La Real Fuerza Aérea evalúa adquirir F-35A junto a F-35B para reforzar su rol en la misión nuclear de la OTAN y mejorar capacidades.
Reino Unido avanza hacia la adquisición de F-35A para misión nuclear
La Real Fuerza Aérea (RAF) del Reino Unido ha recibido confirmación oficial de su intención de operar una combinación de aviones de combate F-35B y F-35A, según lo anunciado en un intercambio parlamentario en 2025. Esta decisión marca un cambio estratégico significativo, ya que el Reino Unido se ha centrado históricamente en la variante de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) F-35B para operar desde los portaaviones de la clase Queen Elizabeth. La incorporación de la variante de despegue y aterrizaje convencional F-35A responde a una recomendación clave de la Revisión de Defensa Estratégica (SDR) 2025, publicada el 2 de junio de 2025, que busca optimizar la capacidad de combate aéreo y fortalecer la contribución del Reino Unido a la OTAN.
El Reino Unido ha adquirido hasta abril de 2025 un total de 35 F-35B de un pedido inicial de 48 unidades, con la pérdida de un avión que redujo la flota a 47. Estos aviones, operados conjuntamente por la RAF y la Marina Real, son esenciales para las operaciones de ataque desde los portaaviones HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Wales. Sin embargo, la flota actual resulta insuficiente para mantener un grupo aéreo de portaaviones robusto, según un informe parlamentario de septiembre de 2023, que también destacó que el Reino Unido posee menos de 160 aviones de combate. La SDR 2025 considera la necesidad de incrementar la flota con más F-35, y propone una combinación de las variantes A y B para maximizar el valor operativo y económico.
La variante F-35A, a diferencia de la F-35B, está certificada para transportar la bomba nuclear táctica B61-12, utilizada en el programa de intercambio nuclear de la OTAN. Este programa permite a países no nucleares albergar y desplegar armas nucleares estadounidenses en tiempos de guerra. Desde la retirada de la última bomba nuclear táctica británica, la WE.177, en 1998, el Reino Unido ha dependido exclusivamente de su sistema de misiles balísticos Trident, lanzado desde submarinos de la clase Vanguard. La posible incorporación de la F-35A representaría el retorno de la RAF a un rol de ataque nuclear aéreo tras casi tres décadas.
El interés en la F-35A surge en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, que llevó a países como Alemania a reemplazar sus aviones Tornado con 35 F-35A para mantener su rol en el intercambio nuclear de la OTAN. Alemania inicialmente consideró el Boeing F/A-18E/F Super Hornet, pero optó por la F-35A debido a su certificación para la B61-12 y su capacidad furtiva, que permite acercarse a sistemas de defensa antiaérea avanzados sin ser detectado. El Reino Unido podría seguir un camino similar, con la integración del F-35A para complementar su disuasión estratégica y reforzar la interoperabilidad con aliados de la OTAN.
Datos clave sobre la adquisición de F-35 por el Reino Unido
- El Reino Unido ha recibido 35 F-35B de un pedido de 48, con entregas completas previstas para finales de 2025.
- El costo promedio por unidad de un F-35A es de 82.$5 millones, un 15% menos que el F-35B, cuyo costo es de $109 millones.
- La F-35A tiene un alcance de combate de 1,200 km, superior al de la F-35B (833 km), y menores costos operativos, con un 8% menos por hora de vuelo.
- La flota de F-35B británica opera desde RAF Marham y los portaaviones, mientras que la F-35A estaría destinada a bases terrestres.
- La F-35A es la única variante certificada para llevar la bomba nuclear B61-12, clave para las misiones de intercambio nuclear de la OTAN.
Impacto en la capacidad de portaaviones y la RAF
La posible adquisición de la F-35A plantea interrogantes sobre el futuro de los pedidos adicionales de F-35B. Inicialmente, el Reino Unido se comprometió a adquirir 138 F-35 como socio de nivel 1 en el programa Joint Strike Fighter, pero los costos crecientes llevaron a reducir este objetivo a 74 aviones, con la posibilidad de alcanzar los 138 en el futuro. La SDR 2025 no especifica si la compra de F-35A será adicional o en detrimento de los pedidos restantes de F-35B, lo que genera preocupaciones sobre la capacidad de ataque de los portaaviones británicos. Cada portaaviones de la clase Queen Elizabeth puede operar hasta 36 F-35B, pero con solo 47 aviones disponibles, la Marina Real enfrenta limitaciones para mantener un grupo aéreo completo.
