Mientras Estados Unidos posee una vasta flota de portaaviones y aviones asociados, Rusia se limita a un solo buque en operación activa.
Contrastes entre las capacidades navales de ambas potencias
En contraste con la extensa flota de portaaviones de Estados Unidos, que opera numerosos buques diseñados para actuar como plataformas móviles de lanzamiento de aviones, la Unión Soviética y posteriormente la Federación Rusa nunca lograron mantener una capacidad comparable. Actualmente, la Armada de Estados Unidos cuenta con flotas completas de estos buques y opera aviones avanzados como el Grumman F-14 Tomcat, el McDonnell Douglas F/A-18 Hornet y el Lockheed Martin F-35C Lightning II, mientras que Rusia apenas mantiene un solo portaaviones en funcionamiento.
A lo largo de las décadas, la Unión Soviética experimentó con portaaviones, pero nunca llegó a desarrollar una flota significativa. Solo un par de estos buques llegaron a estar operativos en simultáneo, y tras la disolución de la URSS, la mayoría fueron vendidos o desmantelados. De hecho, uno de los portaaviones soviéticos fue adquirido por China después de ser vendido por Ucrania.
Por su parte, la Federación Rusa se limita a operar el Almirante Kuznetsov, un portaaviones que actualmente está en proceso de renovación. Este buque es el único de su tipo en la marina rusa y continúa siendo el buque insignia de la flota. Sin embargo, el desarrollo de aviones diseñados específicamente para operar desde portaaviones también ha sido limitado, con solo un modelo en servicio activo en la actualidad.
Diferencias clave entre las flotas de portaaviones
- Estados Unidos mantiene múltiples portaaviones operativos; Rusia, solo uno.
- Los aviones estadounidenses incluyen cazas avanzados como el F-35C Lightning II; Rusia opera un único modelo embarcado.
- El Almirante Kuznetsov es el único portaaviones ruso, actualmente en renovación.
- Un portaaviones soviético fue vendido a China tras la caída de la URSS y ahora opera como el Liaoning.
Historia y características del Sukhoi Su-33
El Sukhoi Su-33 es el único avión embarcado de combate activo en la marina rusa. Diseñado por la oficina estatal Sukhoi y fabricado por la Asociación de Producción Aeronáutica de Komsomolsk-on-Amur, este caza derivó del Sukhoi Su-27, con varias modificaciones adaptadas a las operaciones desde portaaviones.
Entre sus modificaciones principales, el Su-33 cuenta con un tren de aterrizaje y una estructura reforzada para soportar las tensiones de los despegues y aterrizajes en portaaviones. Sus alas plegables permiten ahorrar espacio en el hangar, y su diseño incluye canards en el morro para mejorar la maniobrabilidad. Estas características, junto con alas más grandes y motores mejorados, le otorgan una velocidad de pérdida menor y un rendimiento optimizado para operaciones marítimas.
El avión también está equipado con una rueda de morro doble y capacidad de reabastecimiento en vuelo, lo que amplía considerablemente su rango operativo. Aunque el diseño del Su-33 lo hizo ideal para operaciones desde el Almirante Kuznetsov, solo 24 unidades fueron construidas antes de que el programa fuera cancelado debido a restricciones presupuestarias tras la caída de la Unión Soviética.
El Su-33 en servicio y su exportación fallida
El Su-33 entró oficialmente en servicio en agosto de 1998, aunque su primer uso operativo fue en 1995 a bordo del Almirante Kuznetsov. Este avión se destacó como el principal caza embarcado durante la primera década de la Rusia independiente, pero su producción se limitó debido a la reducción de la flota rusa.
Durante la década de 1990 y principios de los 2000, Rusia intentó vender el Su-33 a otros países, especialmente a China e India. Ambas naciones operaban portaaviones de origen soviético y representaban mercados potenciales. Sin embargo, los esfuerzos por exportarlo tuvieron éxito limitado. Actualmente, China opera el Liaoning, un portaaviones de clase Kuznetsov adquirido a Ucrania, para el cual el Su-33 hubiera sido una opción adecuada.
