La posible venta de cazas F-35 a Taiwán es una decisión crítica en el contexto del equilibrio militar en Asia.
El rol de Estados Unidos en la defensa aérea de Taiwán
Desde los años 40, Estados Unidos y varios aliados occidentales han invertido significativamente en la República de China (ROC), el nombre oficial del Gobierno de Taiwán. Durante las últimas ocho décadas, numerosos sistemas de armas avanzadas han sido suministrados a esta nación insular. Esto permitió a Taiwán mantener una ligera superioridad tecnológica sobre la República Popular China (RPC) durante la segunda mitad del siglo XX.
Sin embargo, en el siglo XXI, la RPC ha avanzado significativamente en la modernización de sus fuerzas armadas, creando una fuerza formidable que ahora supera a las defensas taiwanesas en casi todos los aspectos. Con este creciente desequilibrio, se ha sugerido que Estados Unidos venda a Taiwán el avanzado caza F-35 (JSF), ya que otros aliados en la región como Japón y Corea del Sur ya lo poseen.
A pesar de las capacidades sobresalientes del F-35 Lightning II, su elevado costo y las características probables de un conflicto con China lo convierten en una inversión cuestionable. El desempeño de la Fuerza Aérea de Ucrania contra Rusia, aunque valiente, demuestra que incluso aviones avanzados tendrían dificultades en un enfrentamiento con China.
Las capacidades del F-35 y el inventario actual de Taiwán
El F-35 Lightning II, considerado por muchos como el caza de quinta generación más avanzado, puede superar la velocidad del sonido gracias a su motor Pratt & Whitney F135. Equipado con sensores de última generación y capacidad multifuncional, puede lanzar misiles Sidewinder AIM-9X que redirigen su trayectoria post-lanzamiento. En su “Modo Bestia”, el Lightning II transporta hasta 22,000 libras de municiones. Estas especificaciones justifican el interés de Taiwán en adquirirlo.
Actualmente, la fuerza aérea taiwanesa incluye 103 F-CK-1 Ching-kuo, 45 Mirage 2000, y 114 F-16V Falcon, con 66 F-16C adicionales en camino. Aunque son aviones de cuarta generación confiables, en un conflicto total con la RPC, enfrentarían pérdidas significativas.
Además de los sistemas chinos aire-aire y tierra-aire, estos cazas taiwaneses tienen la desventaja de operar desde bases aéreas fijas, vulnerables a ataques chinos. La principal preocupación es que la mayoría de los F-35 podrían ser destruidos en tierra antes de despegar.
La viabilidad de la compra de F-35 para Taiwán
Si Taiwán intentara lograr superioridad aérea, sus cazas enfrentarían a los J-20 de quinta generación y a los J-16 de cuarta generación avanzada, ambos respaldados por el sistema de alerta temprana KJ-500 y misiles PL-15. Incluso si Taiwán obtuviera F-35, seguiría en desventaja numérica. Con un presupuesto limitado, solo podría adquirir entre 40 y 70 aviones, mientras que la PLAAF posee más de 200 J-20.
Sin embargo, la ROCAF aún tiene un papel importante en conflictos menores. Los misiles SAM no distinguen a qué disparan, por lo que tener cazas para interceptar aviones chinos en incursiones aéreas sigue siendo útil. Además, mantener una reserva de aviones podría obligar a China a considerar estos activos en sus planes, similar a la estrategia de Saddam Hussein en la Primera Guerra del Golfo.
En el contexto taiwanés, esto podría ganar tiempo crucial para que lleguen fuerzas aliadas. Un informe de RAND de 2016 recomienda reducir la fuerza de combate de Taiwán e invertir en capacidades SAM, ofreciendo una defensa aérea más resiliente y rentable. En 2024, la situación ha empeorado para Taiwán, y las conclusiones del informe siguen siendo relevantes.
Alternativas estratégicas para la defensa de Taiwán
La asistencia de aliados como Japón, Corea del Sur y Estados Unidos es esencial para la defensa de la isla. La experiencia del conflicto entre Rusia y Ucrania muestra que los misiles SAM pueden restringir significativamente las operaciones aéreas enemigas, una lección aplicable a Taiwán.
Dada su geografía, los SAM taiwaneses pueden proteger tanto objetivos militares como civiles, presentando un desafío significativo para la defensa aérea china. Comprar F-35 desviaría recursos de métodos más rentables para debilitar las capacidades aéreas chinas y defender el espacio aéreo taiwanés hasta que lleguen los aliados.
Existe también la preocupación de que la entrega de F-35 a Taiwán pudiera conducir a una escalada de tensiones y que la tecnología caiga en manos chinas si la isla es ocupada. Por estas razones, actualmente no parece haber interés en concretar la venta del F-35 a Taiwán, manteniendo la ROCAF su flota existente, mientras que los F-35 operan desde portaaviones y países aliados.