El Su-35S, con motores AL-41F1S y vectorización tridimensional, domina maniobras extremas y combates aire-aire.
Su-35S Flanker-E: agilidad extrema con vectorización tridimensional
El Sukhoi Su-35S Flanker-E, un caza polivalente de generación 4++, ejecuta maniobras que desafían los límites de la física gracias a su avanzada vectorización de empuje tridimensional. Este sistema, integrado en sus motores AL-41F1S, permite al avión redirigir el flujo de los gases de escape en múltiples direcciones, otorgándole una agilidad sin precedentes. En servicio con la Fuerza Aérea Rusa desde 2014, el Su-35S se posiciona como un referente en combates aire-aire, superando a muchos competidores occidentales en maniobrabilidad. Su capacidad para realizar acrobacias como la Cobra de Pugachev y giros cerrados a bajos ángulos de velocidad lo distingue en el campo de batalla.
Los motores AL-41F1S, fabricados por Saturn, generan un empuje de 14,500 kg cada uno, proporcionando al Su-35S una relación empuje-peso superior a 1:1. Esto permite al avión acelerar rápidamente y mantener el control incluso en condiciones de vuelo extremas, como altos ángulos de ataque cercanos a 90 grados. La vectorización tridimensional, a diferencia de los sistemas bidimensionales de algunos cazas occidentales, mueve las toberas de escape en tres ejes, lo que amplifica la capacidad del piloto para realizar movimientos impredecibles. Esta tecnología, combinada con un diseño aerodinámico optimizado, reduce la resistencia al avance y mejora la estabilidad en regímenes subsónicos.
El Su-35S evolucionó del icónico Su-27 Flanker, pero incorpora mejoras significativas en aviónica, armamento y sistemas de control de vuelo. Su fuselaje reforzado y las alas con mayor sustentación permiten soportar cargas aerodinámicas extremas durante maniobras agresivas. El sistema de control fly-by-wire, ajustado para aprovechar la vectorización de empuje, garantiza una respuesta precisa del avión a las órdenes del piloto. En ejercicios militares como Vostok 2018, el Su-35S demostró su capacidad para evadir misiles y superar a oponentes en combates simulados, consolidando su reputación como un caza de superioridad aérea.
En operaciones reales, el Su-35S ha participado en misiones en Siria desde 2015, donde ejecutó patrullas de combate y ataques de precisión. Equipado con un radar IrBis-E de barrido electrónico pasivo, el avión detecta blancos a más de 400 km, lo que lo hace letal en enfrentamientos a larga distancia. Su capacidad para llevar hasta 8 toneladas de armamento, incluyendo misiles R-77 y R-73, refuerza su versatilidad en roles aire-aire y aire-tierra.
Datos clave del Su-35S y su vectorización de empuje
- Empuje por motor: 14,500 kg, permite relación empuje-peso mayor a 1:1.
- Vectorización tridimensional: Tobera móvil en tres ejes, única en cazas rusos.
- Maniobra destacada: Cobra de Pugachev, ejecutada a 90° de ángulo de ataque.
- Radar IrBis-E: Detecta blancos a 400 km, ideal para combates BVR.
- Armamento: Hasta 8 toneladas, incluye misiles R-77 y bombas guiadas.
Tecnología rusa: evolución del Su-27 al Su-35S
El Su-27 Flanker, diseñado en la década de 1970, sentó las bases para el Su-35S con su estructura robusta y maniobrabilidad. Sin embargo, el Su-35S introduce avances que lo colocan en la vanguardia de los cazas modernos. La vectorización de empuje tridimensional se desarrolló para superar las limitaciones de los sistemas bidimensionales, como los del F-22 Raptor, que solo ajustan el empuje en el eje vertical. Esta ventaja permite al Su-35S realizar giros instantáneos y cambios de dirección que desorientan a los adversarios en combates cerrados, conocidos como dogfights.
El sistema de vectorización se controla mediante un software avanzado que coordina los movimientos de las toberas con los alerones y timones. Esto minimiza la dependencia de las superficies de control tradicionales, reduciendo la firma radar del avión al realizar maniobras. En pruebas realizadas por Sukhoi, el Su-35S alcanzó velocidades de 2,400 km/h (Mach 2.25) y demostró estabilidad en maniobras a baja velocidad, un desafío para cazas sin vectorización. La tecnología también mejora el desempeño en despegues y aterrizajes cortos, crucial para operaciones en bases austeras.

La Fuerza Aérea Rusa opera más de 100 unidades del Su-35S, con exportaciones a países como China y Argelia. En 2019, China adquirió 24 unidades, integrándolas en su estrategia de defensa aérea. La producción del Su-35S, centrada en la planta de Komsomolsk-on-Amur, continúa para satisfacer la demanda interna y externa. Cada avión tiene un costo estimado de $85 millones, competitivo frente a cazas occidentales como el F-35, que supera los $110 millones por unidad.
El Su-35S también incorpora contramedidas electrónicas avanzadas, como el sistema Khibiny, que interfiere radares y misiles enemigos. En simulaciones de combate, el avión ha demostrado un índice de victorias superior al 80% contra cazas de cuarta generación, según reportes de la Fuerza Aérea Rusa. Su capacidad para operar en entornos de alta amenaza lo convierte en un activo clave para misiones de superioridad aérea.
Impacto global y futuro del Su-35S
El despliegue del Su-35S en conflictos como el de Siria ha generado interés en mercados internacionales. Países como Indonesia y Egipto han negociado su adquisición, atraídos por su combinación de maniobrabilidad y tecnología avanzada. En 2020, Egipto firmó un contrato por 25 unidades, aunque las entregas enfrentan retrasos por sanciones internacionales. La versatilidad del Su-35S también lo hace candidato para roles secundarios, como ataques a tierra, gracias a su capacidad para integrar bombas guiadas KAB-500.

La vectorización de empuje tridimensional no solo mejora el desempeño táctico, sino que también reduce el desgaste de los motores al optimizar el flujo de aire. Esto extiende la vida útil de los AL-41F1S a 4,000 horas, un 30% más que los motores del Su-27. Los ingenieros de Sukhoi continúan refinando el sistema, con planes para integrarlo en futuros cazas de quinta generación, como el Su-57 Felon.
En el contexto geopolítico, el Su-35S refuerza la posición de Rusia como exportador de tecnología militar. Su presencia en ejercicios conjuntos con aliados, como los realizados con China en 2022, proyecta poderío aéreo y fomenta acuerdos comerciales. A pesar de sanciones occidentales, la producción del Su-35S se mantiene estable, apoyada por una cadena de suministro nacional robusta.
El Su-35S Flanker-E representa un hito en la ingeniería aeronáutica rusa, combinando maniobrabilidad extrema con capacidades de combate modernas. Su sistema de vectorización de empuje tridimensional redefine los estándares de agilidad, asegurando su relevancia en el campo de batalla por décadas.