La Fuerza Aérea de EE. UU. reveló el misil nuclear AGM-181A LRSO, diseñado por Raytheon para reemplazar al AGM-86B, con capacidad de sigilo y largo alcance.
Nuevo misil nuclear fortalece capacidad estratégica de EE. UU.
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos dio a conocer el 9 de junio de 2025 una representación del AGM-181A Long-Range Standoff (LRSO), un misil de crucero nuclear desarrollado por Raytheon. Esta arma, destinada a equipar los bombarderos B-21 Raider y B-52 Stratofortress, reemplazará al obsoleto AGM-86B Air-Launched Cruise Missile (ALCM), en servicio desde la década de 1980. El LRSO, con un rango superior a 1,500 millas (2,400 km), está diseñado para penetrar sistemas avanzados de defensa antiaérea y alcanzar objetivos estratégicos en entornos hostiles. Incorpora la ojiva termonuclear W80-4, modernizada para mejorar rendimiento, seguridad y protección.
El programa LRSO comenzó a tomar forma en 2015, cuando la Fuerza Aérea buscó un sucesor para el AGM-86B. En agosto de 2017, Raytheon y Lockheed Martin recibieron contratos de $900 millones cada uno para desarrollar prototipos. En abril de 2020, la Fuerza Aérea seleccionó a Raytheon como contratista único tras una revisión preliminar de diseño. En julio de 2021, se otorgó a Raytheon un contrato de $2,000 millones para la fase de ingeniería y manufactura. Hasta diciembre de 2022, el misil completó al menos nueve pruebas de vuelo exitosas, que incluyeron una con un simulacro de la ojiva W80-4, en la que se demostró separación segura del B-52, despliegue de superficies de vuelo y operación del motor.
En marzo de 2023, el LRSO superó una revisión crítica de diseño en Eglin AFB, Florida, un hito que confirmó la madurez del diseño para avanzar hacia la producción. La Fuerza Aérea planea adquirir 1,087 misiles, de los cuales 67 se usarán en desarrollo y 1,020 en despliegue operativo. La producción inicial de baja tasa está programada para el tercer trimestre de 2027, con un costo estimado de $16,200 millones para todo el programa, más $7,000 millones para soporte durante 30 años. El costo unitario se sitúa en $14 millones, superior a los $10 millones proyectados inicialmente.
El LRSO no es un arma hipersónica, pero su diseño prioriza sigilo, maniobrabilidad y alcance. Utiliza un motor turbofan Williams F107-WI-106 y cuenta con sistemas de navegación avanzados que permiten operar en entornos sin GPS y con interferencias electrónicas. Las pruebas han validado su capacidad para ejecutar maniobras en vuelo, seguir rutas planificadas y resistir contramedidas electrónicas. El misil está optimizado para minimizar su firma de radar e infrarrojos, lo que lo hace difícil de detectar por defensas antiaéreas modernas.
Datos clave sobre el misil nuclear AGM-181A LRSO
- Alcance: Más de 1,500 millas (2,400 km).
- Ojiva: W80-4 termonuclear, con rendimiento ajustable entre 5 y 150 kilotones.
- Plataformas: Integración confirmada con B-21 Raider y B-52 Stratofortress.
- Producción: 1,087 unidades planeadas, con decisión de producción en 2027.
- Costo: $16,200 millones para adquisición, $14 millones por unidad.
- Pruebas: Nueve vuelos exitosos hasta diciembre de 2022, que incluyeron separación y maniobras.
Integración del LRSO en la arquitectura de ataque de EE. UU.
El LRSO forma parte de una arquitectura de ataque integrada que incluye al B-21 Raider, un bombardero furtivo de Northrop Grumman, y al modernizado B-52J Stratofortress. Estos aviones operarán junto a sensores espaciales y sistemas de mando y control para formar un paquete de ataque en red. La Fuerza Aérea ha descartado una variante convencional del LRSO, al asignar esa función a los misiles AGM-158 JASSM-ER y JASSM-XR. Las pruebas de integración con el B-52 identificaron desafíos, como interferencias con el tanque de combustible en el lanzador rotativo interno, pero estos se resolvieron para junio de 2023.
