Las autoridades rusas anunciaron planes para incrementar la producción del MiG-35, derivado del MiG-29, en respuesta a pérdidas en Ucrania, aunque enfrenta desafíos en fabricación y exportación.
Anuncio de planes rusos para producir más cazas MiG-35 en 2025
Las autoridades rusas anunciaron en marzo de 2025 planes para incrementar la producción del caza MiG-35, un derivado avanzado del MiG-29, en respuesta a las pérdidas que sufrieron las Fuerzas Aeroespaciales durante la guerra en Ucrania. El ministerio de Defensa de Rusia colocó un pedido inicial de 24 unidades en 2017, con entregas programadas hasta 2027, aunque hasta la fecha se fabricaron menos de diez aviones en la planta de Lukhovitsy.
Yuri Slyusar, exdirector de la Corporación Unida de Construcción de Aeronaves, confirmó que la producción a gran escala de la variante más reciente, clasificada como caza de generación 4+++, comenzaría en 2025. El Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar de Rusia describe al MiG-35 como un caza multitarea de primera línea, capaz de interceptar objetivos aéreos en patrullas, escoltar aviones de ataque y de transporte, y atacar blancos terrestres o marítimos.
El desarrollo del MiG-35 se inició en la década de 2000 como una versión de exportación que integra sistemas modernos del MiG-29M2 con un radar de barrido electrónico activo y la opción de control de vector de empuje del MiG-29OVT. Mikoyan presentó el prototipo al público en 2005 durante salones aéreos en Rusia y el Reino Unido, donde demostró maniobrabilidad en ángulos de ataque supercríticos.
La primera presentación internacional oficial ocurrió en 2007 en la feria Aero India, donde se exhibió la versión final. En ese año, Italia firmó un acuerdo con Mikoyan para incorporar un sistema de protección electrónica contra artillería antiaérea controlada por radar. La planta Sokol en Rusia planeó iniciar la producción en 2013 o 2014 como parte de una oferta para el concurso indio de aeronaves de combate multitarea.
Características técnicas clave y rendimiento del caza MiG-35
- Velocidad máxima de 2.400 km/h y tasa de ascenso de 330 m/s.
- Alcance normal de 2.000 km, extensible a 3.100 km con tanques externos.
- Techo de servicio de 17.500 m y capacidad interna de combustible incrementada.
- Carga externa máxima de 6.500 kg con misiles y bombas variados.
- Radar Zhuk-MA detecta objetivos aéreos a 160 km y navales a 300 km.
Historia de desarrollo y producción inicial del MiG-35 ruso
El MiG-35 no resultó seleccionado frente a competidores como el Eurofighter Typhoon o el Rafale. Las Fuerzas Aeroespaciales Rusas recibieron las dos primeras unidades en junio de 2019, y la versión de exportación se demostró en agosto de ese año durante el salón MAKS. El MiG-35 incorpora dos motores RD-33MK que generan un empuje de 9.000 kgf cada uno, con materiales modernos en las palas refrigeradas que reducen el humo y la visibilidad infrarroja y óptica.
Estos motores permiten una velocidad máxima de 2.400 km/h, una tasa de ascenso de 330 m/s y un techo de servicio de 17.500 m. El alcance normal alcanza los 2.000 km, extensible a 3.100 km con tres tanques externos de combustible y a 5.400 km con un reabastecimiento en vuelo. La capacidad interna de combustible se incrementó a 950 litros mediante un tanque adicional detrás de la cabina, mientras que el tanque externo bajo el fuselaje alberga 2.000 litros.
El sistema de gestión de combustible es digitalizado con medición precisa. La estructura del ala central, rediseñada con aleaciones ligeras, aumenta la capacidad de combustible en un 50% respecto al MiG-29 y amplía el área alar de 408 a 452 metros cuadrados, lo que mejora la maniobrabilidad y la carga útil. El avión opera desde pistas cortas o superficies no preparadas.
Su infraestructura digital interna se unifica con la de modelos como el Su-30SM2 y el Su-35S para intercambiar datos de objetivos y lanzar armamento similar. En cuanto al armamento, el MiG-35 es compatible con misiles y bombas de origen ruso y extranjero, que incluyen misiles antibuque Kh-31A con buscadores de radar activos, misiles antirradar Kh-31P, misiles Kh-29TE y bombas guiadas por televisión KAB-500Kr.
Armamento, sistemas y desafíos en la producción del MiG-35
Con un módulo externo de designación óptica o láser, emplea misiles aire-superficie Kh-29L y bombas guiadas por láser KAB-500L para atacar blancos aéreos y terrestres. La carga externa máxima asciende a 6.500 kg, y los sistemas defensivos integrados elevan la supervivencia en combate. El radar Zhuk-MA, de barrido electrónico activo con 160 módulos y cuatro canales de transmisión-recepción cada uno, detecta objetivos aéreos a 160 km y navales a 300 km.
El sistema localizador óptico opera sin emisiones y analiza imágenes en bandas de onda corta para mayor sensibilidad, y detecta aviones con baja firma radar mediante óptica infrarroja protegida por vidrio de leucosafiro. Este conjunto permite misiones multitarea independientes con menor dependencia de sistemas de interceptación en tierra. La producción del MiG-35 se ha concentrado en la planta Lukhovitsy, adecuada solo para tasas bajas.
La planta Znamya Truda en Moscú, que fabricó cientos de MiG-29, quedó en desuso por falta de pedidos. Los primeros dos prototipos se ensamblaron en 2016. El motor RD-33MK se suministra sin mayores inconvenientes desde la planta Chernyshev en Moscú, que también lo produce para variantes como el MiG-29K y actualizaciones para la Fuerza Aérea India. Sin embargo, las unidades entregadas utilizan matrices pasivas de generaciones previas en lugar del radar Zhuk-MA.
Este radar se fabrica en la planta de Instrumentos del Estado en Riazán, para reducir costos. La cadena de suministro para componentes del MiG-35 presenta inactividades por ausencia de pedidos grandes, y las plantas de defensa rusas enfrentan escasez de mano de obra cualificada. Especialistas en la industria aeronáutica rusa expresaron escepticismo sobre la capacidad para alcanzar producción masiva, dado que las instalaciones no han fabricado grandes cantidades de aviones MiG en décadas.
Impacto de la guerra en Ucrania y limitaciones del MiG-35
La guerra en Ucrania influyó en los esfuerzos por reactivar el programa, ya que las autoridades rusas buscan reconstruir la flota de las Fuerzas Aeroespaciales con versiones modernizadas para reemplazar pérdidas en combate. El MiG-35 se desplegó en la guerra, donde demostró ventajas en costos de mantenimiento, operación y ciclo de vida comparados con modelos Sukhoi más pesados. Su interoperabilidad permite compartir datos de objetivos y proporcionar interferencia de escolta.
No obstante, el diseño heredado del MiG-29 limita su alcance y volumen para sensores y enfriamiento, lo que lo hace menos adecuado para operaciones a larga distancia en entornos con misiles superficie-aire de medio y largo alcance o redes de búsqueda infrarroja. Las sanciones y la escasez de microelectrónica durante la guerra agravaron los retrasos en la integración del radar.
La ausencia de clientes de exportación serios, como en el caso de Egipto que optó por MiG-29M/M2, redujo el soporte financiero. India cerró sus opciones hace años, y el sudeste asiático mostró menor interés. El Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar de Rusia recibió tres consultas sobre el MiG-35 entre 2019 y 2020, pero ninguna se concretó en ventas.