El Su-57, primer caza furtivo ruso, evoluciona del Su-27 con furtividad, supercrucero y aviónica avanzada para competir con cazas de quinta generación.
El Su-57 Felon: Un salto tecnológico desde el Su-27 Flanker
El Sukhoi Su-57 Felon, primer caza furtivo de Rusia, representa una evolución significativa del Sukhoi Su-27 Flanker, un avión de combate que definió la superioridad aérea soviética en los años 80. Introducido en 2010 como el prototipo T-50, el Su-57 entró en servicio con la Fuerza Aérea Rusa en 2020. Diseñado por Sukhoi, el Su-57 incorpora tecnologías de quinta generación, como furtividad, supercrucero y aviónica avanzada, para competir con cazas como el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II de Estados Unidos. Aunque hereda la robustez y maniobrabilidad del Su-27, el Felon introduce innovaciones que lo posicionan como un contendiente en la guerra aérea moderna.
El Su-27 Flanker, operativo desde 1985, fue diseñado para contrarrestar cazas de cuarta generación como el F-15 Eagle. Con un diseño aerodinámico optimizado para maniobrabilidad y un potente radar N001 Myech, el Su-27 estableció un estándar para los cazas rusos. Sin embargo, carecía de capacidades furtivas y dependía de motores AL-31F, menos avanzados que los requeridos para el supercrucero. El Su-57, en cambio, utiliza los motores AL-41F1, que permiten alcanzar velocidades supersónicas sin postcombustión, y espera integrar los motores Izdeliye 30 para 2025, mejorando aún más el rendimiento.
La furtividad del Su-57, aunque no tan avanzada como la del F-22, reduce significativamente su sección transversal de radar respecto al Su-27. Materiales absorbentes de radar y un diseño angular optimizan su sigilo. Además, el Su-57 incorpora el radar N036 Byelka con tecnología AESA, capaz de detectar objetivos a más de 400 kilómetros, superando al radar del Flanker. Su suite de aviónica incluye sistemas de guerra electrónica y sensores infrarrojos, que le permiten operar en entornos de alta amenaza.

El Su-57 también amplía la capacidad de armamento del Su-27. Mientras el Flanker dependía de misiles como el R-27 y el R-73, el Felon puede llevar misiles hipersónicos como el Kh-47M2 Kinzhal y armas guiadas de precisión en compartimentos internos, preservando su furtividad. Esta versatilidad lo hace adecuado para misiones aire-aire y aire-tierra, a diferencia del Su-27, centrado principalmente en combates aéreos.
Datos clave del Su-57 Felon y su relación con el Su-27
- Primera operación: Su-57 en 2020; Su-27 en 1985.
- Motores: Su-57 con AL-41F1, futuros Izdeliye 30; Su-27 con AL-31F.
- Furtividad: Su-57 con diseño sigiloso; Su-27 sin capacidades furtivas.
- Radar: Su-57 con N036 Byelka AESA; Su-27 con N001 Myech mecánico.
- Armamento: Su-57 con misiles hipersónicos; Su-27 con misiles convencionales.
- Velocidad: Su-57 Mach 2, supercrucero; Su-27 Mach 2, sin supercrucero.
Del Flanker al Felon: Innovaciones para la guerra moderna
El diseño del Su-57 conserva elementos del Su-27, como alas en delta y una configuración bimotor, pero introduce mejoras estructurales. La maniobrabilidad, un sello del Flanker, se mantiene gracias a los motores con empuje vectorial del Su-57, que permiten giros extremos y maniobras de combate. Sin embargo, el Felon incorpora un fuselaje rediseñado para reducir la firma de radar, algo inexistente en el Su-27. Los materiales compuestos, que representan el 25% de la estructura del Su-57, contrastan con el diseño predominantemente metálico del Flanker.
El desarrollo del Su-57 enfrentó desafíos, incluyendo retrasos en la producción y sanciones internacionales que limitaron el acceso a componentes. A pesar de esto, Sukhoi entregó 22 unidades operativas a la Fuerza Aérea Rusa para 2024, con planes de producir 76 cazas para 2028. Comparado con el Su-27, que se fabricó en cientos de unidades, el Su-57 es un proyecto más exclusivo, enfocado en calidad sobre cantidad. Su despliegue en Siria en 2018 demostró su capacidad operativa, aunque las misiones fueron limitadas.

El Su-57 también busca mercados internacionales, con interés de países como India, que inicialmente participó en el programa antes de retirarse en 2018. A diferencia del Su-27, exportado ampliamente a naciones como China y Vietnam, el Su-57 enfrenta restricciones debido a su alto costo y tecnologías sensibles. Sin embargo, su diseño modular permite adaptaciones para futuros clientes.
La transición del Su-27 al Su-57 refleja la evolución de las prioridades rusas en defensa. Mientras el Flanker fue un producto de la Guerra Fría, diseñado para enfrentamientos directos, el Felon responde a la necesidad de competir en un entorno dominado por cazas de quinta generación. Su capacidad para operar en redes de datos y coordinarse con drones, como el S-70 Okhotnik, lo distingue del Su-27, que carecía de integración con sistemas no tripulados.
Contexto histórico y estratégico del Su-57
El Su-27 Flanker surgió en un contexto de rivalidad con Occidente, cuando la Unión Soviética buscaba igualar la tecnología estadounidense. Su diseño priorizaba la maniobrabilidad y el alcance, con un radio de combate de 1,500 kilómetros. El Su-57, desarrollado tras el colapso soviético, responde a un panorama más complejo, donde la furtividad y la guerra electrónica son esenciales. Su radio de combate, superior a 2,000 kilómetros, y su capacidad para operar en entornos de denegación de área lo hacen más versátil.

El programa Su-57, iniciado en los años 2000 bajo el proyecto PAK FA, buscó cerrar la brecha tecnológica con Estados Unidos. Aunque el F-22 entró en servicio en 2005, el Su-57 tardó más en madurar debido a limitaciones presupuestarias. Sin embargo, su diseño híbrido, que combina furtividad con maniobrabilidad, ofrece una alternativa a los enfoques occidentales. Rusia planea integrar el Su-57 en una red de defensa aérea que incluye sistemas como el S-400 y el S-500, maximizando su efectividad.
El Su-57 no solo hereda el legado del Su-27, sino que lo redefine para el siglo XXI. Mientras el Flanker sigue en servicio en múltiples países, el Felon representa el futuro de la aviación militar rusa, con un enfoque en tecnología avanzada y adaptabilidad. Su desarrollo continúa, con mejoras previstas en sensores y armamento, asegurando que mantenga su relevancia frente a competidores globales.