F-16 arribaron el 5 de diciembre de 2025; Argentina recupera la interceptación supersónica, lanza programa de 24 aeronaves y reconfigura el equilibrio con apoyo estadounidense.
La llegada de F-16 y el retorno argentino a la capacidad supersónica
El 5 de diciembre de 2025 arribaron a la Argentina los primeros seis F-16 Fighting Falcon procedentes de Dinamarca. La Fuerza Aérea retomó la aviación de combate supersónica después de una década sin ese recurso y el país se convirtió en el tercer operador del F-16 en Sudamérica, junto con Chile y Venezuela. El programa prevé 24 aeronaves operativas y una célula no volable para instrucción, dentro de un acuerdo bilateral con Dinamarca con financiación, armamento y apoyo logístico de Estados Unidos.
Argentine President Javier Milei inspected the newly arrived F-16 fighter jets from Denmark, a bold display of Argentina’s growing air power… https://t.co/7XrURhzOTJ pic.twitter.com/SlBpJiqASO
— Armed Forces Update (@ArmedUpdat1947) December 7, 2025
Desde diciembre de 2015, cuando la Fuerza Aérea desprogramó los Mirage en sus distintas versiones, la Argentina dejó de disponer de interceptores supersónicos. El núcleo de su aviación de combate quedó compuesto por A-4AR Fightinghawk, de desempeño subsónico, y por entrenadores avanzados IA-63 Pampa. Documentos del ministerio de Defensa describen a los Mirage como la “columna vertebral” del sistema de defensa antiaérea y señalan que la compra del F-16 busca recuperar una capacidad de interceptación perdida hace muchos años.
El 16 de abril de 2024, en Dinamarca, el ministro de Defensa, argentino, Luis Petri, y su par, Troels Lund Poulsen, firmaron el contrato. La transferencia abarca 24 F-16 modernizados exFuerza Aérea Real Danesa, en versiones monoplaza y biplaza, cuatro simuladores de vuelo, ocho motores y un paquete de repuestos con garantía por cinco años, además de la capacitación de pilotos y técnicos. El ministerio la presenta como la adquisición militar aeronáutica más importante desde 1983 y anticipa el reemplazo de los Mirage.
Una decisión administrativa de la Jefatura de Gabinete fijó en $301,2 millones el costo de las 24 aeronaves operativas y la célula de entrenamiento, pagadero en cinco cuotas anuales sin interés. El Gobierno asignó 44.694 millones de pesos para obras en el Área Material Río Cuarto y en la VI Brigada Aérea de Tandil entre 2024 y 2027, con adecuaciones de pistas, hangares, depósitos y edificios para simuladores. Estados Unidos anunció una contribución de $40 millones en Financiamiento Militar Extranjero.
Datos clave del F-16 argentino y del equilibrio regional
- Primera entrega de seis F-16 el 5 de diciembre de 2025 en la Argentina.
- Programa por 24 aeronaves operativas y una célula no volable para instrucción.
- Paquete notificado por la DSCA con 36 AIM-120C-8, bombas Mk-82 y kits GBU-12.
- Costo de $301,2 millones, 44.694 millones de pesos en infraestructura y $40 millones en FMF.
- Tránsito inicial Skrydstrup–Río Cuarto con apoyo de tres KC-135R de Estados Unidos.
Armamento, equipos y soporte para el F-16 argentino según la DSCA
El componente de armamento y equipamiento asociado, con una cifra global estimada de $941 millones, se comunicó al Congreso de Estados Unidos el 30 de octubre de 2024 por medio de la DSCA. La solicitud argentina abarca apoyo, equipos y servicios para 24 F-16 Block 10/15 transferidos por un tercer país, 36 misiles AIM-120C-8, secciones de guiado adicionales, bombas Mk-82, conjuntos para GBU-12, sistemas de comunicaciones y enlace de datos, simuladores, herramientas de apoyo en tierra, mantenimiento y entrenamiento. Lockheed Martin figura como contratista principal.
