Lockheed Martin desarrolla el misil Mako para integrar capacidades hipersónicas en los F-22 y F-35, fortaleciendo la disuasión de EE. UU. ante China y Rusia.
EE. UU. acelera su programa hipersónico con el misil Mako
El desarrollo de armas hipersónicas es clave en la competencia militar global, y Estados Unidos apuesta por el misil Mako para reforzar su arsenal. Lockheed Martin lidera este proyecto, que busca cerrar la brecha tecnológica con China y Rusia.
Mientras ambos países han desplegado sistemas avanzados como el DF-17 chino y el Kinzhal ruso, el Mako se perfila como una respuesta estratégica. Este misil, capaz de superar Mach 5 con alta maniobrabilidad, puede integrarse en los cazas F-22 Raptor y F-35 Lightning II, transformándolos en plataformas hipersónicas.
El Mako no solo mejora la capacidad ofensiva de EE. UU., sino que también representa un desafío directo a las estrategias A2/AD de China en el Indo-Pacífico. Su combinación de velocidad y precisión le permite atacar objetivos terrestres y marítimos, superando defensas avanzadas.
La incorporación de este misil refuerza la postura disuasoria de EE. UU. y demuestra su compromiso con el desarrollo de tecnología militar de vanguardia.
China y Rusia dominan la tecnología hipersónica
En los últimos años, China y Rusia han tomado la delantera en misiles hipersónicos, desarrollando armas con velocidades extremas y trayectorias impredecibles que desafían los sistemas antimisiles convencionales.

EE. UU., consciente de esta amenaza, ha intensificado su inversión en proyectos como el Mako. Este misil, con una velocidad superior a Mach 5, resulta casi imposible de interceptar por sistemas como el S-400 ruso o el HQ-9 chino. Su capacidad para penetrar defensas avanzadas lo convierte en un arma estratégica en posibles conflictos.
A diferencia de otros programas hipersónicos como el AGM-183A ARRW, el Mako destaca por su versatilidad operativa. Puede ser transportado en la bahía interna del F-35A, F-35C y F-22, manteniendo su sigilo. También es compatible con aviones como el F/A-18, F-15 y F-16, aumentando su alcance táctico.
Características clave del misil Mako
- Velocidad: Supera Mach 5, lo que lo hace casi ininterceptable.
- Integración: Compatible con cazas furtivos y aviones convencionales.
- Objetivos: Capaz de atacar buques de guerra, bases terrestres y sistemas antiaéreos.
- Maniobrabilidad: Diseño avanzado para evadir defensas enemigas.
- Producción eficiente: Desarrollado con técnicas de impresión 3D para reducir costos.
El Mako desafía la estrategia A2/AD de China
China ha implementado una red de defensa A2/AD en el Indo-Pacífico para restringir la presencia militar de EE. UU. en regiones clave como el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán. Esta estrategia se basa en misiles balísticos y sistemas antiaéreos avanzados.
El Mako representa una amenaza directa a estas defensas. Su velocidad y precisión le permiten atacar posiciones estratégicas chinas desde distancias seguras. Equipando a los F-35 y F-22 con este misil, EE. UU. restaura su capacidad de maniobra en la región.

El sigilo del F-35 es una ventaja adicional, ya que puede lanzar el Mako sin ser detectado, golpeando objetivos antes de que las defensas chinas reaccionen. Por su parte, el F-22, diseñado para la superioridad aérea, gana una capacidad ofensiva adicional.
Esta combinación de furtividad y velocidad hipersónica convierte a estos cazas en herramientas clave para la disuasión estadounidense en el Indo-Pacífico.
Lockheed Martin optimiza la producción del Mako
Además de su capacidad militar, el Mako destaca por su eficiencia en fabricación. Lockheed Martin ha implementado ingeniería digital e impresión aditiva (fabricación 3D) para reducir costos y acelerar la producción.
El misil pesa 1.300 libras (590 kg), mide 13 pies (3,96 m) de largo y tiene un diámetro de 13 pulgadas (33 cm). Su motor de combustible sólido lo hace más práctico y económico en comparación con otros diseños hipersónicos más costosos.
La producción en masa del Mako es crucial para que EE. UU. pueda competir con China y Rusia, que han desplegado misiles hipersónicos en grandes cantidades. Lockheed Martin busca reducir el costo unitario para permitir un despliegue amplio en diversas plataformas.
Esta estrategia garantiza que EE. UU. pueda sostener un arsenal hipersónico robusto, asegurando su capacidad de respuesta ante cualquier amenaza.
El Mako fortalece la disuasión estadounidense

Con el Mako, los F-22 y F-35 alcanzan un nuevo nivel dentro de la élite hipersónica. Su velocidad extrema y su capacidad de evasión lo hacen prácticamente inalcanzable para las defensas enemigas.
En un contexto donde China y Rusia usan misiles hipersónicos para expandir su influencia, el Mako restaura la capacidad de respuesta estratégica de EE. UU. Al poder atacar buques, bases y sistemas antiaéreos con precisión devastadora, este misil refuerza la disuasión y envía un mensaje claro a sus adversarios.
Más allá del Indo-Pacífico, el Mako tiene un impacto global. Su integración en plataformas avanzadas impulsa la modernización militar de EE. UU. y complementa otros proyectos hipersónicos como el Hypersonic Attack Cruise Missile (HACM).
Sin embargo, su efectividad dependerá de la capacidad de EE. UU. para escalar su producción y desplegarlo en cantidades suficientes. En una carrera donde la velocidad y la capacidad de fabricación son decisivas, el Mako es una pieza clave para mantener la ventaja estratégica estadounidense.