El desarrollo del LRSO responde a la necesidad de modernizar el componente aéreo de la tríada nuclear de EE. UU., que incluye misiles balísticos intercontinentales y submarinos nucleares. El AGM-86B, con un diseño de vida de 10 años, ha superado su vida útil tras múltiples extensiones. En 2007, la Fuerza Aérea redujo su inventario de AGM-86B a 528 misiles, y planea retirarlos completamente para 2030, cuando el LRSO alcance capacidad operativa inicial. En total, se produjeron 1,715 AGM-86B entre 1980 y 1986, con un índice de éxito del 90% en más de 100 lanzamientos.
El LRSO también se beneficia de un diseño de arquitectura abierta, que facilita actualizaciones futuras y reduce costos de mantenimiento. Las actividades de 2024 incluyeron la validación del diseño, la certificación nuclear y la preparación para pruebas operativas. La Fuerza Aérea trabaja con el Departamento de Energía para integrar la ojiva W80-4, cuya producción inicial está prevista para 2027. Este programa de extensión de vida moderniza las ojivas W80-1 existentes, al mantener opciones de rendimiento de 5 o 150 kilotones.
Las pruebas de vuelo, iniciadas en secreto, han demostrado la capacidad del LRSO para separarse del B-52, activar su motor y seguir rutas preprogramadas. En octubre de 2022, el misil completó una prueba que incluyó la activación de secuencias de armamento y la recolección de datos ambientales, con lo que se validó su navegación avanzada. La Fuerza Aérea también ha realizado pruebas de transporte cautivo para garantizar la compatibilidad con las plataformas de lanzamiento. Los ensayos continuarán en 2025, con énfasis en la integración con el B-21 y la certificación nuclear.
Contexto estratégico y avances del programa LRSO
El LRSO fortalece la capacidad de disuasión estratégica de EE. UU. al permitir ataques a distancia, con lo que se reduce la exposición de los bombarderos a defensas antiaéreas enemigas. A diferencia de los misiles balísticos, los bombarderos con LRSO pueden ser desplegados, puestos en alerta o retirados, lo que ofrece flexibilidad en crisis. El programa ha enfrentado retos, como un retraso de tres años anunciado en 2014 por presiones presupuestarias, pero la oposición del Comité de Servicios Armados de la Cámara aceleró su progreso. En 2020, el Congreso eliminó el requisito de una variante convencional, con lo que se enfocó el LRSO exclusivamente en misiones nucleares.
El presupuesto de 2024 asignó $978 millones al LRSO, que incluyeron $911 millones para investigación y desarrollo y $67 millones para adquisición inicial. Para 2025, los fondos de investigación se redujeron en $81.4 millones, pero se añadió un año adicional de desarrollo hasta 2029, con $78 millones asignados. La financiación de adquisición aumentará significativamente en 2027, hasta alcanzar $1,220 millones, y se proyecta que el programa requerirá $4,200 millones adicionales después de 2029 para completar la producción.
El LRSO es un componente clave de la familia de sistemas de Long Range Strike, que incluye al B-21, nuevos sistemas de comunicación y activos espaciales. Su diseño responde a la evolución de las defensas antiaéreas rusas y chinas, que han mejorado su capacidad para detectar y neutralizar amenazas. El misil está diseñado para operar en entornos de alta amenaza, con el uso de navegación autónoma y prevención de amenazas para alcanzar objetivos estratégicos. La Fuerza Aérea espera que el LRSO esté operativo antes del retiro del AGM-86B en 2030, con lo que se asegurará la continuidad de la disuasión nuclear aérea.
El programa también ha abordado riesgos técnicos, como errores en la transferencia entre el B-21 y el LRSO, que podrían reducir su alcance. Estos se mitigaron para marzo de 2023. Además, se resolvieron problemas de interferencia con el lanzador rotativo del B-52, con lo que se garantizó la capacidad de transportar múltiples misiles. La Fuerza Aérea continúa con el trabajo en equipos de soporte, entrenadores y sistemas logísticos para preparar el despliegue del LRSO. Con un enfoque en la manufactura y la confiabilidad, el programa está en camino para cumplir con los plazos establecidos.