Aviones F-16 derriban drones hutíes en el mar Rojo con cohetes AGR-20 APKWS II, demostrando una nueva capacidad táctica y económica en combate aéreo.
Cohetes de 70 mm guiados por láser empleados en combate
Los F-16 Viper de la Fuerza Aérea de EE. UU. utilizaron cohetes guiados por láser Advanced Precision Kill Weapon System II (APKWS II) en combates aire-aire contra drones hostiles operados por los hutíes en el mar Rojo durante 2024.
Desde que en 2019 se probó con éxito el uso aire-aire del APKWS II, desarrollado inicialmente como una munición aire-tierra, no se había reportado ningún uso operativo de esta capacidad. Actualmente, los detalles sobre su implementación son limitados, incluyendo la cantidad de cohetes disparados y drones derribados.
En declaraciones a The War Zone, un funcionario estadounidense afirmó que el uso aire-aire del APKWS II se inició en 2024 como parte de las estrategias contra los drones hutíes. Destacó que, en comparación con misiles como el AIM-9X, el APKWS representa una opción más económica.
Características del APKWS II y su eficiencia en combate
El APKWS II es una adaptación de los cohetes no guiados Hydra 70, a los que se les añade un sistema de guía láser. Esto convierte un arma convencional en una munición guiada de precisión. El sistema incluye una sección de guía con alas plegables y sensores láser, lo que permite su uso contra objetivos móviles y estáticos.
Gracias a su bajo costo, el APKWS II es una alternativa a las bombas más grandes como las JDAM y a misiles como el AGM-65 Maverick. Esto minimiza los riesgos de daños colaterales en operaciones aire-tierra.
BAE Systems, fabricante del APKWS, asegura que no se requieren modificaciones complejas para su integración en las plataformas de lanzamiento. Sin embargo, se introdujo un lanzacohetes LAU-131 A/A de mayor capacidad para acomodar el AGR-20 en aeronaves como el F-16.
Detalles relevantes sobre el APKWS II
- Transforma cohetes Hydra 70 en municiones guiadas de precisión.
- La sección de guía incluye alas con sensores láser para mayor precisión.
- Puede instalarse en lanzadores estándar con mínimas modificaciones.
- Su coste es significativamente menor al de misiles como el AIM-120 o el AIM-9X.
- Se emplea en múltiples roles, incluidos aire-tierra y tierra-aire.
Uso antiaéreo terrestre y despliegue en conflictos
El APKWS II se ha integrado en sistemas terrestres como el EAGLS y el VAMPIRE, utilizados en Oriente Medio y Ucrania para neutralizar drones enemigos de bajo costo. A finales de 2023, la Armada de EE. UU. anunció una nueva ojiva con fusible de proximidad para mejorar su efectividad contra drones.
Comparado con misiles como el AIM-9X Sidewinder, que cuesta más de 400.000 dólares, el APKWS tiene un precio mucho menor, alrededor de 15.000 dólares por la sección de guía. Esto lo convierte en una solución rentable para ataques en enjambre, una táctica usada por Rusia, Irán y los hutíes.
Operaciones en el mar Rojo y ataques hutíes
Desde finales de 2023, una coalición multinacional liderada por EE. UU. realiza operaciones en el mar Rojo, el golfo de Adén y el estrecho de Bab el-Mandeb contra los hutíes, quienes atacaron rutas marítimas tras el atentado de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.
Con drones aéreos y navales, los hutíes lanzaron ataques esporádicos hacia Israel y otros objetivos. En respuesta, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 2722 en enero de 2024, condenando estas acciones. Esto dio inicio a la Operación Guardián de la Prosperidad, que busca proteger la navegación civil.
Durante esta operación, el portaaviones USS Eisenhower registró más de 14.000 salidas y disparó más de 60 misiles aire-aire. Además, los bombarderos furtivos B-2 realizaron su primer despliegue operativo contra objetivos en Yemen.
Avances en capacidades aéreas contra drones
En enero de 2025, la Marina de EE. UU. informó que un helicóptero MH-60R Seahawk derribó un dron hutí. Aunque no se revelaron detalles sobre el arma utilizada, se especula que pudo ser un misil Hellfire o un cohete APKWS.
El desarrollo de estas capacidades demuestra el interés continuo de las fuerzas estadounidenses en contar con soluciones más rentables para enfrentar amenazas como drones enemigos, reduciendo costos sin comprometer la efectividad táctica.