Dos J-15 del Liaoning fijaron su radar de tiro sobre F-15J japoneses al sureste de Okinawa; Tokio protestó, Pekín negó excesos y Taiwán reflejó alarma.
Incidente del 6 de diciembre y reacción inicial del Gobierno japonés
El 6 de diciembre, dos cazas J-15 embarcados en el portaaviones chino Liaoning dirigieron en dos ocasiones su radar de control de tiro contra cazas F-15J de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón sobre aguas internacionales al sureste de Okinawa. El ministerio de Defensa japonés calificó los episodios de peligrosos y excesivos para un vuelo seguro, mientras análisis publicados en Taiwán describieron a mandos japoneses muy inquietos e incluso aterrados por sus implicaciones.
Según la cronología difundida por Tokio, el primer episodio sucedió entre las 16:32 y las 16:35, cuando un J-15 del Liaoning iluminó con su radar de tiro a un F-15J que despegó de emergencia para identificar la agrupación naval china en tránsito por el Pacífico occidental. El segundo incidente se registró entre las 18:37 y las 19:08, con bloqueo intermitente de radar durante unos treinta y un minutos al sureste de Okinawa, fuera del alcance visual.
El ministro de Defensa, Shinjiro Koizumi, divulgó la información en una comparecencia extraordinaria de madrugada en Tokio y afirmó que el uso de radar de control de tiro contra los F-15J constituía un acto extremadamente lamentable. Anunció una protesta formal ante Pekín. El 7 de diciembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores citó al embajador chino, Wu Jianghao, y la primera ministra Sanae Takaichi calificó las acciones chinas de peligrosas y prometió una respuesta serena y firme.
Durante una reunión prevista en Tokio con el ministro de Defensa, australiano, Koizumi informó de los hechos a su homólogo y ambos coincidieron en que el incidente supuso un riesgo para la seguridad. Japón enmarcó sus protestas en la necesidad de preservar la libertad de navegación y sobrevuelo en el área de la fosa de Okinawa y el estrecho de Miyako, donde el Liaoning y sus escoltas ejecutaban maniobras de entrenamiento declaradas de rutina por China.
Claves numéricas y técnicas del enfrentamiento entre J-15 y F-15J
- Los dos bloqueos de radar se produjeron entre las 16:32 y las 16:35 y entre las 18:37 y las 19:08, con un segundo episodio de unos treinta y un minutos.
- Los incidentes tuvieron lugar sobre aguas internacionales al sureste de la isla principal de Okinawa y a distancia de combate más allá del alcance visual entre los cazas implicados.
- Los F-15J japoneses emplean receptores de alerta J/APR-4A/B integrados con el sistema de guerra electrónica J/ALQ-8, derivados de la familia AN/ALR-56.
- Informes de aviación contabilizaron más de una decena de J-15B modernizados en formaciones del portaaviones Liaoning durante maniobras en el Pacífico occidental en 2024.
- Un contrato de diciembre de 2024 asignó cuatrocientos cincuenta y un millones de dólares al apoyo de Boeing para la conversión de sesenta y ocho F-15J dentro del programa JSI.
Disputa sobre los bloqueos de radar y las capacidades de alerta aliadas
El ministerio de Defensa chino rechazó la versión japonesa y sostuvo que los aviones del Ejército Popular de Liberación respetaron el derecho internacional y las prácticas de la región. Acusó a los F-15J de aproximarse reiteradamente a la agrupación del Liaoning y de perturbar ejercicios notificados con antelación. Pekín presentó las misiones japonesas de reconocimiento como la causa principal de los riesgos para la seguridad marítima y aérea e instó a Tokio a cesar esos vuelos.
En Taiwán, la cobertura informativa resultó especialmente extensa. La agencia oficial describió la secuencia de los dos bloqueos de radar y subrayó que el ministerio de Defensa en Tokio divulgó intervalos horarios y detalles de la iluminación por radar de tiro que en otros episodios quedaron reservados. Programas televisivos y columnas de opinión interpretaron ese gesto como señal de alarma elevada, y algunos comentaristas citaron a mandos que se declararon aterrados ante las posibles consecuencias militares.
En el plano técnico, los comunicados japoneses indicaron que los cazas chinos no emitieron solo ondas de búsqueda, sino que emplearon el modo de control de tiro de sus radares, capaz de concentrar la energía sobre un único blanco y de proporcionar datos de guiado a misiles aire aire. En terminología militar, el paso a este modo de seguimiento y puntería se considera la fase inmediatamente anterior al eventual lanzamiento de un misil.
Los comunicados recordaron que los receptores de alerta de radar de los aviones atacados emiten avisos sonoros y visuales cuando detectan un bloqueo. La Fuerza Aérea de Autodefensa equipa sus F-15J con receptores J/APR-4A/B integrados con el sistema de guerra electrónica J/ALQ-8, derivados de la familia AN/ALR-56. Documentación de fabricantes y especialistas atribuye a estos equipos capacidad para distinguir entre emisiones de búsqueda, seguimiento y guiado y para registrar las señales para su análisis posterior.
Modernización de los cazas J-15 embarcados y sus nuevas capacidades
Analistas taiwaneses dedicados a la guerra electrónica señalaron que la calificación japonesa del incidente como bloqueo de radar de tiro se apoya en parámetros registrados por los receptores de alerta y no solo en impresiones de los pilotos. Otras voces del ámbito militar taiwanés recordaron, sin embargo, las limitaciones de estos equipos, que dependen de bibliotecas de amenazas preprogramadas y pueden ofrecer avisos erróneos frente a radares de nuevo diseño o entornos electromagnéticos complejos.
