El Su-57, un caza de quinta generación en el arsenal de Rusia, está posicionándose como un componente clave en su estrategia de defensa aérea.
La discusión se intensifica sobre si sus prestaciones podrían superar a las del más antiguo Su-34, particularmente cuando se toma en cuenta el éxito reciente de Ucrania al derribar varios de estos últimos modelos. Este debate resalta preguntas sobre qué sistema tiene la verdadera ventaja en términos de tecnología de combate aéreo.
Pese a ello, existen voces críticas que señalan los desafíos que enfrenta Rusia al desplegar el Su-57 en un conflicto extendido como el de Ucrania, dada su flota limitada. Desde Rusia se proyecta al Su-57 como un cazador furtivo supremo, dotado para enfrentarse a objetivos aéreos, terrestres y marítimos mediante un arsenal diversificado, tanto guiado como no guiado.
Equipado con misiles de crucero Kh-59MK2, este logro de Sukhoi ha llevado a cabo incursiones audaces en territorio ucraniano, reforzando su perfil letal con el motor revolucionario Izdeliye 30.
Capacidad estratégica del Su-57 frente a la tecnología occidental

Los análisis y evidencias actuales sugieren que el Su-34 queda en desventaja frente a las defensas aéreas occidentales, mostrándose especialmente susceptible al radar AN/MPQ-65, pilar del sistema Patriot. En contraste, el Su-57 ostenta la capacidad de detectar este sistema radar mucho antes de ser identificado, anticipando así el desenlace del enfrentamiento.
“Al interceptar las señales del radar, el Su-57 comparte las coordenadas a través de un enlace de datos cifrado con los Su-35S o Su-34 armados con misiles antirradiación Kh-31P, manteniéndose a resguardo del alcance enemigo”, manifestó Vijainder K Thakur, analista militar y veterano de la Fuerza Aérea India.
Con esta superioridad en la detección de radares, Rusia tiene la capacidad de neutralizar el radar AN/MPQ-65 ucraniano. Incluso el sistema Patriot modernizado, que cuenta con misiles interceptores PAC-3, podría verse superado ante la ofensiva de estos cazas. “Por consiguiente, el radar AN/MPQ-65 sería destruido antes de que el sistema Patriot logre lanzar un misil interceptor PAC-3 contra el Su-57”, concluyó Thakur.
La cautela rusa en el uso del Su-57: una estrategia de preservación

El despliegue del Su-57 en el teatro ucraniano ha sido notablemente limitado, suscitando especulaciones sobre la confianza de Moscú en las prestaciones furtivas de este avanzado caza de quinta generación. Su potencial, considerado comparable al del F-22 Raptor y el F-35 de Lockheed Martin, queda así bajo el prisma de la duda ante esta reticencia rusa.
El capitán retirado Johnson Chacko aporta claridad sobre esta cautela estratégica. Según él, la pregunta crucial es si el contexto de la misión justifica el riesgo de comprometer al Su-57. “El Su-57 representa lo último en tecnología de combate aéreo ruso. ¿Justifica la situación actual un compromiso tan significativo? La furtividad no equivale a una invisibilidad total ante todos los sistemas de radar, abarcando todos los espectros de frecuencias y modos operativos”, sostiene Chacko.
Además, Chacko advierte sobre los riesgos de un despliegue masivo del Su-57, que podría proporcionar a la OTAN una oportunidad única de estudio. “Un uso extensivo de estos cazas no solo revelaría sus capacidades, sino que también podría ofrecer a la OTAN una ventaja estratégica en confrontaciones futuras”, argumenta.
Preservar la estatura mundial del Su-57 frente a los desafíos y las revelaciones

El cuidado de Moscú por la imagen global del Su-57 se refleja en las decisiones estratégicas observadas. Un informe de Business Insider, fechado el 6 de marzo de 2024, cita un análisis del Ministerio de Defensa británico que pone de manifiesto la reticencia rusa a comprometer ampliamente su flota de Su-57, limitada a unas pocas unidades en 2020.
El informe británico de principios de 2023 señala la preocupación de Rusia por los daños reputacionales que defectos expuestos del Su-57 podrían acarrear en el contexto del conflicto ucraniano. Esto incluye no solo las repercusiones en las posibilidades de exportación, sino también el riesgo de que tecnologías sensibles caigan en manos de la OTAN.
“La eventual pérdida de un Su-57 en territorio ucraniano representaría un doble golpe para Moscú: la exposición de tecnología avanzada a la OTAN y un deterioro significativo en la percepción global de su industria de defensa”, destaca el documento. Este enfoque prudente sugiere una estrategia rusa enfocada tanto en la conservación de sus avances tecnológicos como en la protección de su reputación en el mercado global de armamento.