Bajo el Resguardo de Drones y Unidades de Élite, la 110ª Brigada Mecanizada Ucraniana Ejecuta una Retirada Estratégica de Avdiivka
En una maniobra táctica respaldada por la vanguardia tecnológica de drones, comandos de precisión y la élite de la 3ª Brigada de Asalto, la 110ª Brigada Mecanizada de las fuerzas armadas ucranianas ejecutó una retirada estratégica de Avdiivka el pasado viernes. Esta acción marcó el término de un conflicto de extrema ferocidad que se extendió durante cuatro meses.
La tenaz defensa de Avdiivka, emprendida por la 110ª Brigada, podría haber mermado significativamente sus efectivos, originalmente compuestos por cerca de 2.000 soldados. No obstante, el coste para el adversario ruso fue desproporcionadamente mayor. En la ofensiva contra Avdiivka, una ciudad de relevancia industrial situada a ocho kilómetros al noroeste de Donetsk, bajo dominio ruso, en el este de Ucrania, intervinieron no menos de 12 brigadas pertenecientes a los Ejércitos de Armas Combinadas 2º y 41º de Rusia. Estas unidades experimentaron pérdidas masivas en sus filas.
Se estima que el total de bajas rusas, incluyendo muertos y heridos graves, en la región de Avdiivka y sus inmediaciones, podría superar la cifra de 30.000. Esta estimación toma especial relevancia al considerar que, únicamente en las seis primeras semanas del conflicto de 16 semanas, cerca de 13.000 soldados rusos perdieron la vida o resultaron lesionados, de acuerdo con informes de autoridades estadounidenses.
En lo que podría considerarse como un acto final de resistencia en este conflicto, las fuerzas ucranianas en retirada dirigieron su fuego contra un grupo de tres cazabombarderos de la aviación rusa, los cuales se preparaban para lanzar un ataque contra la 110ª Brigada Mecanizada ucraniana y unidades adyacentes. Mientras los supervivientes de la 110ª Brigada se retiraban hacia el oeste, abandonando posiciones defensivas en los límites de Avdiivka durante las primeras horas del sábado, una batería de misiles de la fuerza aérea ucraniana logró derribar al menos uno, y posiblemente varios, cazabombarderos Sukhoi rusos, a una distancia de 60 millas al este de Avdiivka.
Un vídeo documenta el momento en que uno de los cazas rusos se precipita cerca de la localidad de Dyakove. Sin embargo, el teniente general Mykola Oleshchuk, comandante de las fuerzas aéreas ucranianas, sostiene que fueron tres los cazas derribados: un Sukhoi Su-35 monoplaza y dos Sukhoi Su-34 biplaza.
Para corroborar su declaración, Oleshchuk compartió una captura de pantalla de un mapa digital, en el cual se observan las señales de emergencia emitidas por los dispositivos de cuatro aviadores rusos, presumiblemente tras eyectarse de sus aeronaves siniestradas. “¡Pueden ver que el sistema funciona!”, declaró Oleshchuk en un mensaje que resalta tanto el éxito operativo como la eficacia tecnológica de las defensas ucranianas.
Venganza aerotransportada: el último acto de desafío de la 110ª Brigada
Para los valientes supervivientes ucranianos de la contienda en Avdiivka, el derribo de los cazas Sukhoi no fue solo un acto de defensa; fue profundamente personal. Durante semanas, estas aeronaves rusas ejecutaron bombardeos incesantes sobre la 110ª Brigada, aproximándose desde el este, ascendiendo a grandes alturas y liberando desde una distancia de 25 millas sus KAB – bombas planeadoras guiadas por satélite, algunas de las cuales alcanzaban las 3.000 libras de peso.
El análisis realizado por el grupo ucraniano Frontelligence Insight el 15 de febrero reveló una jornada particularmente intensa: “Entre 37 y 42 bombas KAB impactaron Avdiivka en un solo día de esta semana”, señalaron, destacando la capacidad destructiva de estas armas a pesar de su falta de precisión, capaces de infligir daños severos por su potente carga explosiva y la consiguiente devastación de estructuras cercanas.
Egor Sugar, un combatiente de la 3ª Brigada de Asalto, reflejó la magnitud del asedio: “Avdiivka es KAB”, expresó, sugiriendo que el bombardeo representó uno de los ataques aéreos más intensos en la historia moderna.
Ante esta adversidad, la fuerza aérea ucraniana desplegó sus recursos limitados en un esfuerzo por repeler la ofensiva aérea rusa. A pesar de contar con un número reducido de sistemas de misiles de largo alcance, concentrados principalmente en la defensa de las principales urbes ucranianas contra misiles de crucero y drones dirigidos a civiles, algunas unidades móviles, como las baterías Patriot de fabricación estadounidense, han sido reubicadas tácticamente.
Estos sistemas móviles han permitido a Ucrania organizar emboscadas efectivas, derribando en diciembre tres Su-34 en un intento por proteger a sus infantes de marina en el sur del país.
Avdiivka, ahora una sombra de lo que fue, no retiene valor estratégico para el esfuerzo bélico de Ucrania. Deshabitada por la mayoría de sus residentes previos al conflicto, la ciudad se transformó en un escenario de desgaste para las fuerzas rusas, permitiendo a los defensores ucranianos infligir bajas significativas y derribar numerosas aeronaves enemigas.
En medio de estos duros combates, Rusia ha visto mermada su flota de Su-34, perdiendo cerca de 30 de sus aproximadamente 150 unidades.
La eficacia ucraniana en el derribo de aviones se ve limitada por la escasez de misiles de alta calidad, incluidos los Patriots de 90 millas de alcance, exacerbada por el bloqueo de asistencia adicional de Estados Unidos a Ucrania desde octubre, debido a la influencia de congresistas alineados con Rusia. Esta ayuda es crucial para la adquisición de más misiles, vehículos blindados y, especialmente, munición de artillería para unidades como la 110ª Brigada, actualmente en déficit de estos recursos esenciales.