Portugal, Canadá y otros países evalúan al Gripen frente al F-35 por su menor costo, mayor autonomía y baja dependencia de componentes estadounidenses.
El Gripen E/F destaca por su costo operativo y autonomía tecnológica
Varios países, entre ellos Portugal y Canadá, exploran opciones distintas al F-35 de Lockheed Martin para modernizar sus flotas aéreas. Entre los modelos europeos considerados, el JAS 39 Gripen E/F, desarrollado por Saab, ha captado la atención por su eficiencia operativa, bajos costos y menor dependencia de tecnología estadounidense.
Con un diseño de ala delta y canards, el Gripen E/F integra un sistema de control fly-by-wire que mejora su maniobrabilidad. Está impulsado por un motor F414-GE-39E de General Electric, fabricado bajo licencia por Volvo, que le permite alcanzar velocidades de hasta Mach 2 y altitudes superiores a los 52,000 pies.
El costo por hora de vuelo del Gripen, estimado entre 4,700 y 7,000 dólares, lo hace significativamente más económico que el F-35, cuyo costo varía entre 33,000 y 40,000 dólares. Además, su tiempo de preparación para una nueva misión es de unos 20 minutos, comparado con las tres horas que requiere el F-35.
Una ventaja clave del Gripen es su interoperabilidad. El avión puede integrar múltiples tipos de armamento, lo que permite su adaptación a diferentes arsenales nacionales. En el caso de Brasil, el contrato por 36 Gripen E incluyó transferencia tecnológica que permitirá operar los aviones durante hasta 40 años sin depender de Suecia.
Ventajas y limitaciones del Gripen frente al F-35 estadounidense
Aunque el Gripen ofrece una velocidad máxima de 2,400 km/h, superior a los 1,900 km/h del F-35, su capacidad de carga útil es menor, lo que reduce su aptitud para transportar armamento pesado en comparación con el modelo estadounidense.
El avión sueco carece de las características furtivas avanzadas que posee el F-35, que incorpora sensores integrados y capacidades de guerra electrónica. Estas prestaciones hacen que el F-35 sea prácticamente indetectable para numerosos sistemas de defensa aérea.
Aproximadamente un 30% de los componentes del Gripen, incluyendo su motor y el sistema de soporte vital de Honeywell, son de origen estadounidense. Esta dependencia implica que su exportación queda sujeta al Reglamento sobre Tráfico Internacional de Armas (ITAR), lo que representa un obstáculo para países que buscan desvincularse de Estados Unidos.
Ejemplos como el intento de venta del Gripen a Colombia muestran cómo las regulaciones estadounidenses pueden frenar exportaciones, afectando a compradores potenciales que priorizan la autonomía estratégica.
Comparativa con el Rafale F4 y el Eurofighter Typhoon
El Dassault Rafale F4, fabricado por Dassault Aviation, representa otra alternativa viable. Este caza bimotor destaca por su flexibilidad operativa entre misiones terrestres y navales, aunque su sigilo es moderado en comparación con el F-35.
Los motores M88 del Rafale, desarrollados por Safran, son de origen francés, lo que disminuye la dependencia de componentes estadounidenses. Esta característica lo hace atractivo para países que buscan mayor autonomía tecnológica.
El costo por hora de vuelo del Rafale se sitúa entre 15,000 y 20,000 dólares, inferior al del F-35 pero superior al del Gripen. Su precio de adquisición también es elevado, lo que ha limitado su competitividad en procesos de selección, como ocurrió en Colombia, donde fue descartado a favor del Gripen.
Datos clave sobre la competencia europea en aviación de combate
- El Gripen E/F cuesta entre 4,700 y 7,000 dólares por hora de vuelo.
- El F-35 requiere hasta tres horas para una nueva misión; el Gripen, solo 20 minutos.
- Brasil recibió transferencia tecnológica completa con la compra del Gripen.
- El Rafale cuesta entre 15,000 y 20,000 dólares por hora de vuelo.
- El Eurofighter Typhoon pierde competitividad por su alto costo operativo.
- Colombia eligió el Gripen en 2025 por encima del Rafale y otros modelos.
El Eurofighter Typhoon pierde terreno frente a sus competidores
Diseñado por un consorcio formado por Airbus, BAE Systems y Leonardo, el Eurofighter Typhoon se presenta como una alternativa adicional en el mercado europeo de cazas de combate.
El Typhoon, equipado con motores EJ200 de EuroJet Turbo GmbH, ofrece gran agilidad en combates aire-aire, además de capacidad para misiones aire-tierra. Su menor dependencia de tecnología estadounidense lo hace interesante, aunque su competitividad se ve afectada por otros factores.
Con un costo operativo estimado entre 18,000 y 25,000 dólares por hora de vuelo, el Typhoon resulta menos atractivo que el Gripen, especialmente para países con presupuestos más limitados. Su precio de adquisición también limita su adopción a gran escala.
En procesos como el de Canadá, el Typhoon se retiró de la licitación ante una preferencia anticipada por el F-35, lo que refleja sus desventajas en un entorno de competencia global cada vez más exigente.
Factores geopolíticos influyen en las decisiones de compra de cazas
Las decisiones de adquisición no se basan únicamente en especificaciones técnicas. El contexto geopolítico y las tensiones con Estados Unidos también influyen en la selección de cazas por parte de gobiernos europeos.
En Portugal, el ministro de Defensa Nuno Melo manifestó dudas sobre la compra del F-35. Por su parte, en Canadá, el primer ministro Mark Carney ordenó revisar el contrato para 88 F-35, de los cuales solo 16 están firmados.
Esta revisión incluye evaluar opciones como el Gripen, el Rafale y el Typhoon. Saab propuso fabricar el Gripen en territorio canadiense durante la competencia de 2023, lo que podría inclinar la balanza a su favor.
En Colombia, la selección del Gripen por un valor de 3,650 millones de dólares para sustituir a los Kfir confirmó la preferencia por opciones más económicas y de mantenimiento sencillo. Tailandia y Brasil también han elegido el Gripen por motivos similares.
Capacidades industriales y dependencia tecnológica en Europa
La dependencia de componentes estadounidenses sigue siendo un desafío. A pesar de que cazas como el Rafale y el Typhoon tienen menos partes estadounidenses, algunos sistemas integrados, como pods de designación o navegación, aún involucran proveedores de Estados Unidos.
Saab intentó en los años 90 reemplazar el motor F414 del Gripen por un modelo europeo EJ230, pero la propuesta no prosperó. La presencia de componentes críticos estadounidenses mantiene bajo regulación ITAR a modelos como el Gripen.
Expertos proponen fortalecer las cadenas de suministro europeas y desarrollar motores propios, como los que Safran podría producir para sustituir al F414 en futuras versiones del Gripen. Sin embargo, esto implicaría plazos largos y una inversión sustancial.
Mientras tanto, Lockheed Martin mantiene el liderazgo industrial con una producción anual de hasta 155 F-35 y un objetivo de más de 2,750 unidades para 2040. En comparación, el Rafale fabrica entre 24 y 36 unidades al año, el Typhoon unas 20, y el Gripen aún menos.