Frank Kendall, secretario de la Fuerza Aérea de EE. UU., señala que acelerar la producción del bombardero B-21 sería posible, pero depende de los recursos disponibles.
Kendall señala limitaciones para acelerar producción del B-21
Frank Kendall, secretario de la Fuerza Aérea a punto de dejar su cargo, expresó que la aceleración de la producción del bombardero B-21 Raider sería factible únicamente si existieran los fondos necesarios. En una entrevista con la revista Air & Space Forces, afirmó que, aunque es una posibilidad, no se podría ejecutar de manera inmediata.
Además, Kendall reconoció que reducir drásticamente el tiempo de adquisición de armas modernas no es realista, aunque mencionó que almacenar piezas y materiales duraderos podría facilitar un aumento de producción en situaciones de conflicto. En cuanto al B-21, señaló que el principal obstáculo radica en la flexibilidad de la infraestructura y los contratos existentes.
Sobre la tasa de producción, Kendall precisó que existe un límite en el corto plazo, definido como el plan quinquenal. Añadió que ha discutido con la industria la posibilidad de incrementar las tasas de producción, aunque estas ya están planificadas para un nivel moderado.
Datos clave sobre la producción del B-21
- La tasa de producción estimada del B-21 es de menos de siete aviones anuales en su punto máximo.
- El programa fue diseñado como una iniciativa de bajo costo para evitar recortes presupuestarios.
- El Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea ha indicado que se necesitan más de los 100 aviones planificados para cubrir posibles exigencias futuras.
- Se evalúa conservar algunos bombarderos actuales durante más tiempo para garantizar la capacidad de ataque de largo alcance.
Incrementar bombarderos B-21 podría requerir décadas
Kendall también señaló que la decisión sobre la cantidad final de B-21 a producir recaerá en las futuras administraciones de la Fuerza Aérea. Destacó que la actual estructura está enfocada en cazas de corto alcance y que sería valioso reequilibrar la fuerza hacia bombarderos, aunque este proceso podría tomar años o incluso décadas.
El secretario destacó que, aunque se incrementara la producción, el tiempo necesario para adquirir más bombarderos B-21 sería considerable. Mientras tanto, sugirió que algunos bombarderos existentes podrían conservarse más tiempo del planeado para mantener la capacidad operativa.
Kendall afirmó que es esencial considerar el futuro de la fuerza aérea y garantizar la flexibilidad necesaria en la flota de bombarderos. Sin embargo, advirtió que este tipo de transiciones requieren tiempo y planificación cuidadosa.
Dificultades para recuperar estrategias de la Guerra Fría
En relación con estrategias de producción, Kendall aseguró que es improbable regresar a métodos utilizados durante la Guerra Fría, como compras anuales competitivas de motores, municiones y otros equipos. Según explicó, la consolidación de la industria de defensa y las reducciones presupuestarias posteriores a esa época han dificultado justificar líneas de producción redundantes desde el punto de vista financiero.
El secretario mencionó que aunque estas propuestas han surgido, particularmente para municiones, la viabilidad de implementarlas sigue siendo limitada. También sugirió que sería necesario que el Pentágono invierta en aumentar la capacidad industrial, especialmente en la producción de repuestos de alta demanda.
Según Kendall, la falta de garantías sobre la producción futura representa un desafío significativo. Además, indicó que estas cuestiones serán críticas para la próxima administración de defensa y requerirán soluciones innovadoras.
Colaboración entre gobierno e industria es clave
Finalmente, Kendall destacó que las empresas privadas poseen mayor flexibilidad para cambiar modelos de producción, como lo demuestra Anduril Industries, que ha invertido en fábricas para reducir tiempos de producción de sistemas sofisticados como misiles de crucero. Sin embargo, señaló que el gobierno debe trabajar en conjunto con la industria para implementar estrategias que sean beneficiosas para ambas partes.
El secretario concluyó que las expectativas de acortar significativamente los tiempos de producción de armas sofisticadas son poco realistas debido a la complejidad de los sistemas y sus cadenas de suministro. No obstante, sugirió que el almacenamiento inteligente de ciertos componentes clave podría contribuir a reducir plazos en algunos casos específicos.