El ministerio de Defensa ruso anunció que, en septiembre de 2023, un bombardero táctico Su-34 lanzó por primera vez un misil aero-balístico Kinzhal durante la operación militar especial en Ucrania con el objetivo de atacar un blanco no especificado en territorio ucraniano. Según comunicados oficiales difundidos por la agencia TASS, el equipo que ejecutó esta misión recibió premios estatales. Con este empleo, el Kinzhal dejó de depender casi en exclusiva de los interceptores MiG-31K modificados y pasó a contar con una plataforma adicional.
El Su-34, designado por la OTAN como Fullback, entró en servicio con las Fuerzas Aeroespaciales Rusas en 2014 para misiones de ataque a tierra y bombardeo. Es un bimotor biplaza con velocidad máxima de Mach 1,53 (1.900 km/h), techo de servicio de 17.000 metros, autonomía de 4.000 kilómetros y carga útil de hasta 12.000 kilogramos distribuida en 12 puntos de anclaje. Entre sus armas habituales figuran misiles R-77 y R-73, un cañón GSh-30-1 de 30 mm y un conjunto de contramedidas electrónicas Khibiny.
A partir de 2021, las autoridades rusas iniciaron la adaptación del Su-34 para transportar y disparar el Kinzhal con el fin de incrementar la flexibilidad operativa ante la escasez de MiG-31K disponibles. En consecuencia, el Su-34 se añadió a otras aeronaves evaluadas para esta función. No obstante, su rendimiento en altitud y velocidad es inferior al del MiG-31, por lo que las trayectorias de lanzamiento requieren ajustes para mantener la efectividad del misil.
El Kinzhal, designado Kh-47M2 en Rusia y AS-24 Killjoy en la OTAN, deriva del misil balístico de corto alcance Iskander-M 9M723, adaptado para su empleo desde plataformas aéreas. Dispone de capacidad nuclear y alcanza velocidades de hasta Mach 10 con un alcance aproximado de 2.000 kilómetros cuando se lanza desde altitudes elevadas. Su perfil de vuelo semibalístico lo mantiene en gran parte entre 50 y 60 kilómetros de altura, lo que dificulta la detección por defensas antiaéreas convencionales. El guiado combina navegación inercial y satelital, permite correcciones en tiempo real durante el trayecto e incorpora medidas electrónicas de evasión.

El misil mide cerca de siete metros, pesa alrededor de 4.300 kilogramos y porta una ojiva convencional o nuclear de hasta 500 kilogramos. Su baja firma radar y su maniobrabilidad permiten ataques contra objetivos terrestres y navales, según descripciones del ministerio de Defensa ruso. El sistema entró en servicio experimental en diciembre de 2017 y se empleó oficialmente por primera vez en combate el 18 de marzo de 2022 durante la misma operación en Ucrania, cuando destruyó un depósito subterráneo de municiones.
La integración del Kinzhal en el Su-34 obedeció a necesidades operativas derivadas de la guerra en Ucrania. En el primer año de hostilidades, las pérdidas de Su-34 superaron las dos decenas de unidades irreparables de una flota inicial de 121 aparatos. Esta adaptación permite ejecutar ataques desde distancias seguras fuera del alcance de las defensas ucranianas y, a la vez, libera a los MiG-31K para otras tareas. Fuentes del ministerio de Defensa ruso señalan que la variante Su-34NVO actúa ahora como plataforma principal para estos lanzamientos y que las pruebas incluyeron impactos exitosos sobre blancos designados.
En enero de 2025, medios oficiales rusos confirmaron el primer derribo de un objetivo mediante un Kinzhal disparado desde un Su-34 actualizado, lo que supuso un avance en la diversificación de plataformas. Esta línea de trabajo forma parte de un programa más amplio que evalúa la compatibilidad con otros modelos, como el bombardero Tu-22M3, con capacidad teórica para portar hasta tres misiles, y el caza Su-30; ninguno de ellos cuenta con usos confirmados en combate hasta la fecha.
Durante el desarrollo de esta capacidad, las autoridades priorizaron la movilidad táctica. Dado que la producción limitada de MiG-31K restringía el número de misiones, la mayor disponibilidad del Su-34 ofreció una alternativa viable. Aun así, el peso del Kinzhal reduce la maniobrabilidad del Su-34 y acorta el alcance efectivo del misil frente a lanzamientos desde el MiG-31, que opera a mayor altitud y a velocidades supersónicas.

Informes de inteligencia occidentales, como los de la Corporación RAND, indican que esta modificación se vincula con doctrinas de la Fuerza Aérea soviética, donde los bombarderos tácticos asumían funciones de supresión de defensas y guerra electrónica, y con la escasez de municiones guiadas de precisión que impulsó perfiles de vuelo a muy baja cota expuestos al fuego enemigo. En este marco, el empleo del Kinzhal desde el Su-34 facilita ataques fuera del alcance de las defensas, con menor exposición de las tripulaciones.
En la guerra en Ucrania, el Kinzhal se ha utilizado contra instalaciones estratégicas, como centros de mando y depósitos de armamento. El 4 de mayo de 2023, las fuerzas ucranianas interceptaron un Kinzhal sobre Kiev mediante un sistema Patriot PAC-3 suministrado por Estados Unidos, lo que evidenció vulnerabilidad frente a defensas avanzadas pese a la trayectoria elevada del misil.
La producción del Kinzhal es limitada y, tras un año y medio de uso, se estima en cantidades reducidas. Por esa razón, se reserva para objetivos de alto valor, mientras que su integración en plataformas como el Su-34 busca ampliar el efecto operativo sin agotar existencias. Medios rusos han informado de que esta capacidad complica la planificación de la defensa antiaérea ucraniana al multiplicar los posibles vectores de lanzamiento y obligar a una vigilancia más extensa del espacio aéreo.
Otras aeronaves también se han considerado para portar el Kinzhal. El MiG-31K permanece como plataforma principal, con modificaciones para transportar el misil bajo el fuselaje y lanzarlo a velocidades supersónicas desde altitudes superiores a 20.000 metros, condición que maximiza el alcance. El Tu-160M figura en planes de integración sin despliegues confirmados.

