modernizar su ejército. Estos esfuerzos representan un desafío directo para la hegemonía militar de Estados Unidos. El J-36 simboliza la capacidad tecnológica de Pekín. El avión representa un punto de inflexión. Este punto de inflexión afecta la seguridad y las alianzas estratégicas en el Indo-Pacífico.

La modernización de la Fuerza Aérea china y sus planes a largo plazo

El J-36 sobrevuela autopista china a baja altitud

Informes anuales sobre el poder militar chino destacan que Pekín invirtió miles de millones de dólares en su industria de defensa. El objetivo de estas inversiones es cerrar la brecha tecnológica con Estados Unidos. En 2024, China aumentó su producción de aviones furtivos. El J-20 alcanzó más de 200 unidades operativas. El J-36 amplía esta tendencia. El avión integra inteligencia artificial para la toma de decisiones autónoma. Este sistema permite operaciones en entornos electrónicos hostiles. El Pentágono ve en este avance un desafío a su superioridad. China destinó recursos significativos al J-36 desde el inicio de la década de 2020. Las pruebas se realizaron en instalaciones secretas en el desierto de Gobi. El programa se benefició de transferencias tecnológicas de Rusia. También de la adquisición encubierta de componentes occidentales. Los observadores internacionales lograron capturar imágenes del avión en 2025. Estas fotos revelaron una cabina para dos tripulantes, con disposición lado a lado. Esta configuración optimiza las misiones de largo alcance.

La madurez del programa del J-36 se ha confirmado a través de vuelos de prueba. Estos vuelos mostraron la estabilidad del avión en regímenes supersónicos. El avión incorpora contramedidas electrónicas avanzadas. Estas medidas permiten el jammeo de radares enemigos. El Pentágono ha respondido al J-36 con una revisión de su estrategia aérea. El Congreso de Estados Unidos aprobó fondos adicionales para acelerar el programa NGAD. El Pentágono busca contrarrestar amenazas similares mediante colaborativos aéreos tripulados y no tripulados. El J-36 es un multiplicador de fuerza para el Ejército Popular de Liberación. La intención es disuadir intervenciones estadounidenses en Asia. Expertos de RAND resaltan que el enfoque de China es integral. El J-36 se integra con otros sistemas militares para derrotar adversarios. Esta visión contrasta con el enfoque estadounidense, que se centra en plataformas individuales. La carrera armamentista es un factor que afecta la estabilidad regional y global. La aparición del J-36 podría alterar el panorama de la seguridad en el Indo-Pacífico, con un posible aumento de la tensión.

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