Un avión con capacidades destacadas pero sin mercado internacional
A pesar de que China e India parecían ser los mejores candidatos para adquirir el Su-33, las negociaciones no prosperaron. El avión nunca fue exportado ni entró en servicio fuera de Rusia. Ya en 2009, su antigüedad se hizo evidente, lo que llevó a los líderes de la Armada rusa a buscar un reemplazo. El elegido fue el MiG-29K, un caza de cuarta generación diseñado para operaciones desde portaaviones, que comenzó a ser incorporado en el Almirante Kuznetsov y en futuros proyectos de la marina rusa.
El desarrollo del Su-33 se basó en adaptar el diseño del Sukhoi Su-27 para operaciones en portaaviones. Estas adaptaciones incluyeron refuerzos estructurales, modificaciones aerodinámicas y una capacidad mejorada para despegues y aterrizajes en condiciones exigentes. Las alas del Su-33, con flaps de doble ranura y alerones hacia el exterior, aumentaron su área total en un 10-12%. Además, las alas plegables facilitaron el almacenamiento en hangares, y los canards adicionales mejoraron la maniobrabilidad del avión, que era más pesado y grande que su predecesor terrestre.
Con una relación empuje-peso superior gracias a sus potentes motores de turbofán, el Su-33 logró un desempeño sobresaliente en términos de alcance y carga útil. Estas capacidades superaron a las del MiG-29K, ya que el Su-33 podía volar distancias más largas debido a sus tanques de combustible más grandes y transportar una mayor cantidad de armas. Sin embargo, el avión también requería un mayor mantenimiento y no incluía algunas tecnologías modernas presentes en aviones más recientes.
Especificaciones técnicas clave del Su-33
- Peso máximo de despegue (MTOW): 72,750 libras.
- Velocidad máxima: Mach 2,17.
- Techo de servicio: 56.000 pies.
- Armamento: Misiles R-73 y R-27E, cañón GSh-30-1 de 30 mm.
Ventajas y limitaciones del Su-33 en combate
El Su-33 demostró ser eficaz en diversas condiciones operativas, incluyendo misiones diurnas y nocturnas, así como en escenarios climáticos adversos. Además, era capaz de lanzar una amplia variedad de municiones aire-tierra, lo que le otorgaba versatilidad en el campo de batalla. Durante su participación en la intervención militar rusa en Siria, el avión realizó ataques de precisión contra complejos terroristas, destacando sus capacidades de combate. Sin embargo, uno de los aviones se perdió en un accidente debido a un fallo en el cable de detención, aunque el piloto logró sobrevivir.
No obstante, el Su-33 enfrentó desventajas significativas en comparación con aviones de combate modernos. Su sistema de radar “Slot Back”, aunque avanzado para su tiempo, mostraba limitaciones en el seguimiento de múltiples objetivos y dependía de plataformas externas para la orientación. Además, su capacidad para interceptar misiles antibuque era limitada, y el radar de observación hacia abajo estaba rezagado frente a estándares actuales.
Modernizaciones y el impacto del Su-33 en conflictos recientes
A pesar de que el Su-33 comenzó a ser reemplazado en 2009 por los más modernos MiG-29K, sigue en servicio limitado. En 2016, seis unidades fueron modernizadas con sistemas de orientación mejorados para misiones específicas en Siria. Además, se han incorporado algunas innovaciones tecnológicas derivadas del Sukhoi Su-35, otro caza ruso de superioridad aérea. No obstante, el papel del Su-33 en la guerra entre Rusia y Ucrania es incierto, especialmente debido a que el Almirante Kuznetsov, su principal plataforma operativa, está fuera de servicio y sometido a renovaciones.
China y la India también evaluaron el Su-33 como una posible opción para sus flotas, pero finalmente optaron por otras alternativas. China desarrolló su propio caza basado en ingeniería inversa, el J-15, mientras que India adquirió el más pequeño y maniobrable MiG-29K.