El gobierno de Estados Unidos ha destinado fondos por valor de 7.900 millones de dólares para cubrir equipos de defensa y apoyo a Ucrania, en un momento crucial en la guerra contra la invasión rusa.
El Departamento de Estado anunció que 5.550 millones de dólares se asignarán como asistencia militar a Ucrania, una decisión notificada al Congreso el 26 de septiembre de 2024.
Estos fondos provienen de la Autoridad Presidencial de Retiro (PDA) para el año fiscal 2024, y su uso está previsto hasta el 30 de septiembre. Con esta asistencia, se cubrirá el costo de artículos y servicios de defensa directamente de las reservas del Departamento de Defensa.
Además, otros 2.400 millones de dólares se destinarán a través de la Iniciativa de Asistencia para la Seguridad de Ucrania, específicamente para fortalecer la defensa aérea, suministrar sistemas aéreos no tripulados y proporcionar municiones aire-tierra. Con estas contribuciones, el total de la asistencia se eleva a 7.900 millones de dólares.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, Estados Unidos ha brindado alrededor de 56.300 millones de dólares en asistencia de seguridad a Ucrania, a través de diferentes fuentes de financiación.
Nueva asistencia en medio de reuniones clave
Este compromiso financiero forma parte de un impulso en la asistencia de seguridad de EE. UU. antes de las conversaciones entre el presidente estadounidense Joe Biden y el líder ucraniano Volodymyr Zelenskyy, quienes se reunieron el mismo día de la notificación al Congreso. Ucrania se encuentra en una dura lucha para frenar los avances rusos en el Donbass, mientras ocupa unos 900 kilómetros cuadrados en la región de Kursk, dentro de Rusia.
En su esfuerzo por cambiar el rumbo de la guerra, Zelenskyy ha presentado un “Plan de Victoria”, cuyos próximos pasos Biden se ha comprometido a explorar antes de una próxima reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania en Ramstein, Alemania, el 12 de octubre.
Rusia apunta a la energía ucraniana ante el invierno
En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de septiembre, Zelenskyy detalló que Rusia ha destruido todas las centrales térmicas de Ucrania y gran parte de su capacidad hidroeléctrica. Esta táctica, según Zelenskyy, tiene como objetivo dejar a millones de ucranianos en la oscuridad y el frío durante el invierno, obligando al país a rendirse.
Por su parte, Biden ha enfatizado la necesidad de “fortalecer la posición de Ucrania en el campo de batalla”, aunque aún no ha respondido a las solicitudes de Kiev de permiso para utilizar armas de largo alcance con componentes estadounidenses contra objetivos dentro de Rusia. Ucrania ya cuenta con misiles Storm Shadow/SCALP británicos y franceses, con un alcance de hasta 250 km, y misiles ATACMS estadounidenses de largo alcance, con un alcance de 300 km. La capacidad de disparar estos misiles contra sitios de lanzamiento y bases aéreas en territorio ruso sería un recurso estratégico para hacer frente a los ataques de Moscú.
Rusia, al enfocar sus ataques en la infraestructura energética de Ucrania, busca incrementar la presión sobre el país antes de la llegada del invierno, con la intención de desgastar la moral de la población y debilitar la resistencia militar ucraniana.