El programa se implementó por fases en la Argentina. En diciembre de 2024 llegó desarmado, por vía aérea, un primer F-16 destinado a instrucción en tierra, que se presentó oficialmente el 24 de febrero de 2025 en la VI Brigada Aérea de Tandil. Esta aeronave, designada como número 25, integró el Centro de Instrucción Terrestre y permitió adiestrar a personal técnico en mantenimiento, cambio de motor, aviónica y sistemas de combustible, hidráulicos y eléctricos, además de procedimientos de armado y seguridad.
En junio de 2025, durante una visita oficial a Dinamarca, el ministro Petri firmó un memorando de entendimiento con su par danés y un convenio con la empresa Terma. El acuerdo contempla mejoras en guerra electrónica, actualización de programas de misión, herramientas de planificación, equipos de apoyo en tierra y asistencia técnica para la flota. El comunicado oficial destaca que la Fuerza Aérea recuperará la capacidad supersónica y que estos cazas se integrarán al Comando Conjunto Aeroespacial para vigilancia y control.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos caracteriza al F-16 como un caza monomotor, multifunción y de cuarta generación capaz de superar Mach 2 a gran altitud. Su célula ligera, el ala en flecha y los mandos de vuelo eléctricos facilitan tasas de giro elevadas y maniobras de hasta nueve G. La aviónica integra radar multimodo, navegación inercial y satelital, y capacidad para misiles aire-aire de corto y medio alcance, además de armamento guiado de precisión aire-tierra.
El estándar MLU danés y las capacidades combinadas que incorpora
𝘼𝙧𝙜𝙚𝙣𝙩𝙞𝙣𝙖 𝙍𝙚𝙘𝙚𝙞𝙫𝙚𝙨 𝙄𝙩𝙨 𝙁𝙞𝙧𝙨𝙩 𝙁-𝟏𝟔
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The Argentine Air Force has taken delivery of their first 6x F-16AM/BM MLU Block 15 fighter jets from Denmark.
Delivery of the remaining 18x aircraft is planned to be completed by 2027. pic.twitter.com/lPLTgZVbjk
En el caso argentino, las aeronaves proceden de Dinamarca y corresponden a F-16AM/BM Block 15 modernizados bajo el programa MLU. Ese estándar incorpora un radar actualizado compatible con misiles de guía radar como el AIM-120, equipos modernos de navegación y comunicaciones y compatibilidad con bombas guiadas por láser y por sistema de posicionamiento global. Fuentes especializadas afirman que la Fuerza Aérea Argentina combinará combate más allá del alcance visual y ataques aire-tierra de precisión con armamento inteligente por primera vez.
El 5 de diciembre de 2025 ocurrió la primera entrega de aeronaves operativas. Seis F-16AM/BM volaron desde Skrydstrup hasta el Área Material Río Cuarto, con escalas en España y Brasil y el acompañamiento de tres KC-135R de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Las matrículas abarcan cuatro biplazas y dos monoplazas. Estas unidades pasarán a integrar el Grupo 6 de Caza de la Fuerza Aérea Argentina en la provincia de Buenos Aires.
Según Pucará Defensa, un segundo lote de seis aeronaves figura para fines de 2026. Defence Industry Europe indica que el plan total contempla 25 fuselajes F-16AM/BM adquiridos a Dinamarca, con uno dedicado de manera exclusiva a adiestramiento en tierra. Ese esquema refuerza la consolidación de la transición hacia un sistema de armas que sustituye a la familia Mirage en el dispositivo de defensa antiaérea nacional.
En el inventario regional, la incorporación del F-16 modifica un rasgo distintivo de la Fuerza Aérea Argentina: la ausencia de cazas de cuarta generación en servicio. Un análisis que combina Military Balance del IISS, World Air Forces 2024 de FlightGlobal e índice Global Firepower cuantifica, hacia mediados de la década de 2020, 185 aeronaves de combate en Brasil, 79 en Venezuela, 76 en Chile, 60 en Perú y 46 en la Argentina, con el detalle chileno de 46 F-16 y 12 F-5, y los F-39 Gripen E iniciales en Brasil.