En cuanto al caza de quinta generación Su-57, expertos rusos como el general retirado Vladimir Popov han señalado que la adaptación sería posible, aunque el montaje externo del misil afectaría la baja observabilidad radar, por lo que resultaría menos adecuado para misiones que requieren discreción. Existen evaluaciones preliminares sobre una versión compatible con las bodegas internas del Su-57, sin confirmaciones oficiales de implementación.
La evolución técnica del Kinzhal incluye mejoras en el sistema de guiado que combinan navegación inercial con correcciones satelitales basadas en GLONASS. Esta dependencia introduce variaciones de precisión en entornos con interferencia electrónica. Además, la posibilidad de maniobras laterales durante el vuelo balístico le permite evadir interceptores, y la ojiva puede configurarse para penetración de fortificaciones o para dispersión de submuniciones.
Según el ministerio de Defensa ruso, el misil mantiene velocidad hipersónica superior a Mach 5 durante gran parte de la trayectoria, lo que reduce el tiempo de reacción de las defensas a minutos. Antes del despliegue operativo, se registraron alcances de hasta 3.000 kilómetros al lanzarlo desde bombarderos como el Tu-22M3; esa distancia varía en función de la velocidad y la altitud inicial de la plataforma aérea.
La integración con el Su-34 se enmarca en un programa de modernización de la aviación táctica rusa que incluye mejoras de aviónica y sistemas de puntería para gestionar armamento avanzado. En 2025, el ministerio de Defensa ruso comunicó avances en la producción de Su-34 mejorados y resaltó su rol multifuncional, desde bombardeo preciso hasta supresión de defensas antiaéreas. Esta capacidad se ha probado en escenarios reales, con empleo de municiones guiadas contra posiciones fortificadas y uso del Kinzhal para ataques de largo alcance.

La flota actual de Su-34 supera las 100 unidades operativas, lo que proporciona una base amplia para expandir el empleo del Kinzhal sin dependencia exclusiva de los MiG-31K, de los cuales se han modificado alrededor de una docena para esta tarea.
Documentos de organizaciones internacionales, como los de la Federación de Científicos Americanos, señalan que el Kinzhal forma parte del arsenal nuclear táctico ruso y que podría portar ojivas de bajo rendimiento en misiones de disuasión. Su desarrollo se aceleró en respuesta a avances en las defensas antimisiles occidentales.
En el marco de la guerra en Ucrania, el misil ha atacado infraestructuras clave. Interceptaciones confirmadas por Ucrania muestran límites en su resistencia frente a sistemas modernos. El ministerio de Defensa ucraniano ha exhibido restos de Kinzhal derribados, con confirmación de una estructura basada en el Iskander y un impulsor adicional para alcanzar velocidades hipersónicas.
La diversificación de plataformas iniciada con el Su-34 abarca evaluaciones en el Su-30SM. Las pruebas han mostrado compatibilidad básica, aunque la carga útil inferior del Su-30SM restringe su empleo. Fuentes rusas indican que el Tu-22M3M, una versión actualizada del bombardero de largo alcance, incorpora soportes para tres misiles, opción que permitiría salvas coordinadas contra objetivos distantes. En 2023 se realizaron ejercicios con lanzamientos simulados para validar la integración electrónica entre la aeronave y el misil. El proceso de adaptación exige modificaciones en el fuselaje central para anclar un misil de más de siete metros con un punto de sujeción reforzado que soporte las cargas aerodinámicas en régimen supersónico.
En el plano logístico, el despliegue del Kinzhal desde el Su-34 reduce los tiempos de preparación porque este bombardero opera desde bases tácticas cercanas al frente, mientras que los MiG-31K requieren infraestructuras especializadas.

El ministerio de Defensa ruso ha invertido en entrenamiento específico para tripulaciones de Su-34 mediante simuladores que reproducen el ciclo de lanzamiento en condiciones de combate. Estos programas incluyen escenarios de evasión posteriores al lanzamiento dada la exposición del aparato durante la fase de ascenso. En 2025, informes oficiales confirmaron que al menos una escuadrilla de Su-34 completó la certificación para operar con el Kinzhal y ejecutó misiones reales que obligaron a reposicionamientos de las defensas ucranianas.
La precisión del Kinzhal depende del sistema de navegación con correcciones satelitales; en zonas con interferencia electrónica, la exactitud puede degradarse hasta decenas de metros. La ojiva convencional, de alto explosivo, está diseñada para penetrar estructuras reforzadas, mientras que la variante nuclear ofrece potencias variables para empleo táctico.
Por último, organismos como la OTAN han monitoreado el uso del sistema y registraron más de una docena de lanzamientos desde Su-34 durante los últimos meses de 2024 y principios de 2025, según datos recopilados por inteligencia aliada.
