El EA-6B Prowler destacó en guerra electrónica con sus contenedores ALQ-99, base del EA-18G Growler moderno.
EA-6B Prowler: referente en guerra electrónica con ALQ-99
El EA-6B Prowler, retirado en 2019 por la Armada de Estados Unidos, marcó un hito en la guerra electrónica. Equipado con los contenedores de interferencia ALQ-99, este avión neutralizaba radares y sistemas de comunicación enemigos con precisión. Durante su servicio, iniciado en 1971, participó en conflictos como la Guerra del Golfo, Irak y Afganistán, demostrando su capacidad para proteger fuerzas aliadas al suprimir defensas aéreas adversarias. Sus cuatro tripulantes, un piloto y tres oficiales de guerra electrónica, operaban en misiones de alta complejidad, gestionando múltiples amenazas simultáneamente.
Los contenedores ALQ-99, montados en puntos externos del avión, emitían señales electromagnéticas para interferir radares y sistemas de guía de misiles. Cada contenedor albergaba transmisores de alta potencia y antenas, capaces de operar en un amplio espectro de frecuencias. El sistema permitía al Prowler detectar emisiones enemigas, analizarlas y responder con contramedidas electrónicas en tiempo real. Esta tecnología, desarrollada por Raytheon, seguía siendo tan avanzada en su retiro que se adaptó para el EA-18G Growler, sucesor del Prowler.
El Prowler evolucionó desde el A-6 Intruder, una plataforma de ataque que Grumman modificó para guerra electrónica. En los años 70, reemplazó al EA-3B Skywarrior y al EF-10B Skynight, ofreciendo mayor capacidad de interferencia y resistencia en combate. Su diseño incluía un fuselaje reforzado, alas plegables para operar en portaaviones y un sistema de navegación inercial que garantizaba precisión en entornos hostiles. En 1995, la US Navy estandarizó el Prowler como su única plataforma de guerra electrónica, integrándolo también en operaciones del Cuerpo de Marines.
En misiones, el Prowler acompañaba formaciones de ataque, creando un “paraguas” electrónico que dificultaba la detección de aviones aliados. Durante la Operación Tormenta del Desierto en 1991, los Prowler desactivaron radares iraquíes, permitiendo a la coalición lograr superioridad aérea. En Afganistán, apoyaron operaciones terrestres al interferir comunicaciones talibanes. Su versatilidad se reflejó en la capacidad de llevar hasta cinco contenedores ALQ-99, cada uno configurable según la amenaza.

Datos clave del EA-6B Prowler y sus contenedores ALQ-99
- Primer vuelo: 25 de mayo de 1968, operativo desde 1971.
- Tripulación: Cuatro (un piloto, tres oficiales de guerra electrónica).
- Contenedores ALQ-99: Hasta cinco, con potencia de 6.8 kW cada uno.
- Alcance: 2,400 km con tanques externos.
- Conflictos: Guerra del Golfo, Irak, Afganistán, Bosnia.
- Sucesor: EA-18G Growler, que heredó los ALQ-99 modernizados.
Transición al EA-18G Growler y legado del Prowler
El retiro del EA-6B Prowler comenzó en 2015, cuando la Armada inició la transición al EA-18G Growler, fabricado por Boeing. El Growler, basado en el F/A-18F Super Hornet, incorporó los contenedores ALQ-99 con mejoras, como mayor eficiencia energética y capacidad de interferencia digital. A diferencia del Prowler, el Growler requiere solo dos tripulantes, gracias a sistemas automatizados que reducen la carga de trabajo. Sin embargo, el Prowler mantuvo ventajas en misiones prolongadas por su mayor capacidad de carga de contenedores.
La US Navy retiró su último Prowler en 2015, mientras el Cuerpo de Marines lo mantuvo hasta 2019. En su última década, el avión recibió actualizaciones como el sistema ICAP III, que mejoró la precisión de los ALQ-99 y permitió integrar misiles AGM-88 HARM para destruir radares enemigos. Estas mejoras consolidaron su rol en misiones de supresión de defensas aéreas (SEAD). En 2018, el Escuadrón de Guerra Electrónica 134 realizó el último despliegue operacional del Prowler en el portaaviones USS George H.W. Bush.
El impacto del Prowler trascendió su retiro. Los ALQ-99 siguen operativos en los Growler, y su diseño inspiró el desarrollo de nuevos sistemas, como el ALQ-249 Next Generation Jammer. Este programa, liderado por Raytheon, busca reemplazar los ALQ-99 en la próxima década, incorporando tecnología de banda ancha y mayor alcance. La experiencia operativa del Prowler también influyó en tácticas de guerra electrónica, como el uso coordinado de interferencia y ciberataques.
Hoy, los Prowler preservados se exhiben en museos como el National Naval Aviation Museum en Pensacola, Florida. Su legado persiste en la doctrina de guerra electrónica de la Armada, que prioriza la supresión de amenazas electrónicas en conflictos modernos. La capacidad del Prowler para adaptarse a entornos cambiantes, desde la Guerra Fría hasta las operaciones en Oriente Medio, lo convirtió en un pilar de la superioridad aérea estadounidense.

Contexto histórico y relevancia de la guerra electrónica
La guerra electrónica cobró relevancia durante la Guerra de Vietnam, cuando sistemas como el Prowler comenzaron a contrarrestar misiles antiaéreos soviéticos. El EA-6B se diseñó para enfrentar estas amenazas, integrando tecnología de punta para la época. En los años 80, su rol se expandió con la introducción de los contenedores ALQ-99, que ofrecían mayor potencia y flexibilidad que los sistemas previos. Durante la Guerra Fría, el Prowler se preparó para posibles enfrentamientos con la Unión Soviética, enfocándose en neutralizar radares de largo alcance.
En el siglo XXI, la guerra electrónica evolucionó hacia amenazas asimétricas, como redes de comunicación insurgentes. El Prowler se adaptó a estos desafíos, apoyando operaciones contraterroristas. Su capacidad para operar en entornos urbanos y rurales lo hizo indispensable en Irak y Afganistán. La Armada reconoció su valor al mantenerlo en servicio durante casi cinco décadas, un testimonio de su diseño robusto y versátil.
El desarrollo de los ALQ-99 reflejó avances en electrónica militar. En los años 70, los contenedores usaban tecnología analógica, pero las versiones posteriores incorporaron procesadores digitales y algoritmos avanzados. Esto permitió al Prowler contrarrestar sistemas de defensa aérea modernos, como los SA-10 y SA-20 rusos. La interoperabilidad con otras plataformas, como los E-3 Sentry y F-14 Tomcat, amplió su eficacia en operaciones conjuntas.
El EA-6B Prowler no solo transformó la guerra electrónica, sino que estableció un estándar para plataformas futuras. Su retiro marcó el fin de una era, pero los principios de su diseño y operación siguen vigentes en el EA-18G Growler y en los sistemas de próxima generación. La capacidad de los ALQ-99 para adaptarse a nuevas amenazas asegura que el legado del Prowler perdure en la estrategia militar estadounidense.