El Su-57 Felon enfrenta fallos técnicos, escasa producción y bajo impacto en combate, quedando rezagado frente a sus rivales occidentales y asiáticos.
El desarrollo del Su-57 refleja las limitaciones de la industria rusa
El Su-57 Felon, presentado como el primer caza furtivo de quinta generación de Rusia, nació del programa PAK FA (T-50) con la intención de reemplazar a los modelos MiG-29 y Su-27. Su vuelo inaugural fue en 2010 y, tras una prolongada fase de pruebas, entró en servicio oficialmente en 2020. Diseñado para desempeñar misiones aire-aire y aire-tierra, fue anunciado con capacidades de furtividad, supermaniobrabilidad y aviónica avanzada.
Sin embargo, los analistas occidentales han cuestionado desde el inicio si el Su-57 reúne los atributos clave de los cazas de quinta generación. El diseño, aunque incorpora bahías internas y materiales absorbentes de radar, muestra deficiencias visibles como paneles mal ajustados y remaches expuestos, que incrementan su firma radar y limitan su capacidad furtiva frente a cazas como el F-22 Raptor o el F-35 Lightning II.
El programa ha sido víctima de retrasos crónicos, agravados por la dependencia tecnológica de Occidente. Las sanciones impuestas desde 2014 y reforzadas tras 2022 han dificultado el acceso ruso a componentes críticos, afectando tanto el ritmo de producción como la calidad del ensamblaje.
Con una producción estimada de apenas 15 a 20 unidades en 2025, el Su-57 continúa siendo una plataforma simbólica más que un activo operativo consolidado, muy lejos de las más de 1,000 unidades del F-35 desplegadas por Estados Unidos y sus aliados.
El Su-57 queda corto en furtividad, potencia y producción

La furtividad limitada del Su-57 ha sido señalada como su mayor debilidad. Su sección transversal radar (RCS) sigue siendo considerablemente mayor que la de sus pares occidentales debido a deficiencias estructurales y de diseño. Aunque integra bahías internas y geometrías anguladas, no alcanza el nivel de ocultamiento electromagnético que define a esta generación de cazas.
El avión continúa operando con motores AL-41F1, heredados de generaciones anteriores, debido al retraso en el desarrollo del motor Izdeliye 30, crucial para habilitar la capacidad de supercrucero. Esta limitación reduce el rendimiento sostenido a altas velocidades sin poscombustión, lo que lo coloca en desventaja frente al F-22 o al J-20 chino.
debilidades técnicas y operativas del su-57 felon
- Furtividad parcial: estructura mal rematada y elementos visibles comprometen su RCS.
- Motor inacabado: el Izdeliye 30 aún no está disponible en serie.
- Producción lenta: menos de 20 unidades entregadas hasta 2025.
- Aviónica limitada: falta integración total de sensores y redes de datos.
- Uso restringido: despliegue marginal en la guerra en Ucrania.
La United Aircraft Corporation (UAC), fabricante del Su-57, ha intentado compensar estos problemas mediante tecnologías de ensamblaje asistidas por realidad aumentada, pero las medidas no han resuelto los cuellos de botella industriales ni la carencia de componentes importados esenciales.
Además, el enfoque multipropósito del Su-57 lo ha dejado sin especialización clara. Aunque está armado con misiles como el R-77M o el Kh-59MK2, carece de la fusión de sensores y conectividad táctica que caracteriza al F-35, reduciendo su eficacia en entornos de combate modernos.
Impacto limitado del Su-57 en la guerra en Ucrania
A pesar de las declaraciones del Kremlin, el Su-57 ha tenido una participación marginal en la guerra en Ucrania. Fuentes occidentales indican que ha sido utilizado de forma cautelosa, lanzando misiles desde espacio aéreo ruso sin entrar en contacto directo con sistemas antiaéreos ucranianos.
La falta de incursiones ofensivas indica un temor a perder unidades de alto valor simbólico y económico. En junio de 2024, Ucrania afirmó haber dañado un Su-57 en tierra en la base aérea de Akhtubinsk, lo que evidenció su vulnerabilidad incluso fuera del frente.

Esta cautela también refleja la incapacidad rusa para establecer superioridad aérea tras más de tres años de conflicto. Un caza de quinta generación operativo debería permitir un dominio sostenido del espacio aéreo, pero el Su-57 no ha sido un factor determinante.
El incidente más grave del programa ocurrió en 2019, cuando el primer ejemplar de producción se estrelló durante un vuelo de prueba. Esta pérdida acentuó la percepción de que el modelo no estaba listo para un despliegue en escenarios de alta amenaza.
Fracaso comercial y reputacional en el mercado internacional
En el plano externo, el Su-57 ha tenido un impacto comercial limitado. Aunque Argelia confirmó una compra en 2025, otras naciones como India o Vietnam han evitado comprometerse debido a las dudas sobre su efectividad, fiabilidad y disponibilidad.
Durante el Airshow China 2024, observadores del país anfitrión criticaron abiertamente los acabados del Su-57, incluyendo tornillos expuestos y paneles desalineados, lo que perjudicó su imagen frente a competidores como el J-20 o el F-35.
El número reducido de unidades, la falta de integración plena de sus sistemas y su rendimiento no probado en combates reales lo alejan de las expectativas de exportación planteadas inicialmente. Rusia no ha logrado convertir al Su-57 en un producto estratégico viable para el mercado global de defensa.
El programa también ha sufrido una erosión reputacional al no poder posicionarse como una alternativa creíble frente a las plataformas occidentales. Mientras tanto, el avance de Estados Unidos y China en tecnologías de sexta generación agrava aún más la brecha tecnológica.
El Su-57 simboliza las limitaciones del poder aéreo ruso

Con sus prestaciones incompletas, producción limitada y desempeño restringido, el Su-57 se ha convertido en un ejemplo de las dificultades estructurales de la industria aeroespacial rusa. Pese a los intentos por proyectar poder aéreo, el Felon ha quedado rezagado frente a sus competidores internacionales.
El Su-57 no ha logrado validar sus capacidades en combate real, ni ha sido producido en cantidades que permitan cambiar el equilibrio aéreo en Europa del Este o fortalecer el dominio ruso en Asia Central. En su lugar, permanece como un símbolo de ambición tecnológica frustrada.
En contraste, países como Estados Unidos y China despliegan flotas crecientes de cazas avanzados que operan en red, integran sensores y utilizan inteligencia artificial, dejando al Su-57 como un caza con capacidades incompletas y escasa interoperabilidad.
En definitiva, el Felon encarna más una declaración de intenciones no cumplidas que una revolución operativa. Su estatus actual reafirma que en la guerra aérea moderna, la tecnología sin ejecución y producción sostenida no basta para mantener la relevancia estratégica.