Durante décadas, el SR-91 Aurora, un supuesto avión de reconocimiento hipersónico, ha intrigado a los entusiastas de la aviación, aunque no existen pruebas contundentes que respalden su existencia. Este concepto surgió en los años 80 como un posible sucesor del SR-71 Blackbird, y se le atribuyeron capacidades de alcanzar velocidades de hasta Mach 5.
No obstante, el gobierno de Estados Unidos ha negado consistentemente la construcción de tal avión, y los avistamientos reportados del Aurora carecen de corroboración. Ben Rich, exdirector de Lockheed Martin Skunk Works, aclaró que “Aurora” no se refería a un avión secreto, sino que era simplemente un nombre clave para la financiación del bombardero B-2, lo que consolidó la historia del SR-91 como una leyenda urbana.
Según la versión original de los hechos, hace unas cuatro décadas, el ejército estadounidense inició un proyecto para desarrollar un avión de reconocimiento de nueva generación que sustituyera a los costosos SR-71 Blackbird. Se evaluaron propuestas para un avión espía tripulado, hipersónico y furtivo, capaz de volar a velocidades de hasta Mach 5. Este proyecto, que supuestamente alcanzó un costo de más de dos mil millones de dólares hacia finales de los años 80, fue finalmente archivado y nunca se retomó.
Sin embargo, esta narrativa tiene un problema fundamental: aunque es cierto que el SR-91 no existe como producto en serie, aún no se ha confirmado si siquiera existió como concepto de diseño. El gobierno estadounidense ha negado repetidamente que se construyera un avión de estas características, y hasta la fecha no existen pruebas sólidas de que un prototipo del SR-91 haya volado. A principios de los años 90, se reportaron varios avistamientos de un avión que supuestamente era el Aurora, pero ninguno ha sido verificado.
Entre las supuestas evidencias, se mencionan informes de temblores en la zona de Los Ángeles. Aunque estos terremotos podrían haber sido causados por aviones militares operando desde el Área 51 en Nevada, no hay indicios que sugieran que se tratara de un prototipo del SR-91. En otro avistamiento famoso en 1989, sobre el Mar del Norte, los testigos probablemente confundieron un B-2 Spirit con lo que creyeron que era el SR-91. El Spirit, un bombardero recientemente introducido en ese momento, coincidía en cierta medida con la forma triangular descrita por los testigos.
Parece que los rumores sobre Aurora, algunos de los cuales se entrelazaban con teorías descabelladas sobre encuentros extraterrestres y proyectos militares secretos, surgieron más por la demanda popular de historias sensacionalistas que por pruebas concretas que confirmaran la existencia del SR-91.
Gran parte de la información actual proviene de un artículo de 1990 de la revista Aviation Week & Space Technology, donde se afirmaba que el término “Aurora” aparecía en documentos del presupuesto federal. En sus memorias de 1994, Ben Rich explicó que “Aurora” era solo el nombre en clave asignado al proyecto B-2 por un coronel involucrado en el “programa negro” de la Fuerza Aérea.
“De alguna manera, el nombre se filtró durante las audiencias de asignación de fondos del Congreso, los medios de comunicación recogieron la partida Aurora en el presupuesto y surgió el rumor de que era un proyecto de alto secreto asignado a Skunk Works para construir el primer avión hipersónico de Estados Unidos”, continuó Rich. “Esa historia persiste hasta el día de hoy, a pesar de que Aurora era el nombre en clave para la financiación de la competencia B-2”.
Rich concluyó tajantemente: “Aunque espero que pocos en los medios me crean, no existe un nombre clave para el avión hipersónico, porque simplemente no existe”.
A falta de pruebas concluyentes que indiquen lo contrario, el relato de Rich puede considerarse la versión definitiva sobre este asunto. Al menos, la saga del Aurora demuestra lo fácilmente que una filtración a los medios puede transformarse en una auténtica leyenda urbana.