El KC-46A ha mostrado avances operativos, pero fallas técnicas y estructurales siguen restringiendo su capacidad de misión y disponibilidad operativa.
Aviones entregados presentan fallas que limitan su desempeño actual
La Fuerza Aérea de Estados Unidos intenta modernizar sus capacidades aéreas mediante el KC-46 Pegasus, un avión de reabastecimiento basado en el Boeing 767. Este modelo reemplaza al KC-135 Stratotanker y puede operar en misiones de transporte, evacuación médica y apoyo táctico. El diseño incorpora tecnologías modernas, incluyendo sistemas de defensa y capacidad de operar en entornos hostiles. Hasta noviembre de 2024, se entregaron 89 unidades de las 179 previstas, y se firmó un contrato por 15 más por 2,380 millones de dólares.
Diseñado con dos motores Pratt & Whitney PW4062, el KC-46A puede transportar 212,299 libras de combustible y hasta 65,000 libras de carga. Puede reabastecer varias aeronaves a la vez mediante su pértiga central y los pods de reabastecimiento alar (WARP). Su configuración polivalente lo convierte en un recurso clave para la movilidad estratégica y el apoyo aéreo en operaciones combinadas.
Desde que Boeing ganó el contrato en 2011, el KC-46 ha enfrentado problemas técnicos importantes. Aunque su primer vuelo fue en 2015, informes recientes destacan que aún no cumple con los estándares operativos exigidos. Su capacidad de misión solo alcanzó el 65% en 2023, muy por debajo del 90% requerido, y su disponibilidad operativa sigue por debajo del 80%.
El informe del director de Pruebas y Evaluación Operativa (DOT&E) del Pentágono de 2024 indica que el sistema de visión remota (RVS), que guía la pértiga durante el reabastecimiento, presenta fallas críticas. Bajo luz solar directa, las cámaras y monitores pierden efectividad, lo que distorsiona la percepción de profundidad. Esto aumenta el riesgo de colisiones, como ocurrió en junio de 2024 durante un incidente con un F-16 frente a las costas de los Países Bajos.
problemas operativos y técnicos detectados en el kc-46 de la usaf
- Capacidad de misión del KC-46 cayó al 65% en 2023, lejos del 90% exigido por la USAF.
- El sistema de visión remota (RVS) falla con luz solar directa y afecta la precisión del reabastecimiento.
- Fallas estructurales como grietas en bisagras de alerones forzaron una suspensión temporal de entregas.
- Rigidez de la pértiga y defectos en conductos de aire fueron clasificados como deficiencias de categoría 1.
- Producción afectada por una huelga de maquinistas de Boeing en 2024.
Fallas estructurales y escasez de componentes afectan la flota
La rigidez excesiva de la pértiga de reabastecimiento fue identificada como una deficiencia de categoría 1, lo que implica un alto riesgo para la seguridad. Otro componente crítico, los conductos de aire de purga, también fue reclasificado a la misma categoría debido a su frecuente mal funcionamiento y a la falta de piezas de repuesto.
En marzo de 2025, la Fuerza Aérea suspendió la entrega de nuevos aviones tras detectar grietas en las bisagras de los alerones en dos unidades próximas a ser entregadas. Estas grietas, localizadas en el borde de salida del ala, no representan una amenaza inmediata para la seguridad de vuelo, pero deben ser reparadas antes de su utilización operativa.
La escasez de componentes ha incrementado los tiempos de inactividad de la flota. La dependencia de piezas específicas y las interrupciones logísticas han reducido el número de aeronaves disponibles. En 2024, una huelga de maquinistas de Boeing afectó la producción, lo que podría generar nuevos retrasos en las entregas programadas.
A pesar de estos problemas, algunas operaciones demostraron la versatilidad del KC-46. En junio de 2024, dos tripulaciones del 22.º Ala de Reabastecimiento Aéreo completaron un vuelo de 45 horas sin escalas desde la Base Aérea McConnell, ejecutando tareas de reabastecimiento durante el trayecto. En noviembre, otro KC-46 participó en el ejercicio CRUZEX 2024 en Brasil, su primer despliegue en Sudamérica.
Operaciones globales validan su capacidad pese a las deficiencias
La aeronave también ha sido desplegada en el Medio Oriente para misiones de disuasión, reflejando su creciente participación en operaciones globales. Aunque enfrenta restricciones técnicas, la USAF sigue integrándolo en escenarios reales para ampliar sus funciones estratégicas.
A pesar de los sobrecostos, que han generado pérdidas superiores a 7,000 millones de dólares para Boeing, el programa sigue en expansión. En 2023 y 2024 se autorizaron nuevos pedidos, y el KC-46 fue certificado para reabastecer aviones como el B-52, C-17, F-15, F-16 y MV-22 Osprey.
Las pruebas de los pods de reabastecimiento alar (WARP) continúan. En 2024, se ejecutaron ensayos en la Base Aérea McConnell. Sin embargo, el DOT&E identificó posibles fallas al operar en condiciones de formación de hielo, lo que requerirá ajustes antes de una implementación completa.
La USAF y Boeing desarrollan mejoras técnicas para superar las fallas. El plan incluye actualizaciones en el RVS y la pértiga, con pruebas integradas previstas para el final del año fiscal 2025. También se han incorporado nuevos sistemas de comunicación encriptada y resistentes a interferencias, como parte del paquete de actualizaciones Bloque 1.
Interés internacional se mantiene pese a dudas sobre su fiabilidad
El KC-46 ha despertado interés fuera de Estados Unidos. Japón opera cuatro unidades y solicitó hasta nueve adicionales por 4,100 millones de dólares. Israel también adquirió varios ejemplares, integrándolos a su flota para misiones estratégicas.
No todos los potenciales compradores han confirmado sus planes. En 2024, Italia canceló la compra de seis KC-46A y comenzó a evaluar opciones alternativas, incluyendo el Airbus A330 MRTT, debido a un cambio en sus necesidades operativas.
Aunque el KC-46 ha acumulado más de 90,000 horas de vuelo, aún no está listo para avanzar a nuevas fases de pruebas. Las deficiencias actuales limitan su evaluación operativa completa, según el informe del DOT&E.
La Fuerza Aérea de EE. UU. y Boeing continúan trabajando para solventar estos problemas, pero el futuro del programa dependerá de la eficacia de las modificaciones en curso y de su capacidad para cumplir con los estándares operativos exigidos.