Maverick y Goose hicieron famoso al F-14 Tomcat como emblema cultural del poderío aéreo militar estadounidense, pero la decisión del Pentágono de retirar finalmente el avión de la era de 1980 parece acertada y bien situada como forma de adaptarse a un entorno de amenazas aéreas en rápida evolución.
Historia y futuro del F-14
El concepto de una tripulación de dos hombres está diseñado para aportar varias ventajas clave, como el simple hecho de añadir otro par de ojos. Un aviador puede, por supuesto, ayudar en las tareas de mando y control, puntería, vigilancia e incluso identificación de amenazas, con la idea de liberar al piloto para otras tareas urgentes y urgentes.
Reducir la tripulación a uno o incluso ningún piloto reduce el peso, la resistencia y la posibilidad de error humano. Por supuesto, no es probable que los pilotos humanos desaparezcan pronto, dadas esas facultades únicas y críticas propias de la mente humana, pero los avances informáticos han superado posiblemente las ventajas de utilizar una tripulación de dos hombres.
Por lo tanto, a pesar de la fama de Top Gun y de su ilustre historia, el progreso tecnológico ha dejado obsoleto el concepto de una tripulación de dos hombres. La razón es tan clara como sencilla: la llegada de los ordenadores de alta velocidad con inteligencia artificial puede recopilar, organizar y transmitir rápidamente grandes cantidades de datos, que de otro modo serían dispares, presentando rápidamente una imagen integrada de los pilotos.
Automatización de los procesos
Esto significa que las funciones de procedimiento clave, como la altitud, la navegación, el mantenimiento de la aeronave, la velocidad y las variables sensibles al tiempo, como los datos de puntería, la identificación de amenazas y los sistemas EW, pueden completarse en gran medida sin necesidad de intervención humana.
Esencialmente, las máquinas pueden realizar de forma natural ciertas funciones de combate críticas y sensibles al tiempo exponencialmente más rápido que los humanos. Los nuevos datos entrantes de los sensores rebotan en una amplia base de datos para su comparación, referencia, organización y análisis y, a continuación, se envían o presentan a un responsable humano en posición de tomar decisiones rápidas y urgentes en combate.
De hecho, los algoritmos avanzados basados en IA son tan sofisticados que incluso han superado a los humanos en algunos ejercicios de simulación de combates aéreos. Los ordenadores de alta velocidad pueden evaluar instantáneamente un gran número de variables clave entrelazadas, realizar análisis y recomendar a los pilotos cursos de acción óptimos. La idea es adelantarse al proceso de toma de decisiones del enemigo para imponerse en cualquier combate aéreo.
Lo que todo esto indica es el creciente consenso entre científicos militares, desarrolladores de armas e innovadores de que el enfoque óptimo para el combate en tiempo real y a alta velocidad incluye una mezcla de hombre y máquina. A menudo denominada interfaz hombre-máquina, la idea es utilizar la informática de alta velocidad para aliviar la carga cognitiva de un piloto, permitiéndole al mismo tiempo utilizar aquellas facultades clave exclusivas de la cognición y la toma de decisiones humanas. Ciertamente, hay muchas cosas específicas de la percepción humana, la conciencia, la intuición, la emoción o la toma de decisiones dinámica que los ordenadores simplemente no pueden reproducir. Por lo tanto, la toma de decisiones en combate se realiza mejor mediante un enfoque de equipo tripulado-no tripulado. De este modo, se aprovecha lo mejor de cada uno para maximizar cualquier ventaja en combate.
Teniendo esto en cuenta, las Fuerzas Aéreas de EE. UU. no sólo están conectando drones a cazas en combate, sino que también están probando la capacidad de combate de los cazas con un piloto humano apoyado por una máquina o un copiloto con IA.
El concepto de “tripulación de dos hombres” es obsoleto
En 2020, un algoritmo informático con IA operó a bordo de un avión militar durante el vuelo, coordinando los detalles de navegación, la información de los sensores y las misiones de reconocimiento junto a un piloto humano. El algoritmo de IA, llamado ARTUu, voló junto a un piloto humano en un avión espía U-2 Dragon Lady, realizando tareas que “de otro modo haría un piloto”, explicaba un informe de las Fuerzas Aéreas de 2020.
Este experimento resultó un éxito y es algo que sigue informando el desarrollo de la tecnología de combate aéreo de las Fuerzas Aéreas. El concepto de operaciones con esto es simplemente que una máquina puede calcular aquellas cosas que las máquinas hacen mejor a velocidades sin precedentes, mientras que los humanos ejercen aquellos elementos de juicio y percepciones que los ordenadores son incapaces de replicar.
En última instancia, lo que la rápida maduración de estas tecnologías parece sugerir es que emparejar un piloto humano y un ordenador podría ser mucho más ventajoso que tener una tripulación de dos hombres, sobre todo teniendo en cuenta que tantos aviones y cazas ya pueden volar sin tripulación con grados crecientes de autonomía.
Por lo tanto, a pesar de algunos argumentos en contra, parece que la Armada ha hecho bien en retirar el F-14 y despejar el camino hacia donde están ahora las cosas con los F-22 y F-35 controlando drones y aviones de 6ª generación ya en el aire.