La F-35A ofrece ventajas económicas y operativas, con un costo unitario estimado en un 15% menos que el F-35B y un 8% menos en costos operativos por hora de vuelo. Además, su mayor alcance de combate, de aproximadamente 1,200 km, y su capacidad para llevar la B61-12 internamente, sin perder su perfil furtivo, la convierten en una opción atractiva para misiones de largo alcance y roles nucleares. Sin embargo, la F-35A no puede operar desde portaaviones, lo que limita su utilidad para la Marina Real. Por otro lado, la F-35B, con su capacidad STOVL, es esencial para las operaciones marítimas, pero no está certificada para misiones nucleares, lo que restringe su versatilidad en el contexto de la OTAN.
La flota de F-35B ha demostrado su valor en operaciones recientes, como la misión de patrullaje aéreo de la OTAN en el Ártico en 2024 y el despliegue del Carrier Strike Group 21 en 2021, donde los F-35B interceptaron aviones rusos en el Mediterráneo oriental. La introducción de la F-35A podría complementar estas capacidades, y permitir a la RAF asumir roles más diversos, incluidas misiones nucleares tácticas, mientras la F-35B se centra en operaciones marítimas y de apoyo aéreo cercano. Sin embargo, la integración de dos variantes diferentes plantea desafíos logísticos, como la necesidad de cadenas de suministro separadas y entrenamiento específico para cada modelo.
La RAF también enfrenta limitaciones con su flota de reabastecimiento aéreo. Los aviones cisterna A330 Voyager del Reino Unido carecen de la capacidad de reabastecimiento por pértiga necesaria para la F-35A, lo que requeriría modificaciones costosas para apoyar misiones de largo alcance. En contraste, la F-35B no depende de esta capacidad debido a su diseño para operaciones desde portaaviones y bases avanzadas. Estas modificaciones, junto con la adquisición de la F-35A, podrían incrementar significativamente los costos del programa, especialmente si se busca mantener el compromiso de 138 F-35 en total.
Evolución de la estrategia de defensa británica
La SDR 2025 también destaca la importancia de modernizar la flota de Eurofighter Typhoon y avanzar en el Programa Global de Combate Aéreo (GCAP), una iniciativa conjunta con Japón e Italia para desarrollar un caza de sexta generación. La revisión confirma que no se reducirá el número de Typhoon, que seguirán siendo la columna vertebral de la defensa antiaérea británica, especialmente en misiones de reacción rápida (QRA) contra amenazas como bombarderos rusos. Los Typhoons, con una velocidad máxima de Mach 2 y una mayor tasa de ascenso que la F-35, son ideales para estas tareas, pero carecen de integración nuclear, lo que refuerza la necesidad de la F-35A para roles específicos de la OTAN.
La posible incorporación de la F-35A también responde a la experiencia de otros aliados de la OTAN. Además de Alemania, países como Noruega (52 F-35A entregados), Países Bajos (42 F-35A), Italia (24 F-35A y 8 F-35B) y Polonia (32 F-35A pedidos) han adoptado la F-35A para misiones convencionales y nucleares. La infraestructura de almacenamiento nuclear en bases como RAF Lakenheath, que ha sido renovada desde 2008, podría facilitar el despliegue de bombas B61 bajo control estadounidense, y así alinear al Reino Unido con el marco de disuasión de la OTAN.
La Marina Real ha invertido significativamente en sus portaaviones desde principios de la década de 2000, diseñados específicamente para operar la F-35B. Cambiar pedidos de F-35B a F-35A podría comprometer esta capacidad, especialmente si no se adquieren suficientes aviones para mantener un grupo aéreo robusto. Una propuesta alternativa, planteada en debates parlamentarios, sugiere adquirir 60 F-35B para los portaaviones y 78 F-35A para la RAF, y cumplir el compromiso original de 138 F-35. Sin embargo, la viabilidad de esta opción depende de los recursos presupuestarios y las prioridades estratégicas.
El programa F-35 ha enfrentado críticas por su complejidad y costos crecientes, con retrasos en las entregas debido a problemas de software, como la actualización Technical Refresh 3 (TR-3). A pesar de esto, la F-35A ha demostrado un rendimiento sólido, con una tasa de fiabilidad de 6.5 horas de vuelo entre fallos, lo que supera los requisitos establecidos, y un tiempo de mantenimiento de 6.2 horas por hora de vuelo, mejor que el objetivo de 9 horas. La F-35B, con 3.9 horas entre fallos, está cerca de su objetivo de madurez de 4 horas, lo que indica una mejora continua en la fiabilidad de ambas variantes.