El MQ-9 Reaper fue probado en condiciones austéricas como parte de una estrategia para mejorar su operatividad en conflictos de alta intensidad.
El MQ-9 Reaper amplía sus capacidades operativas en Nuevo México
A lo largo de dos décadas, el dron MQ-9 Reaper ha operado principalmente desde pistas pavimentadas, donde requiere el apoyo de grandes equipos de mantenedores y personal logístico. No obstante, un reciente ejercicio marcó un cambio significativo en sus operaciones.
El 16 de diciembre, el Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea puso a prueba el MQ-9 al aterrizarlo en una pista de tierra en Nuevo México. En este entorno, fue rearmado y reabastecido rápidamente por un reducido grupo de aviadores, para luego despegar nuevamente. Este enfoque responde a la estrategia denominada Empleo Ágil en Combate, diseñada para desplegar pequeños equipos en ubicaciones remotas o poco desarrolladas durante conflictos con potencias como China o Rusia, complicando su localización y ataque.
Según un comunicado emitido el 31 de diciembre, el comandante del 1.er Equipo de Mantenimiento de la Misión de Operaciones Especiales explicó: “En futuros combates, ya no podremos depender únicamente de bases principales operativas. La capacidad de operar en entornos austeros es esencial para proporcionar opciones a los comandantes, algo imprescindible para las fuerzas de operaciones especiales”.
El ejercicio, denominado Reaper Castillo, se llevó a cabo en el campo de tiro Melrose, cerca de la Base Aérea Cannon. Durante la prueba, el dron fue controlado a más de 1,100 millas de distancia por un piloto y un operador de sensores ubicados en Hurlburt Field, Florida.
Datos clave sobre el ejercicio Reaper Castillo
- El MQ-9 fue probado en una pista de tierra sin necesidad de modificaciones físicas.
- El ejercicio contó con un número reducido de aviadores cuyo tamaño exacto no fue revelado por razones de seguridad.
- El Reaper fue controlado remotamente desde Florida, a más de 1,100 millas del lugar del ejercicio.
- La estrategia busca reducir la vulnerabilidad operativa en conflictos de alta intensidad con China o Rusia.
Reducción de recursos y automatización en las operaciones del MQ-9
En su operación convencional, el MQ-9 requiere tripulaciones para maniobrar el despegue y aterrizaje, etapas críticas donde el riesgo de error es elevado debido a posibles retrasos en la señal. Sin embargo, desde 2021, la Fuerza Aérea ha comenzado a implementar una función de piloto automático denominada capacidad automática de despegue y aterrizaje (ATLC). Esta tecnología elimina la necesidad de hasta 55 personas y gran parte del equipo normalmente necesario.
Ejercicios previos realizados en Nuevo México y el Pacífico han demostrado que las operaciones pueden reducirse a un equipo de 10 aviadores y un palé y medio de equipo, lo que facilita su transporte en aeronaves ligeras como el CV-22 Osprey y el C-130 Hercules.
Además, se exploran nuevas aplicaciones para el MQ-9 como parte de la iniciativa conocida como empresa aerotransportada adaptativa. Este proyecto busca que los Reapers actúen como plataformas de lanzamiento para sistemas aéreos no tripulados (UAS) más pequeños, capaces de formar redes de sensores o vías de comunicación para fuerzas conjuntas.
El entonces comandante del AFSOC, el teniente general Tony D. Bauernfeind, expresó en 2023 que esta visión requerirá el desarrollo de nuevas tácticas, técnicas y procedimientos. “Tenemos que determinar hasta qué punto estas redes pueden extenderse para brindar el apoyo necesario a las fuerzas conjuntas”, afirmó.
Avances recientes en la operatividad del MQ-9 Reaper
En 2023, un equipo en la Base Aérea Cannon logró controlar tres MQ-9 simultáneamente durante 30 minutos. En otro avance, lanzaron dos drones más pequeños desde un MQ-9, demostrando el potencial de estos sistemas como plataformas de control móvil lejos de bases establecidas.
El comandante del ejercicio Reaper Castillo destacó: “Es fundamental abandonar la idea de que necesitamos una gran pista pavimentada y tripulaciones localizadas en el mismo lugar. Si eliminamos esta limitación, el alcance del MQ-9 será prácticamente ilimitado”.
Estas capacidades buscan mitigar riesgos, especialmente en conflictos entre iguales, donde el lento Reaper podría ser vulnerable a sistemas de defensa aérea avanzados. Redes de drones más pequeños controlados desde un MQ-9 podrían extender su alcance y reducir el riesgo de ser detectado.
El MQ-9 Reaper: relevancia en conflictos actuales y futuros
A pesar de sus limitaciones, los recientes ejercicios demuestran que el MQ-9 sigue siendo una herramienta valiosa en operaciones modernas. Según el comandante del ejercicio, “El MQ-9 es extremadamente relevante en el combate actual y lo será también en el futuro”.
Al operar en entornos de alto riesgo, el dron ofrece la capacidad de realizar misiones en lugares donde enviar aeronaves tripuladas sería demasiado peligroso, garantizando una ventaja operativa estratégica.