Las tripulaciones del 335º Escuadrón de Caza fueron premiadas tras derribar más de 80 drones y seis misiles balísticos en abril de 2024.
El 335º FS destacó en el mayor combate aéreo en medio siglo
Durante la noche del 12 al 13 de abril de 2024, los F-15E Strike Eagle del 335º Escuadrón de Caza (FS) y del 335º Escuadrón de Generación de Caza (FGS) participaron en un enfrentamiento aéreo descrito por la Fuerza Aérea de EE. UU. como el más grande en más de 50 años. Esta acción ocurrió apenas 24 horas después de su despliegue en apoyo del Comando Central de EE. UU. (CENTCOM).
El 28 de marzo de 2025, en la Base Aérea Seymour Johnson, se celebró una ceremonia para reconocer la actuación del personal involucrado. Ocho aviadores recibieron la Cruz de Vuelo Distinguido, uno fue condecorado con la Estrella de Bronce, doce obtuvieron la Medalla de Elogio y diez más recibieron la Medalla al Logro Aéreo y Espacial. El evento contó con la presencia del jefe del Comando de Combate Aéreo, general Kenneth Wilsbach, quien destacó la agilidad y determinación de las tripulaciones.
La operación se activó ante un ataque conjunto de Irán y los hutíes, que lanzaron más de 300 proyectiles hacia Israel, incluyendo drones de ataque unidireccional, misiles balísticos y de crucero. En respuesta, los F-15E del 335º FS destruyeron más de 80 drones y al menos seis misiles balísticos, contribuyendo a la neutralización de casi el 99% de las amenazas entrantes.
El F-15E del 335º FS, fotografiado por DVIDS, muestra 13 marcas de flecha y 49 logotipos de tomahawk en alusión al apodo del escuadrón, “Chiefs”, y a su emblema de un jefe nativo americano. Aunque no está claro si esas marcas corresponden a las armas destruidas o empleadas, representan la magnitud de la operación.
La defensa aérea incluyó maniobras bajo fuego y reabastecimientos exprés
Los aviadores del 335º EFGS enfrentaron una carrera contra el tiempo al adaptar los F-15E para el combate. Según el teniente coronel Madison Gilbert, los aviones llegaron sin armamento y fueron reconfigurados completamente para estar listos en pocas horas. El teniente coronel Kevin Murphy explicó que se desmontaron secciones de 10 pies de cada avión para instalar armamento adicional en tiempo récord.
Las aeronaves partieron con cuatro misiles AIM-9X y cuatro AIM-120 AMRAAM cada una. Sin embargo, la intensidad del ataque superó la capacidad inicial de las tripulaciones. En tan solo 20 minutos, la formación de F-15E había agotado su carga útil de misiles. Los aviones regresaron a la base bajo ataques activos para rearmarse y volver rápidamente a la misión.
Datos clave del despliegue del 335º FS en abril de 2024
- Fecha del enfrentamiento: 12-13 de abril de 2024
- Objetivos derribados: más de 80 drones y al menos seis misiles balísticos
- Tipo de armamento usado: AIM-9X Sidewinder y AIM-120 AMRAAM
- Premios otorgados: Cruz de Vuelo Distinguido, Estrella de Bronce, medallas de elogio y logro
- Duración estimada del combate: varias horas continuas con múltiples reabastecimientos
El ataque se produjo mientras otros sistemas defensivos como los misiles Patriot actuaban simultáneamente. Los F-15E debieron operar evitando no solo los proyectiles enemigos, sino también el fuego amigo, maniobrando entre interceptores en acción. A pesar de los sistemas IFF, la posibilidad de error se mantenía latente, sumando tensión a cada maniobra.
La falta de autorización para usar cohetes guiados APKWS II limitó la capacidad de los F-15E de contrarrestar drones OWA de manera más eficiente y económica. En contraste, los F-16 del CENTCOM AOR volaban con una configuración más variada, incluyendo cápsulas APKWS junto a misiles aire-aire.
Una tripulación fue distinguida por agotar toda su carga útil, según reveló Riki Ellison de la Alianza de Defensa de Misiles. Dispararon todos sus AIM-120 y AIM-9 durante la misión, reflejando la intensidad de la batalla. En entrevistas a CNN, aviadores relataron maniobras extremas a baja altitud para intentar interceptar drones con el cañón M61, en condiciones de oscuridad total.
Las unidades de apoyo y mantenimiento también jugaron un rol esencial
El desempeño de las tripulaciones de mantenimiento del 335º FGS fue determinante para mantener el ritmo de combate. Mientras los F-15E aterrizaban sin municiones, eran reabastecidos de inmediato bajo el riesgo constante de ataques. Según Murphy, parte de estas tareas se realizaron entre escombros de misiles interceptados que caían sobre la base desde el cielo.
Los equipos de armas trabajaron contrarreloj, adaptando aviones que originalmente no estaban armados para convertirlos en plataformas de defensa activas en horas. Esta capacidad de respuesta fue elogiada tanto por los comandantes como por el personal destacado, que resaltó la sincronización entre pilotos y técnicos.
En paralelo, otras unidades aliadas también participaron en el esfuerzo. Los F-16 estadounidenses y los F/A-18E/F Super Hornet del USS Dwight D. Eisenhower complementaron la defensa aérea. Las cifras indican que Irán, junto con los hutíes y grupos armados en Irak, lanzaron al menos 170 drones kamikaze, 120 misiles balísticos y 30 misiles de crucero en dirección a Israel y fuerzas aliadas.
Según un reporte de The Aviationist, las unidades 494ª FS y 335ª FS lograron una puntuación combinada de 70 drones derribados, en línea con los números actuales proporcionados por la Fuerza Aérea. La participación de múltiples escuadrones reforzó la magnitud y coordinación necesaria en este tipo de operaciones complejas.
El ataque reveló desafíos tácticos para la Fuerza Aérea estadounidense
La magnitud del ataque confirmó una nueva realidad para la guerra aérea moderna. Pilotos del 335º FS declararon haber volado durante horas, agotados y al límite de sus capacidades, mientras enfrentaban oleadas de drones difíciles de detectar por radar. El teniente coronel Timothy “Diesel” Causey señaló que el enemigo aprovechó drones de bajo costo para abrumar plataformas avanzadas como los F-15E, una amenaza para la cual aún no existían ejercicios de escala similar.
En medio de esta nueva doctrina, los aviones de combate tradicionales enfrentan una amenaza sostenida por enjambres de vehículos aéreos no tripulados. Esta experiencia evidenció que los sistemas existentes, aunque eficaces, requieren ajustes para enfrentar ataques masivos con economía de medios y respuestas escalables.
El aterrizaje de los F-15E bajo fuego activo, mientras los misiles Patriot interceptaban proyectiles enemigos, fue calificado como una maniobra de alto riesgo. CNN describió escenas en las que escombros de misiles caían sobre la pista, obligando a las tripulaciones a aterrizar entre explosiones, en un entorno de máxima tensión y visibilidad reducida.
Según los testimonios recogidos, algunas tripulaciones intentaron usar el cañón M61 como último recurso tras agotar los misiles, aunque sin éxito. Las dificultades para interceptar drones visualmente en la oscuridad demostraron los límites actuales de los cazas frente a amenazas no convencionales.
La operación del 335º FS en abril de 2024 no solo fue un hito por sus cifras, sino por su valor como caso de estudio sobre el futuro del combate aéreo. Las condecoraciones entregadas fueron un reconocimiento al esfuerzo colectivo y una señal de que el escenario estratégico global exige nuevas respuestas ante amenazas asimétricas y persistentes.