La adquisición de aviones F-35 Lightning II, el caza furtivo estadounidense de quinta generación, para las Fuerzas Armadas españolas ha quedado definitivamente descartada, según informó el diario español El País, que cita fuentes gubernamentales.
Los contactos preliminares, que ya habían iniciado, se han suspendido de manera indefinida. Aunque el Gobierno aprobó en abril pasado un plan de 10.471 millones de euros y se comprometió a destinar el 2% de su producto interior bruto (PIB) a seguridad y defensa, la decisión de invertir el 85% de estos fondos en Europa se considera incompatible con la compra de un avión estadounidense.
A principios de este año, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reafirmó el objetivo de incrementar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB, en línea con las directrices de la OTAN, pero rechazó elevarlo al 5% en una cumbre celebrada en junio. Esta postura provocó duras críticas por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, quien amenazó con imponer aranceles adicionales a los productos españoles. Ni el ministerio de Defensa español ni Lockheed Martin emitieron comentarios inmediatos sobre el informe.
El ministerio de Defensa español nunca avanzó más allá de una solicitud de información (RFI, por sus siglas en inglés) no vinculante para el F-35 Lightning II. El presupuesto de 2023 incluso reservó 6.250 millones de euros para “aviones de reemplazo para los AV-8B y C-15M, fase 2” (es decir, los Harrier de la Armada y los F-18 Hornet restantes de la Fuerza Aérea). Todo indica que esos planes han sido abandonados.
Esto deja a la Armada en una situación complicada. Los AV-8B tienen prevista su retirada para 2030, y prolongar su vida útil ya no es viable: los aviones están envejeciendo, y con el Cuerpo de Marines de Estados Unidos y la Marina italiana retirando los suyos (y reemplazándolos por el F-35B), España quedaría como el único operador, enfrentándose a un mercado de repuestos cada vez más escaso. La única alternativa viable de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL, por sus siglas en inglés) es el F-35B. Rechazar esta opción implicaría que el portaaviones Juan Carlos I perdería su capacidad de operar cazas de ala fija y quedaría limitado a helicópteros.
La Armada ha solicitado a Navantia, la principal empresa estatal española dedicada al diseño y construcción de buques militares y civiles de alta tecnología, que estudie un nuevo diseño de portaaviones con una cubierta de vuelo más larga y un sistema de cables de detención, lo que permitiría operar cazas navales convencionales como el Rafale M. Sin embargo, incluso si se aprobara, esta opción no se materializaría en varios años y, con certeza, no llegaría a tiempo para cubrir la retirada de los Harrier, por lo que parece inevitable un vacío en la capacidad de ala fija durante décadas.
En cuanto al Ejército del Aire y del Espacio, la situación parece menos grave: en diciembre de 2024, el Gobierno español formalizó un acuerdo con la Agencia de Gestión de Eurofighter y Tornado de la OTAN (NETMA), con sede en Múnich, Alemania, para adquirir 25 cazas Eurofighter como parte del programa Halcón II. Este nuevo pedido, que ya se había anticipado meses antes, incluye 21 aviones monoplaza y cuatro biplaza, que reemplazarán parte de la envejecida flota de F-18 Hornet heredada, con base en Torrejón y Zaragoza.
Hasta que el programa FCAS (Sistema de Combate Aéreo Futuro) alcance su madurez, proyectada no antes de 2040, el F-35A había sido el principal candidato para sustituir a los F-18. El teniente general Francisco Braco, jefe del Estado Mayor del Aire, expresó su preocupación por depender exclusivamente de los Eurofighter, advirtiendo sobre los riesgos de basarse en una única plataforma.
Desde el punto de vista de las capacidades, el F-35A seguía siendo la referencia, especialmente por su tecnología furtiva, un aspecto que las autoridades españolas han reconocido públicamente. Como señaló el almirante general Teodoro López Calderón en julio, España carece actualmente de una alternativa genuina de quinta generación. No obstante, el escenario más probable es que se opte por los Eurofighter de cuarta generación y se aguarde al FCAS, aunque la espera será prolongada.