El Reino Unido comprará 12 F-35A para portar armas nucleares B61 con el fin de fortalecer su postura nuclear en la OTAN, anunció Starmer.
Anuncio en cumbre de la OTAN refuerza disuasión nuclear
El primer ministro Sir Keir Starmer anunció en la cumbre de la OTAN, que comenzó el 24 de junio de 2025, que el Reino Unido adquirirá 12 aviones F-35A Lightning con capacidad nuclear para portar la bomba B61 de fabricación estadounidense. Esta decisión, calificada por el gobierno como el “mayor fortalecimiento de la postura nuclear en una generación”, marca el regreso de la Real Fuerza Aérea (RAF) a misiones de ataque nuclear táctico, una capacidad perdida en 1998 tras el retiro de la bomba WE.177. Los aviones operarán desde la base RAF Marham, junto a los 47 F-35B que ya están en servicio, y formarán parte de un pedido de 27 aeronaves, que incluye 15 F-35B adicionales.
La bomba B61, controlada por el grupo de planificación nuclear de la OTAN y sujeta a la aprobación del presidente de Estados Unidos y el primer ministro británico, es empleada por las fuerzas aéreas de Alemania, Países Bajos, Bélgica, Italia y Turquía en aviones F-35 y F-16. A diferencia de la disuasión nuclear estratégica basada en submarinos, que depende únicamente del primer ministro, el despliegue de los F-35A requerirá autorización conjunta para reforzar la integración del Reino Unido en la estructura de defensa colectiva de la OTAN.
Los 12 F-35A se asignarán principalmente al Escuadrón 207, la Unidad de Conversión Operativa (OCU) de la RAF, para instruir a los pilotos. Según un comunicado de la RAF, el F-35A ofrece mayor autonomía gracias a su capacidad de combustible, lo cual permite que los pilotos reciban sesiones de instrucción más extensas, y requiere menos mantenimiento que el F-35B, lo que incrementa la disponibilidad de aeronaves. Esto optimizará la instrucción de los pilotos y acelerará su incorporación en escuadrones de primera línea.
El gobierno británico reafirmó su compromiso de adquirir 138 aviones F-35 a lo largo de la vida útil de la RAF y el Fleet Air Arm, un objetivo que había generado dudas por las restricciones presupuestarias. El aumento de financiación anunciado en 2025, junto con el ahorro de costos derivado de la elección del F-35A en lugar del F-35B, hace viable este plan. Los F-35A también contribuirán a la creación de un tercer escuadrón F-35 de primera línea.
Datos clave sobre la adquisición del F-35A
- El F-35A tiene un alcance superior al F-35B debido a la ausencia de un ventilador de elevación para despegues cortos, lo cual resulta ideal para misiones nucleares tácticas.
- La bomba B61 es operada por cinco países de la OTAN, con un total de 150 armas ubicadas en Europa, según estimaciones de 2024.
- El costo por unidad del F-35A es de aproximadamente $85 millones, frente a los 110 millones del F-35B, según Lockheed Martin.
- La RAF Marham será la única base que albergará los F-35A y F-35B.
- La RAF tiene previsto integrar misiles SPEAR 3 y SPEAR EW en los F-35A con el objetivo de ejecutar misiones contra defensas antiaéreas enemigas.
Contexto estratégico y capacidades del F-35A
La adquisición de los F-35A responde a la Revisión de la Defensa Estratégica de 2024, que identificó un aumento de riesgos por armas nucleares y recomendó una mayor participación del Reino Unido en la misión nuclear de la OTAN. El F-35A, con su diseño sigiloso y mayor capacidad de combustible, permitirá que la RAF ejecute misiones de mayor alcance, incluidas posibles operaciones contra defensas antiaéreas enemigas (SEAD/DEAD) con misiles como el SPEAR 3. No obstante, la integración del F-35A exigirá modificaciones en los aviones cisterna Voyager de la RAF, ya que estos actualmente no están equipados con sistemas de pluma para reabastecer aeronaves como el F-35A.
El anuncio ocurre en un contexto de tensiones internacionales, mientras el Reino Unido procura fortalecer su posición en la OTAN frente a amenazas globales. El primer ministro Starmer afirmó que “en una era de incertidumbre radical, la paz no puede darse por sentada”. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, elogió la decisión como “una sólida contribución británica” a la alianza, lo que reafirma el compromiso del Reino Unido con la disuasión nuclear colectiva.
La RAF mantuvo armas nucleares tácticas durante 43 años, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta 1998, año en que el “Dividendo de la Paz” posterior a la Guerra Fría condujo al retiro de la bomba WE.177. La recuperación de esta capacidad con el F-35A y la B61 constituye un hito para la institución.
El gobierno también ratificó un nuevo objetivo de gasto en defensa del 5% del PIB para 2035, con un 3,5% destinado a capacidades esenciales, incluidos los F-35, 12 submarinos AUKUS y posibles aviones de alerta temprana. Estas inversiones buscan garantizar que las fuerzas armadas británicas estén preparadas ante desafíos futuros.
Implicaciones en la seguridad europea
La decisión del Reino Unido refuerza el compromiso de Estados Unidos con la disuasión nuclear en Europa, en un momento marcado por la incertidumbre tras la elección de Donald Trump en 2024. Aunque algunos aliados, como Polonia, han solicitado un mayor acceso a armas nucleares estadounidenses, la incorporación del Reino Unido al programa de intercambio nuclear con la B61 consolida la narrativa sobre la presencia de Estados Unidos en la defensa europea. Polonia, que emplea F-16 y F-35, participa en ejercicios como Steadfast Noon y ha expresado su interés en integrarse al programa nuclear desde la anexión de Crimea por Rusia en 2014, pero sus propuestas no han sido aceptadas por Estados Unidos.
Por otra parte, el presidente francés Emmanuel Macron ofreció extender la disuasión nuclear de Francia a países como Alemania y Polonia, al argumentar que la doctrina nuclear francesa abarca la defensa de Europa. Sin embargo, la decisión británica de adquirir el F-35A y operar la B61 disminuye la urgencia de alternativas europeas destinadas a reforzar la estructura de la OTAN bajo el liderazgo estadounidense.
La adquisición de los F-35A también conlleva implicaciones operativas para la Royal Navy, que utiliza los F-35B en sus portaaviones HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Wales. La combinación de F-35A y F-35B permitirá que el Reino Unido logre un equilibrio entre sus necesidades de instrucción, operaciones terrestres y misiones desde portaaviones, con el fin de maximizar la eficiencia de su flota de combate.
En el ámbito técnico, la RAF debe enfrentar el reto de modernizar su infraestructura de reabastecimiento aéreo para asegurar compatibilidad con el F-35A. Los rumores sobre operaciones de reabastecimiento a aeronaves de Estados Unidos e Israel en Oriente Medio fueron descartados, ya que los Voyager no cuentan con la capacidad de pluma necesaria. Este inconveniente debe resolverse para que los F-35A alcancen plena operatividad en misiones de largo alcance.