El F-16C 83-1120, usado en pruebas de tanques conformados y entrada supersónica, se retira al Boneyard en Arizona.
Retiro del F-16C 83-1120 al Boneyard de Davis-Monthan
El F-16C 83-1120, un avión clave en pruebas de desarrollo tecnológico en la Base Aérea Edwards, California, fue retirado del servicio y trasladado al 309º Grupo de Generación y Mantenimiento Aeroespacial (AMARG) en la Base Aérea Davis-Monthan, Arizona. Este avión, que sirvió exclusivamente en unidades de prueba durante su vida operativa, se une a otros dos F-16 de Edwards, los 83-1118 y 83-1119, en las instalaciones conocidas como el Boneyard. AMARG alberga más de 4.000 fuselajes, incluyendo cerca de 350 F-16, almacenados en el clima seco de Arizona para preservar una reserva estratégica de aeronaves retiradas para el ejército estadounidense.
Entregado directamente a Edwards tras su producción, el 83-1120 fue el tercer F-16A de la línea de ensamblaje seleccionado para actualizarse al estándar Bloque 25, convirtiéndose en un F-16C. Esta actualización incluyó el reemplazo del radar AN/APG-66 por el más avanzado AN/APG-68, que sigue en uso en varias flotas de F-16 a nivel mundial, aunque ahora superado por el radar de barrido electrónico activo AN/APG-83. Durante su carrera, este avión desempeñó un papel crucial en pruebas que impulsaron avances tecnológicos para el F-16 y otros programas de cazas modernos.
En 1994, Lockheed Martin utilizó el 83-1120 como demostrador del F-16ES (Enhanced Strategic), equipándolo con maquetas de tanques de combustible conformados (CFT) y sensores integrados de vigilancia y orientación. Aunque estas modificaciones no eran funcionales, los datos aerodinámicos recopilados fueron fundamentales para el desarrollo posterior de los CFT, adoptados por naciones como Israel, Grecia, Polonia y los Emiratos Árabes Unidos. Israel, en particular, se destacó como uno de los mayores usuarios de CFT, que aumentan el alcance del F-16 sin sacrificar puntos de anclaje para armamento. La Fuerza Aérea de EE. UU. nunca implementó CFT en sus F-16, pero los datos del 83-1120 contribuyeron al éxito de esta tecnología en mercados internacionales.
Dos años después, en 1996, el avión, ya revertido a su configuración F-16C, fue seleccionado para probar una entrada supersónica sin desvío (DSI) como banco de pruebas para el Lockheed Martin X-35, precursor del F-35 Lightning II. Esta modificación eliminó la placa divisora tradicional, utilizando una geometría elevada dentro de la toma de aire para comprimir el flujo a velocidades supersónicas y ralentizarlo para los motores turbofán. Los DSI reducen significativamente la sección transversal de radar, ocultando el ventilador del motor y eliminando áreas donde la energía de radar podría reflejarse. Esta tecnología se implementó con éxito en el F-35, el único caza estadounidense activo con DSI, y ha aparecido en diseños chinos recientes.
Datos clave sobre el F-16C 83-1120 y su legado
- Producción: Tercer F-16A convertido a F-16C Bloque 25.
- Radar: Equipado con AN/APG-68, reemplazo del AN/APG-66.
- Pruebas CFT: Demostrador del F-16ES en 1994, base para tanques conformados.
- DSI: Banco de pruebas para la entrada supersónica sin desvío del F-35 en 1996.
- Retiro: Enviado a AMARG en 2025, con 350 F-16 almacenados.
Impacto del 83-1120 en el desarrollo de cazas modernos
Las pruebas realizadas con el 83-1120 tuvieron un impacto duradero en el diseño de cazas modernos. Los tanques conformados probados en el demostrador F-16ES permitieron a los operadores de F-16 extender misiones de largo alcance, un factor crítico en operaciones como las de la Fuerza Aérea Israelí. Aunque el F-16ES no fue seleccionado por Israel, que optó por el F-15E Strike Eagle, los CFT se convirtieron en un producto viable para exportación, mejorando la versatilidad de los F-16 en todo el mundo.
La prueba de la entrada supersónica sin desvío marcó un hito en la reducción de la firma de radar, un aspecto esencial para los cazas de quinta generación. Mientras que el F-22 Raptor, desarrollado antes de estas pruebas, aún depende de placas divisoras, el F-35 incorporó el DSI, beneficiándose directamente de los datos recopilados por el 83-1120. La sensibilidad de esta tecnología persiste, como lo demuestra la restricción de fotografiar las tomas de aire del F-22 desde ángulos frontales, debido a la posible extracción de datos geométricos de diseño.
El retiro del 83-1120 al Boneyard no marca el fin del legado del F-16. La Fuerza Aérea de EE. UU. planea mantener sus F-16 en servicio hasta la década de 2040, con actualizaciones continuas que aseguran su relevancia. Además, la producción de F-16 para clientes extranjeros continúa, con más de 50 años de servicio desde su entrada en operación. En AMARG, el 83-1120 permanecerá como parte de una reserva estratégica, aunque es improbable que vuelva a volar.
El 309º AMARG desempeña un rol crítico en la gestión de activos aeronáuticos retirados. Además de los F-16, almacena miles de fuselajes de otros tipos, algunos de los cuales se regeneran para servicio en casos de necesidad operativa. El clima desértico de Arizona minimiza la corrosión, preservando los aviones para posibles usos futuros, ya sea como repuestos o para restauración.
Contexto del F-16 y su evolución en la Fuerza Aérea
El F-16 Fighting Falcon, diseñado originalmente como un caza ligero y ágil, evolucionó en una plataforma polivalente capaz de realizar misiones de superioridad aérea, ataque a tierra y reconocimiento. Desde su introducción en la década de 1970, se han producido más de 4.500 F-16 para operadores en todo el mundo. Su diseño modular permite actualizaciones continuas, como la integración de radares avanzados, sistemas de guerra electrónica y armamento moderno.
En la Fuerza Aérea de EE. UU., los F-16 han sido modernizados a estándares como el Bloque 50/52 y Bloque 70/72, incorporando tecnologías que los mantienen competitivos frente a amenazas modernas. Países aliados, como Israel, han adaptado el F-16 a necesidades específicas, integrando sistemas autóctonos que lo convierten en una plataforma única. Las pruebas realizadas con aviones como el 83-1120 han sido esenciales para validar estas mejoras.
El traslado del 83-1120 a AMARG refleja el ciclo de vida de los aviones militares, donde incluso los ejemplares más especializados eventualmente se retiran. Sin embargo, el impacto de sus pruebas perdura en los F-16 operativos y en el F-35, que incorpora tecnologías pioneras validadas por este avión. Mientras los F-16 continúan surcando los cielos, el Boneyard permanece como un testimonio de su longevidad y versatilidad.
La gestión de AMARG asegura que los aviones almacenados, incluido el 83-1120, puedan servir como fuente de repuestos o ser reactivados en escenarios de emergencia. Con miles de fuselajes bajo su cuidado, esta instalación es un pilar logístico para el Departamento de Defensa de EE. UU., garantizando la disponibilidad de recursos aeronáuticos en el largo plazo.