Al margen de la polémica sobre la interpretación exacta de las señales, varios artículos técnicos taiwaneses plantearon que, si los aviones chinos implicados pertenecían a la variante modernizada J-15B, es probable que utilizaran un radar de matriz activa con modos de baja probabilidad de interceptación. Ese radar, propio del J-15B y asociado a misiles de largo alcance como el PL-15, reduciría la distancia a la que un receptor clásico detecta la amenaza y complicaría la clasificación de las señales.
Algunos análisis en foros chinos sobre defensa añadieron que, en escenarios de este tipo, la cabina de un F-15J podría recibir un aviso claro solo cuando el bloqueo ya estuviera plenamente establecido, lo que dejaría al piloto con un margen de reacción muy reducido frente a un eventual lanzamiento de misil desde gran distancia. Ese riesgo alimentó la percepción de vulnerabilidad que diversos comentaristas atribuyeron a mandos japoneses tras el incidente.
Las notas oficiales japonesas no precisaron la versión de los J-15 implicados y solo mencionaron cazas embarcados. Sin embargo, imágenes de finales de 2024 mostraron al Liaoning con J-15A y J-15B modernizados, distinguibles por el radomo y por la ausencia de tubo Pitot frontal. Analistas contaron más de una decena de J-15B y medios en español señalaron que esta variante forma parte orgánica de las alas del Liaoning y del Shandong tras pruebas realizadas en 2024.
Programa F-15J Super Interceptor y equilibrio aéreo en el Pacífico
El J-15B incorpora un radar de barrido electrónico activo, una cabina modernizada y la capacidad de operar desde portaviones con catapultas, además de misiles aire aire de alcance más allá del horizonte como el PL-15. La versión inicial J-15, basada en el Su-33 ruso, pero con aviónica de la familia J-11B, ya contaba con capacidad multirrol. Las variantes más recientes buscan optimizar su empleo en portaviones de nueva generación y ampliar misiones de guerra electrónica y mando avanzado.
En el lado japonés, los F-15J son cazas de superioridad aérea construidos bajo licencia a partir del F-15C estadounidense y entraron en servicio a comienzos de la década de mil novecientos ochenta. Japón adquirió algo más de doscientas unidades de la serie J y veinte de la versión biplaza DJ, destinadas en su mayoría a la defensa antiaérea del archipiélago, con escuadrones desplegados en Hokkaido, Honshu, Kyushu y Okinawa.
A lo largo de los años, buena parte de la flota F-15J se sometió a mejoras escalonadas con nuevos computadores de misión, radar AN/APG-63(V)1 producido bajo licencia y compatibilidad con misiles aire aire de desarrollo nacional. Una fracción de los aparatos recibirá una modernización más profunda mediante el programa F-15 Japan Super Interceptor, autorizado a finales de la década de dos mil diez y formalizado en contratos con Boeing a partir de dos mil veintidós.
La actualización JSI contempla la instalación de radar APG-82 AESA, un nuevo procesador de misión, sistemas avanzados de guerra electrónica, cabina con pantallas de gran formato e integración de misiles AAM-4B y AAM-5B, además de armamento aire superficie de precisión para ataque marítimo. Comentarios en Taiwán y China subrayan, no obstante, que muchos F-15J de alerta inmediata siguen siendo células veteranas frente a J-15 equipados con radares modernos y misiles de largo alcance.
Fuera del incidente del 6 de diciembre, la interacción entre aviones chinos y japoneses en la región mostró una tendencia a maniobras arriesgadas. En junio de dos mil veinticinco, el ministerio de Defensa japonés denunció que dos J-15 procedentes del portaaviones Shandong se aproximaron de forma inusualmente cercana a un avión de patrulla marítima P-3C, con una distancia lateral de cuarenta y cinco metros. En dos mil catorce, interceptores Su-27 ya habían originado otras protestas formales por acercamientos a aeronaves japonesas.
Los incidentes del 6 de diciembre llegaron pocas semanas después de que Sanae Takaichi declarara que un ataque chino contra Taiwán podría arrastrar a Japón a un conflicto para defender su seguridad y la de sus aliados, declaración que recibió críticas oficiales de Pekín. Al mismo tiempo, China incrementó el despliegue de los portaaviones Liaoning y Shandong más allá de la primera cadena de islas, con formaciones que incluyen destructores de las clases 055 y 052D, fragatas Tipo 054A, buques logísticos 901 y entre veinte y veinticuatro J-15 por buque.
En el plano electrónico, la discusión sobre la capacidad real de los receptores de alerta para distinguir entre simples iluminaciones y bloqueos de tiro motivó análisis detallados en medios taiwaneses y chinos. Algunos articulistas recordaron que la serie AN/ALR-56 y sus equivalentes aliados se diseñó para identificar patrones de alta frecuencia de repetición de pulsos y ondas continuas propias de radares de control de tiro y que sus registros suelen respaldar las protestas diplomáticas.
Otros expertos señalaron, en sentido contrario, que la ausencia de divulgación de datos crudos por parte de Tokio y Pekín mantiene la discusión en el terreno de narrativas contrapuestas. En ese contexto, la incorporación del J-15B a las alas aéreas de los portaaviones chinos y la puesta en marcha del programa F-15J Super Interceptor en Japón aparecen como dos ejes de modernización que enmarcan el choque del 6 de diciembre entre cazas chinos e interceptores japoneses sobre el Pacífico occidental.