El MiG-35, promocionado como un caza de generación 4+++, no ha cumplido las expectativas debido a su alto costo y falta de experiencia en combate.
El MiG-35 de Rusia y sus carencias frente a cazas occidentales
El MiG-35, promocionado por Rusia como un «caza de generación 4+++», no ha logrado cumplir con las expectativas generadas. Aunque se ha presentado junto a cazas occidentales de última generación y cuenta con características modernas como un radar AESA, el alto costo del MiG-35 y su falta de experiencia en combate han frenado su éxito en el mercado internacional. Solo Rusia opera actualmente el MiG-35, y el conflicto en Ucrania ha desviado recursos, dificultando su producción y exportación.
La adopción limitada del MiG-35 y su rendimiento insatisfactorio resaltan sus carencias, a pesar de las expectativas iniciales. En 2017, poco después de su presentación, Yuri Slyusar, presidente de la Corporación de Construcción Aeronáutica de Rusia, afirmó que el MiG-35 marcaría un hito en el ámbito aéreo. Slyusar comentó: “Este avión de combate ha sido especialmente diseñado para conflictos de alta intensidad y entornos con defensa aérea densa. Hemos alcanzado altos estándares gracias a un conjunto avanzado de equipos a bordo, junto con un nuevo sistema óptico de localización y una firma de radar significativamente reducida”.
A pesar de las afirmaciones del Kremlin, las verdaderas capacidades del MiG-35 han sido decepcionantes. Designado como Fulcrum-F por la OTAN, el MiG-35 fue presentado por Rusia como un caza de «4+++ generación». En 2007, Moscú mostró el prototipo en el salón aeronáutico Aero India con la esperanza de atraer compradores. El Fulcrum-F se exhibió junto a cazas como el Boeing F/A-18E/F Super Hornet, el Eurofighter Typhoon, el Dassault Rafale, el General Dynamics F-16 Fighting Falcon y el Saab JAS 39 Gripen. Sin embargo, en 2011, el MiG-35 fue eliminado de la competencia por problemas con su radar y motores.
Equipamiento avanzado del MiG-35 y sus limitaciones
El MiG-35 está equipado con dos motores RD-33MKB que ofrecen un 7% más de potencia que el modelo base, con un empuje de 9.000 kgf. Derivado principalmente del MiG-29, el MiG-35 incorpora un radar AESA de Mikoyan, lo que le otorga una ventaja sobre su predecesor. Este es el primer caza ruso con un radar de matriz de barrido electrónico activo. Según Air Force Technology, “la antena del Zhuk-MA consta de 160 módulos, cada uno con cuatro módulos de recepción y transmisión, lo que permite un alcance de detección de 160 km para objetivos aéreos y 300 km para objetivos en superficie. El sistema OLS del MiG-35 también permite detectar objetivos y apuntar armas sin emisiones detectables, a diferencia del radar”.
En términos de armamento, el MiG-35 puede portar una variedad de misiles, bombas y cohetes en sus nueve puntos de anclaje, incluidos misiles antibuque Kh-31A, misiles antirradar Kh-31P, misiles Kh-29TE y bombas guiadas por TV KAB-500Kr. Su cañón de 30 mm puede llevar alrededor de 150 cartuchos. El alto costo del MiG-35 y su falta de experiencia en combate han limitado su éxito en exportaciones, dificultando su venta a países como India, Egipto, Argentina y Bangladesh. Actualmente, solo Rusia opera el MiG-35.
Aunque el Kremlin promocione sus capacidades, la situación financiera de Rusia y el desvío de recursos hacia la invasión de Ucrania desde febrero de 2022 han impedido la producción y exportación de más unidades. Las fuerzas rusas enfrentan dificultades en el conflicto, con escasez de equipo militar esencial como tanques, aviones de quinta generación y municiones. En este contexto, es improbable que Moscú produzca más cazas Fulcrum-F en el futuro cercano.