El proyecto “Replicator” del Pentágono contempla el uso de enjambres de drones que trabajan en conjunto, empleando distintos niveles de autonomía y computación habilitada por inteligencia artificial en diversos ámbitos operativos.
Estas unidades no tripuladas están diseñadas para ejecutar una amplia variedad de misiones, como mantener vigilancia sobre áreas enemigas, someter a prueba o neutralizar las defensas aéreas adversarias, patrullar las costas desde la superficie marítima en torno al perímetro del territorio enemigo, y lanzar ataques con enjambres de drones para sobrecargar las defensas del oponente. Incluso, tienen la capacidad de destruir drones enemigos en combate directo.
El “Replicator”, un proyecto que ha estado en desarrollo durante varios años, ha dado un paso adelante hacia una fase de desarrollo más rápida en los últimos meses, según declaró la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks. Este esfuerzo tiene como objetivo acelerar el desarrollo de sistemas no tripulados para mejorar las capacidades del Departamento de Defensa.
“Me complace anunciar que el Departamento de Defensa comenzará a invertir en la producción escalable de estas capacidades críticas”, expresó Hicks a principios de este año. Esta declaración forma parte de una transcripción publicada por el Pentágono, donde la funcionaria ofreció detalles adicionales sobre los avances del proyecto.
En sus explicaciones, Hicks subrayó que el objetivo de la primera fase de fabricación es facilitar el desarrollo de varios conceptos operativos clave. Entre estos se encuentran la destrucción de drones enemigos, la operación de drones sobre la superficie oceánica y su uso en plataformas aéreas desde múltiples bases de lanzamiento.
Según el comunicado oficial del Pentágono, las primeras capacidades del proyecto Replicator abarcan vehículos de superficie no tripulados (USV), sistemas aéreos no tripulados (UAS) y sistemas de defensa aérea contra drones (c-UAS). Estos sistemas varían en tamaño y cargas útiles, y son suministrados tanto por proveedores tradicionales como no tradicionales.
Drones del proyecto Replicator: autonomía y resiliencia en combate
Los desarrolladores de armamento del Pentágono describen los elementos tácticos del proyecto Replicator bajo el concepto de “Autonomía de atribución en todos los dominios” (ADA2).
Este enfoque promueve el uso de grupos de drones de bajo costo, interconectados y coordinados, capaces de llevar a cabo misiones simultáneamente en diferentes dominios, a gran velocidad y con fluidez operativa. El concepto se basa en la conectividad y el trabajo en red de estos sistemas no tripulados para lograr eficiencia en entornos de combate complejos.
Un aspecto fundamental de la fuerza de drones “de atribución” se centra en la creación de una resiliencia operativa. Esto se logra mediante el diseño de drones pequeños y económicos, cuya pérdida no afecte significativamente el éxito de la misión. La redundancia también juega un papel clave, ya que el despliegue de una gran cantidad de drones o “nodos” de ISR asegura la recolección constante de datos y garantiza la continuidad de la misión, incluso si algunos drones son derribados o inutilizados.
Por ejemplo, una zona enemiga puede ser vigilada simultáneamente por varios nodos que emplean diferentes vectores de observación. Esto permite que los objetivos enemigos sean identificados, rastreados y atacados desde múltiples ángulos, lo que maximiza la efectividad de los ataques.
Otro factor destacado en esta estrategia es la capacidad “desgastable” de los drones, un término que utiliza el Pentágono para describir la capacidad de continuar una operación de manera efectiva, incluso si algunos elementos del enjambre son destruidos durante el enfrentamiento. La misión no se detiene ante la pérdida de ciertos nodos, lo que refuerza la resiliencia del sistema general.
Un ensayo realizado por el Pentágono destacó que ya se está preparando un segundo lote de drones, mientras que el primer lote del proyecto Replicator incluye ciertas capacidades que siguen siendo clasificadas. Entre ellas, se mencionan capacidades específicas del ámbito marítimo y varias relacionadas con la lucha contra los sistemas aéreos no tripulados (UAS).
El proyecto Replicator avanza con drones autónomos inspirados en la biomimética
El alcance operativo del proyecto Replicator parece estar basado en varios programas clave de desarrollo militar, entre los que destaca la iniciativa Ghost Fleet Operation Overlord de la Marina de los EE. UU. Este programa, que inició bajo la supervisión de la Oficina de Investigación Naval, ha evolucionado significativamente en los últimos años. Actualmente, grandes grupos de vehículos de superficie no tripulados (USV), drones aéreos y plataformas no tripuladas más avanzadas pueden operar de manera cada vez más autónoma, trabajando en coordinación entre sí.
Gracias a algoritmos avanzados, estos drones de superficie y aéreos son capaces de recopilar, procesar y transmitir información crucial de misión sin intervención humana. Esto incluye realizar ajustes tácticos de manera autónoma dentro de un grupo de nodos a alta velocidad, empleando sistemas de detección de alta resolución y computación avanzada habilitada por inteligencia artificial.
Si bien las decisiones letales siguen siendo tomadas por un operador humano, este enfoque táctico con sistemas no tripulados coordinados ofrece a los comandantes una capacidad operativa mucho más rápida y eficiente durante situaciones de combate. Este progreso ha acelerado las opciones estratégicas en el campo de batalla.
El programa Ghost Fleet ha enfocado gran parte de sus esfuerzos en drones de superficie y aéreos de tamaño pequeño y mediano. Estos vehículos no tripulados se utilizan para diversas tareas, como la búsqueda de minas y submarinos, la vigilancia de zonas de alto riesgo o incluso para realizar ataques dirigidos.
Sin embargo, en los últimos años, el programa ha ampliado su alcance para incluir drones más grandes y nodos submarinos, con vehículos de superficie no tripulados medianos y grandes (Medium and Large Unmanned Surface Vehicles) de la Armada.
Con el desarrollo del proyecto Replicator, los enjambres de mini-drones ahora son capaces de operar en múltiples dominios, coordinándose de manera efectiva. Esta capacidad de trabajo en enjambre ha sido objeto de estudio por parte del Pentágono desde hace tiempo.
Los investigadores del Departamento de Defensa han observado el comportamiento natural de enjambres de aves para diseñar algoritmos avanzados que permitan coordinar grandes grupos de drones de manera eficiente.
Este enfoque, conocido como biomimética, se ha utilizado para desarrollar sistemas de control basados en fenómenos biológicos. A través de este estudio, los científicos han logrado implementar algoritmos que mejoran el comportamiento de los enjambres de drones, dotándolos de la capacidad de tomar decisiones en conjunto, lo que maximiza su efectividad operativa.