Un experto de la OTAN destacó en Londres cómo las tácticas rusas han convertido al Ka-52 en un desafío letal para Ucrania, reduciendo drásticamente las pérdidas.
Experto de la OTAN analiza la evolución de los helicópteros rusos
Durante la Conferencia Internacional de Helicópteros Militares IQPC 2025, celebrada en Londres del 25 al 27 de febrero, el teniente coronel Emiliano Pellegrini del Ejército italiano expuso un análisis detallado sobre la flota de helicópteros de ataque de Rusia en la guerra de Ucrania.
Pellegrini afirmó que, al inicio de la guerra, estos helicópteros eran considerados “objetivos fáciles”. Sin embargo, con la evolución de las tácticas rusas y la modernización de su flota, se han convertido en “la peor pesadilla” de las fuerzas ucranianas. Según explicó, la adaptación de Rusia ha reducido drásticamente las pérdidas y ha cambiado la dinámica del campo de batalla.
Los informes de Defense Express y Flight Global respaldan su evaluación, indicando que Rusia inició la guerra con una flota compuesta por 95 Mi-24/35 Hinds, 75 Ka-52 Alligators y 55 Mi-28 Havocs. Durante el primer año, hasta marzo de 2023, perdió 59 helicópteros, incluyendo 42 derribados y 17 destruidos en tierra, lo que representaba el 30% de su flota operativa.
El segundo año mostró un descenso del 52% en pérdidas aéreas, reduciéndose a 19 unidades derribadas. Sin embargo, los ataques terrestres contra bases aumentaron un 40%, con 28 helicópteros destruidos. Datos preliminares del tercer año indican que la tendencia a la baja en pérdidas aéreas continúa.
Ka-52 Alligator: mejoras tecnológicas y mayor letalidad
El Ka-52 Alligator, un helicóptero de rotor coaxial, ejemplifica la evolución de las tácticas rusas. Con un peso de 10,8 toneladas, está impulsado por dos motores Klimov VK-2500 de 2.400 caballos de fuerza cada uno, alcanzando 300 km/h con un rango operativo de 460 kilómetros.
Su armamento incluye un cañón automático 2A42 de 30 mm con 460 proyectiles, hasta 12 misiles guiados antitanque Vikhr con un alcance de 8 km, cohetes no guiados y misiles aire-aire Igla. Su blindaje protege contra impactos de hasta 23 mm, y cuenta con sistemas de defensa como inhibidores de infrarrojos y dispensadores de bengalas.
Desde 2023, se han incorporado mejoras en la visión nocturna y en la guía de misiles, lo que permite ataques a mayor distancia, fuera del alcance de muchas defensas ucranianas. Además, los problemas de vibración que afectaban la precisión han sido corregidos con ajustes de software.
Datos clave sobre la evolución de los helicópteros rusos
- En el primer año de guerra, Rusia perdió 59 helicópteros, de los cuales 42 fueron derribados y 17 destruidos en tierra.
- Las pérdidas aéreas se redujeron un 52% en el segundo año, con solo 19 helicópteros derribados.
- El Ka-52 Alligator representa el 62% de las pérdidas en combate, reflejando su papel en las misiones más riesgosas.
- Las tácticas rusas evolucionaron a ataques a mayor distancia con misiles de largo alcance, reduciendo su exposición.
- Las pérdidas en tierra aumentaron un 40% en el segundo año debido a ataques con drones contra bases aéreas.
Mi-28 Havoc y Mi-24/35 Hind: complementos estratégicos
El Mi-28 Havoc, diseñado exclusivamente para el combate, pesa 11,7 toneladas y utiliza los mismos motores VK-2500, alcanzando 320 km/h con un alcance de 450 kilómetros. Su armamento incluye un cañón 2A42 de 30 mm y hasta 16 misiles Ataka o Vikhr, optimizados para perforar blindajes a 10 km.
Su blindaje reforzado puede resistir impactos de 20 mm, mientras que sus sistemas de aviónica, con cámaras termográficas y telémetros láser, han mejorado su capacidad operativa nocturna. Desde 2023, nuevas contramedidas electrónicas han reducido su vulnerabilidad a los MANPADS.
El Mi-24/35 Hind, con 11,5 toneladas, combina capacidades de ataque y transporte. Equipado con dos motores TV3-117VMA de 2.200 caballos, alcanza 335 km/h y un rango de 450 km. Su cañón Yak-B de 12,7 mm dispara 4.500 proyectiles por minuto, complementado con misiles Shturm o Ataka.
Errores iniciales y cambios en la estrategia rusa
Durante el primer año de guerra, el 49% de los helicópteros rusos derribados fueron alcanzados por MANPADS, el 22% por artillería antiaérea y el resto por armas pequeñas y antitanque. Pellegrini destacó que los helicópteros fueron usados como “artillería voladora”, volando a baja altura y exponiéndose a los sistemas de defensa ucranianos como los Stinger y Starstreak.
Para 2023, Rusia ajustó su estrategia, adoptando enfrentamientos a mayor distancia y coordinando helicópteros con drones de reconocimiento y guerra electrónica. Esto redujo las pérdidas en 52%, al minimizar la exposición directa.
Las mejoras tecnológicas acompañaron estos cambios tácticos. Los sistemas de visión nocturna fueron optimizados, la navegación mejorada y las contramedidas electrónicas reforzadas. Gracias a estas adaptaciones, los helicópteros rusos se han vuelto más difíciles de detectar y derribar.
Implicaciones para Ucrania y la OTAN
El análisis de Pellegrini sugiere que la adaptación rusa ha creado un desafío para Ucrania. Aunque los helicópteros aún sufren pérdidas, sus nuevas tácticas han reducido significativamente los derribos por MANPADS.
Expertos como el general Sir Richard Barrons reconocen que Rusia ha aprendido de sus errores iniciales y ha integrado mejor su flota con otras fuerzas en el campo de batalla. La combinación de helicópteros con sistemas de guerra electrónica y drones ha fortalecido su efectividad.
Las lecciones extraídas de este conflicto podrían afectar las estrategias de la OTAN. Pellegrini advirtió que si Rusia ha podido adaptarse rápidamente, la alianza también debe reconsiderar sus tácticas para contrarrestar helicópteros en conflictos futuros.
Actualmente, el Ka-52 y el Mi-28 han pasado de ser vulnerables a convertirse en amenazas formidables, obligando a Ucrania a repensar sus defensas aéreas.