Programas vecinos y comparación del volumen y la modernización regional
Brasil mantiene la flota de combate más numerosa de Sudamérica y avanza con un programa de modernización que prevé 36 Gripen E/F con entregas hasta 2032. Saab y la Fuerza Aérea Brasileña firmaron en 2014 un contrato por 28 monoplazas y ocho biplazas por 39.300 millones de coronas suecas. Distintas fuentes señalan que para fines de 2025 ya ingresaron once F-39E en Anápolis, mientras el país realiza pruebas con el misil aire-aire Meteor.
En Chile, la Fuerza Aérea completó desde comienzos de los años 2000 la adquisición de 46 F-16 de segunda mano procedentes de Países Bajos y de ejemplares nuevos, que junto con una docena de F-5 Tiger II conforman un parque de 76 aeronaves en capacidad de combate. En Venezuela figuran 18 F-16A/B y 21 Su-30MK2; publicaciones especializadas coinciden en que solo una fracción de esa flota permanece plenamente operativa por dificultades de mantenimiento y acceso a repuestos.
Colombia operó aviones Kfir de origen israelí y, en noviembre de 2025, firmó con Saab un contrato por 17 Gripen E/F por 3.100 millones de euros. El acuerdo incluye 15 aeronaves monoplaza y dos biplaza con entregas programadas entre 2026 y 2032, además de armamento, entrenamiento e infraestructura. El paquete agrega dos acuerdos de compensaciones industriales en ámbitos aeroespacial, de ciberseguridad y de energía sostenible, según comunicados del fabricante, del Gobierno sueco y de la compañía.
En el Perú, los estudios citados ubican una flota de 60 aeronaves de combate con MiG-29 y Mirage 2000, mientras el ministerio de Defensa evalúa propuestas para renovar su aviación de caza con modelos de cuarta generación como Gripen, F-16 y Rafale, según fuentes políticas y de defensa. En México, la Fuerza Aérea conserva un número limitado de F-5E/F con capacidad supersónica, aunque carece de cazas de cuarta generación equiparables a Gripen o a los F-16 de Chile y Venezuela.
Interoperabilidad, alianzas y efectos en el equilibrio de poder aéreo
Con los F-16 argentinos, el mapa del poder aéreo en Hispanoamérica muestra un rasgo nuevo. Brasil, Chile, Argentina, Perú y Colombia disponen, o contrataron, cazas supersónicos de cuarta generación o de generación intermedia con capacidades modernas aire-aire y aire-tierra. La Argentina deja de figurar como único actor de peso sin un vector supersónico dedicado, y su flota, ahora con F-16, A-4AR y entrenadores armados, se acerca a la de otros países de la región, aunque permanece por debajo de Brasil.
El patrón de alianzas y suministros también incide en el equilibrio. La operación de los F-16 argentinos se apoya en financiación militar de Estados Unidos, en contratos de apoyo logístico con Lockheed Martin y en acuerdos de modernización con empresas danesas. Esta dinámica forma parte de una agenda de acercamiento político y militar con Washington y con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, con el eje en interoperabilidad y soporte.
La Argentina reanudó en 2024 los ejercicios navales combinados “Gringo-Gaucho” con un grupo de combate de portaaviones de Estados Unidos y solicitó el estatus de socio global de la OTAN. En ese marco, la compra de F-16 y la cooperación en adiestramiento aparecen como componentes visibles de la relación de defensa entre ambas partes y como piezas que facilitan estandarización de procedimientos y doctrinas.
La combinación de recuperación de capacidad supersónica, incorporación de un caza polivalente de cuarta generación con armamento moderno, aumento del inventario de combate y alineamiento con la cadena logística y de entrenamiento de Estados Unidos y aliados ubica a la Fuerza Aérea Argentina en un nivel de medios e interoperabilidad cercano al de fuerzas hispanoamericanas con F-16 o Gripen. Brasil mantiene la superioridad numérica, mientras Colombia y Perú iniciaron o proyectan procesos de renovación comparables en términos tecnológicos.