El SR-71 “Blackbird” no solo es conocido por ser el avión más rápido de la historia, sino también por su impacto en la aviación militar. Aunque modelos más modernos como el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II pueden venir a la mente al hablar de aviones avanzados, el récord de velocidad sigue perteneciendo al SR-71.
Este avión espía, desarrollado durante la Guerra Fría, alcanzó una velocidad oficial de Mach 3,3, lo que lo convierte en el avión a reacción tripulado más rápido jamás construido. Diseñado por la división Skunk Works de Lockheed Martin, el Blackbird es una obra maestra admirada tanto por entusiastas de la aviación como por expertos militares.
Durante la intensificación de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, se buscaban aviones que pudieran superar las defensas aéreas soviéticas. El precursor del SR-71 fue el U-2, apodado la “Dama Dragón”. Este avión logró completar misiones exitosas en espacio aéreo soviético, pero en 1960 un U-2 fue derribado por un misil soviético, lo que evidenció la necesidad urgente de una aeronave más rápida. Aunque el desarrollo de un sucesor del U-2 ya estaba en marcha, este incidente aceleró el proyecto.
El diseño del SR-71 estuvo profundamente influido por Kelly Johnson, líder de Skunk Works y uno de los diseñadores más visionarios de su tiempo. Johnson enfrentó el desafío de desarrollar un avión que priorizara tanto la velocidad como una baja detectabilidad por radar. Estas características permitirían que el Blackbird escapara incluso de los misiles más avanzados de la época. Johnson describió el proceso como único, ya que “todo tenía que ser inventado”. Esta combinación de velocidad y sigilo definió el diseño revolucionario del SR-71.
Al volar a más de tres veces la velocidad del sonido, el calor generado por la fricción era un problema crítico. El titanio se convirtió en el material elegido para construir el avión, ya que soportaba temperaturas extremas. Sin embargo, su uso planteó desafíos. Según un informe de CNN, el equipo tuvo que crear herramientas específicas de titanio porque las de acero convencional dañaban el material. Además, la obtención del titanio complicó el proyecto, ya que la Unión Soviética, principal proveedor mundial, lo suministró indirectamente a través de empresas ficticias estadounidenses.
Pese a estas dificultades, se fabricaron múltiples unidades del SR-71. En la década de 1970, el Blackbird demostró su capacidad en misiones clave, como un vuelo sobre Israel para evaluar su capacidad nuclear. También recopiló información sobre posiciones en Egipto, Siria y Líbano durante la Guerra de Yom Kippur, contribuyendo a los esfuerzos estadounidenses para mediar en la guerra.
Aunque el SR-71 fue retirado con el tiempo, su legado como el avión más rápido de todos los tiempos sigue intacto. La plataforma Blackbird permanece como un ícono de innovación y diseño en la historia de la aviación.