RUSI, Janes y Air Force Magazine señalan brechas en madurez, baja observabilidad, aviónica, motores, producción e interoperabilidad que mantienen al Su-57 por debajo del F-35.
Diferencias en madurez, sigilo, aviónica e integración en red
El Su-57 de Rusia, “Felon”, no ha alcanzado el nivel tecnológico ni operativo del F-35 Lightning II de Estados Unidos por limitaciones en diseño, producción y sistemas de misión. Desde su introducción en el programa de quinta generación, ha enfrentado obstáculos industriales y tecnológicos. Fuentes como el Instituto Real de Servicios Unidos, Janes y Air Force Magazine ubican las diferencias clave en madurez de desarrollo, capacidades furtivas, aviónica e integración dentro de redes de combate multinivel.
El F-35, desarrollado por Lockheed Martin y en servicio en más de una docena de países, integra un ecosistema con sigilo avanzado, sensores multifunción, enlace de datos seguro y arquitectura de software actualizable. Estos componentes actúan de forma coordinada dentro de un sistema de combate en red junto con plataformas aéreas, navales y terrestres. Incorpora radar AESA AN/APG-81, fusión de sensores y guerra electrónica, lo que proporciona conciencia situacional amplia. Supera las 700 unidades operativas con una disponibilidad mayor al setenta por ciento.
El Su-57 continúa en producción limitada. A finales de 2024, menos de veinte unidades estaban en servicio en la Fuerza Aeroespacial de Rusia, según The Defense Post. El plan inicial consideraba más de ciento cincuenta aeronaves. El programa afrontó retrasos por cadena de suministro, restricciones presupuestarias y falta de producción en serie de motores de nueva generación. El Izdeliye 30 no se incorporó de forma generalizada y la mayoría de los aparatos mantiene motores AL-41F1 derivados del Su-35.

En sigilo, análisis de Janes y Defensa.com indican que el diseño del Su-57 prioriza maniobrabilidad y velocidad antes que la reducción de firma radar. La configuración con bordes menos inclinados y compartimentos externos para armamento en ciertas configuraciones incrementa la visibilidad ante radares modernos. Los recubrimientos absorbentes rusos resultan más simples y exigen mantenimiento frecuente. El F-35 utiliza materiales compuestos y un diseño integral de baja observabilidad optimizado en varias bandas del espectro electromagnético.
Datos verificados para contraste técnico directo
- Menos de veinte Su-57 en servicio a finales de 2024, según The Defense Post.
- Más de setecientos F-35 operativos y disponibilidad superior al setenta por ciento.
- El Izdeliye 30 no se incorporó de forma generalizada en el Su-57.
- Lockheed Martin produce más de cien F-35 por año; Rusia entrega de dos a cinco.
Producción anual, motores, sanciones y efectos en disponibilidad
Los sistemas de misión y la aviónica también muestran diferencias. El F-35 integra fusión de datos que unifica información de múltiples sensores en una interfaz única para decisiones en tiempo real. El casco de proyección de datos reemplaza el panel tradicional y ofrece visión del entorno gracias a cámaras infrarrojas alrededor del avión. El Su-57 incorpora cabina digital y radar N036 Byelka de matriz activa, aunque sin la misma integración de sensores ni la fiabilidad del sistema estadounidense, según RUSI.
En armamento, ambos cazas admiten misiles aire-aire y aire-tierra de largo alcance. El F-35 presenta mayor compatibilidad con armamento guiado de precisión de la OTAN. El Su-57 depende de modelos rusos en desarrollo, incluido el Kinzhal para variantes futuras. El F-35 dispone de bahías internas modulares que mantienen el perfil furtivo. La integración con la red logística global ALIS, luego ODIN, habilita mantenimiento predictivo y actualizaciones continuas de software, algo ausente en la estructura rusa.
La producción refleja un contraste marcado. Lockheed Martin fabrica más de cien F-35 por año con una red de proveedores internacionales y acuerdos industriales en Europa, Asia y Oceanía. La planta rusa de Komsomolsk del Amur entregó entre dos y cinco Su-57 por año. Las sanciones internacionales desde 2014 y su refuerzo tras 2022 dificultan el acceso a componentes electrónicos avanzados, en especial microprocesadores y sistemas ópticos, lo que forzó sustituciones con menor rendimiento.

El contexto operativo también difiere. El F-35 participó en ejercicios multinacionales y operaciones reales de combate, lo que permitió refinar software y tácticas. El Su-57 se desplegó en Siria en misiones controladas y de corta duración, sin evidencia de enfrentamientos aire-aire directos. Informes occidentales señalan pruebas centradas en evaluación de sensores y armamento, sin exposición prolongada a guerra electrónica moderna. RUSI indica que esta experiencia limitada reduce la validación del diseño ruso.
Validación operacional, interoperabilidad aliada y ecosistema de combate
La interoperabilidad del F-35 constituye una ventaja estratégica. La aeronave comparte información de manera encriptada con plataformas y centros de mando aliados, lo que asigna un papel central dentro de la doctrina de guerra en red. El Su-57 carece de un sistema equivalente con funcionamiento pleno y Rusia no dispone de un ecosistema de combate integrado comparable. La diferencia incluye tecnología, infraestructura militar y una inversión sostenida en inteligencia artificial aplicada al control de misión.
El ecosistema del F-35 integra sensores, enlace de datos y software actualizable dentro de un marco que prioriza operaciones en red con fuerzas aéreas, navales y terrestres. Esta arquitectura mantiene coherencia entre sigilo, fusión de sensores y guerra electrónica. Los datos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobre flota operativa y disponibilidad muestran consolidación industrial y logística. Las fuentes especializadas citadas ubican estas características como determinantes en la prestación sostenida de capacidades.

En el Su-57, la prioridad de maniobrabilidad y velocidad frente a la baja observabilidad, las limitaciones en motores de nueva generación y la producción restringida afectan la adopción a escala. La necesidad de mantenimiento frecuente en recubrimientos absorbentes y la ausencia de una red logística con funciones predictivas limitan la operatividad. La dependencia de armamento en desarrollo y la menor integración de sensores reducen la fiabilidad del conjunto dentro de escenarios que exigen intercambio continuo de información táctica.
Los estudios comparativos de RUSI, Janes, Air Force Magazine y Defensa.com describen al Su-57 como un programa con potencial tecnológico que permanece incompleto por su contexto industrial. El F-35 aparece como plataforma madura, producida de forma amplia y con integración plena en sistemas de defensa occidentales. Las diferencias en escala de producción, desarrollo de software, sigilo y conectividad sostienen que el caza ruso no iguala las capacidades del avión estadounidense en el estado actual documentado.
